INTRODUCCIÓN

La violencia tiene muchas facetas y manifestaciones y puede ser ejercida por una diversidad de actores, en diferentes lugares y en diferentes contextos, a una multiplicidad de víctimas.

El objetivo de esta lección es, por tanto, conocer varias maneras de clasificar los actos violentos, ya sea por:

(a) quien o quienes ejecutan la violencia,

(b) por el tipo de daños que causan,

(c) por las características de las víctimas o

(d) por el ámbito donde ocurren los hechos de violencia.

Este análisis es necesario para la toma de decisiones en relación con la prevención, para definir las estrategias más eficaces y priorizar las intervenciones.

El ciclo de la violencia

En 1979, Leonore Walker investigó los motivos que impedían que las mujeres víctimas de malos tratos creasen alternativas efectivas para salir de la situación de maltrato. Para ello, se basó en la “teoría del aprendizaje social”, de Martin Seligman, y en su concepto de la “indefensión aprendida”, según el cual, la víctima aprende a creer que no puede cambiar la situación de maltrato ni su situación de pareja, acostumbrándose a vivir con miedo. En sus investigaciones identificó una serie de fases que se daban en la mayoría de casos de maltrato y que repetían cíclicamente, por lo que llamó a esta situación el “Ciclo de la violencia”

El ciclo de la violencia se compone de tres fases las cuales pueden variar en intensidad y en duración tanto en el caso de la misma pareja como de distintas parejas, estas son:

1. Acumulación de tensión: la persona agresora se empieza a enfadar por cualquier cosa, provocando un aumento de la violencia verbal. Al mostrarse como episodios aislados, la víctima cree que puede controlarlos y que acabarán por desaparecer, sin embargo, la tensión aumenta y se acumula.

2. Explosión o agresión: la acumulación de tensión acaba provocando una explosión de ira, en forma de violencia psicológica, física y/o sexual. Tras el episodio la víctima queda atemorizada y angustiada. Durante los primeros episodios es difícil que la víctima pida ayuda, de hecho es probable que tenga un fuerte sentimiento de culpa y vergüenza que hagan que oculte lo sucedido, distanciándose de sus familiares y amistades. Esta situación también provoca que la víctima se muestre distante con su pareja. (V) En esta guía se presenta el modelo original del ciclo de la violencia presentado por E. Walker.

3. Calma, reconciliación o “luna de miel”: La persona agresora intenta recuperar a la víctima mostrándose arrepentida, haciendo falsas promesas de cambio, mostrándose cariñosa y/o dándole regalos hasta conseguir ser perdonada. Tras esta fase la pareja vive un periodo de cierta tranquilidad, en la que la víctima se muestra ilusionada y esperanzada de que la situación no vuelva a ocurrir. Pasado un tiempo, cuando quien agrede considere amenazado su control y poder en la relación, por ejemplo, si la víctima intenta actuar de manera libre o autónoma (salir sin haberle pedido permiso, que quiera estudiar o trabajar sin que la pareja lo considere adecuado, realizar una compra sin su autorización, contestarle…), lo considerará un acto de rebeldía e iniciará de nuevo el ciclo.

Respecto a este ciclo cabe destacar tres ideas fundamentales:

Ciclo de la Violencia

Según quien comete el acto violento

Antes de iniciar, es importante que recordemos la definición de violencia que vimos en el módulo anterior. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la violencia es el uso intencional de la fuerza o el poder físico, de hecho, o como amenaza, contra uno mismo, otra persona o un grupo o comunidad, que cause o tenga muchas probabilidades de causar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones (OPS-OMS, 2003, p. 5).

La principal característica de la definición de violencia de la OMS, es el uso intencional o deliberado de la fuerza física, por lo que no se puede considerar como violencia a otro tipo de lesión o daño que se produzca de forma accidental o involuntaria. Además, la misma definición da pie para identificar distintos tipos de violencia. De acuerdo con la ilustración 1, existen diferentes tipos de violencia según las características de las personas que cometen los actos de violencia.

Violencia dirigida contra uno mismo o autoinfligida

De acuerdo con Arévalo-Mira (2011), la violencia autoinfligida hace referencia a las acciones que provocan daño en las personas, pero que han sido producidos por ellas mismas, o cuando el agente y el paciente son la misma persona. Dentro de este tipo de violencia se encuentran el suicidio, autolesiones o mutilaciones. El comportamiento suicida incluye pensamientos suicidas, intentos de suicidio y suicidio consumado.

Violencia interpersonal

El Informe sobre la Situación Mundial de la Prevención de la Violencia 2014 está centrado en la violencia interpersonal y la define como “la que ocurre entre miembros de una misma familia, en la pareja, entre amigos, conocidos y desconocidos, y que incluye el maltrato infantil, la violencia juvenil (incluyendo la asociada con pandillas), la violencia contra la mujer (por ejemplo, violencia de la pareja y la violencia sexual) y el maltrato de las personas mayores” (WHO, 2014).

Además, aclara la diferencia entre violencia juvenil y delincuencia juvenil, puesto que esta se refiere a las infracciones, en el ámbito penal, que son cometidas por menores de edad (es decir, menores a 18 años).

Por su parte, la OPS-OMS señala que la violencia juvenil es una de las formas de violencia más visibles en la sociedad y que en casi todos los países del mundo, los adolescentes y los adultos jóvenes son tanto las principales víctimas como los principales perpetradores de esa violencia ilustración 2 los factores de riesgo de la violencia juvenil.

Violencia colectiva

De acuerdo con la OPS, la violencia colectiva se define como “el uso de la violencia como instrumento por parte de personas que se identifican a sí mismas como miembros de un grupo —ya sea transitorio o con una identidad más permanente— contra otro grupo o conjunto de individuos, para lograr objetivos políticos, económicos o sociales” (OPS-OMS, 2003, p. 235).

Además, señala diferentes formas de violencia colectiva:

· Las guerras, el terrorismo y otros conflictos políticos violentos que ocurren dentro de los estados o entre ellos.

· La delincuencia violenta organizada, como los delitos perpetrados por bandas de malhechores y las guerras de pandillas.

· La violencia perpetrada por el Estado, como el genocidio, la represión, las desapariciones, la tortura y otras violaciones de los derechos humanos.

Las organizaciones terroristas son aquellas agrupaciones provistas de cierta estructura de la que nacen vínculos en alguna medida estables o permanentes, con jerarquía y disciplina y con medios idóneos, pretenden la utilización de métodos violentos o inhumanos con la finalidad expresa de infundir terror, sistemáticamente los derechos inseguridad, alarma, arrogarse el ejercicio de potestades pertenecientes a la soberanía de los Estados o afectar fundamentales de la población o parte de ella, de uno o varios países.

Por su parte, la Ley contra El Crimen Organizado y Delitos de Realización Compleja, considera crimen organizado a “aquella forma de delincuencia que se caracteriza por provenir de un grupo estructurado de dos o más personas, que exista durante cierto tiempo y que actúe concertadamente con el propósito de cometer uno o más delitos” (Art. 1, Decreto No. 190, 2007).

En un sentido similar, la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional, define que un grupo criminal organizado es:

· un grupo de tres o más personas que no fue formado de manera aleatoria;

· que ha existido por un periodo de tiempo;

· actuando de manera premeditada con el objetivo de cometer un delito punible con, al menos, 4 años de encarcelamiento;

· con el fin de obtener, directa o indirectamente, un beneficio financiero o material.

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