
Introducción
PATERNIDAD RESPONSABLE
ASPECTOS LEGALES DE LA PATERNIDAD

La maternidad y paternidad es una experiencia que deberá estar presente a lo largo de la vida del individuo.
Algunas de estas responsabilidades de los padres y derechos del niño son:
Deberes y facultades de los padres:
- Velar por los hijos.
- Tenerlos en su compañía.
- Alimentarlos, educarlos y procurarles una formación integral.
Los derechos del niño:
La Convención sobre los derechos del niño, de las Naciones Unidas (1989), otorga un conjunto de derechos al niño.
Algunos de ellos conviene tener en cuenta: • El interés del niño por encima de todo.

El inicio de la Paternidad
¿Qué es la paternidad responsable?
Es la actitud que debe asumir la pareja con su hij@,, haciéndose cargo de él responsablemente y dándole todo lo que necesite para desarrollarse física y psicológicamente.
En el período de gestación se inicia la construcción de la relación afectiva de los padres con el hijo. Son múltiples las fantasías que se experimentan alrededor de su nombre, su aspecto y sus virtudes. A medida que los padres especulan sobre estos temas, asimilan progresivamente su nueva condición.
Este encuentro entre la realidad y el deseo es parte esencial de la nueva relación familiar y la manera en que se asume influirá sobremanera en la felicidad futura del bebé y en su desarrollo como persona. Cada pareja tiene su forma singular de vivir esta nueva situación y a partir de aquí construir su particular familia. Los primeros meses de vida son una etapa de adaptación entre el bebé y sus padres. La lactancia, el juego y la crianza son momentos importantes de esa adaptación afectiva.

Es preciso que la familia esté pendiente de las necesidades de la madre. Que el padre esté atento, dispuesto a conversar, a colaborar y a expresar su afecto de manera que madre e hijo sientan el apoyo emocional que necesitan. No es fácil para la mujer concebir la separación física del bebé. Además, el momento del parto está, generalmente, lleno de expectativas, situaciones. Todos y cada uno de esos momentos convierten el nacimiento en un verdadero hito que marca la formación de la familia y la entrada en una nueva condición. Por fin ha llegado el momento de ser padres.
Ser mejores padres
Se puede ser mejor padre, aunque no sea sencillo conseguirlo, siguiendo unos pocos principios que hay que poner en práctica a diario. Se los proponemos a continuación:
Principios a tener en cuenta:
• Principio 1: No se empeñe en luchas de poder, en enfrentamientos de los que es probable que nadie salga victorioso.
• Principio 2: Diga cosas agradables a sus hijos de vez en cuando, sobre todo si no se lo esperan.
• Principio 3: Es importante ser raro. Acepte usted ser raro. No deje que los hijos piensen que son más raros que sus padres.
• Principio 4: No haga cosas por sus hijos que ellos sean capaces de hacer por sí mismos, a menos que esté seguro de que le devolverán el favor.
• Principio 5: Hay que tener una autoestima alta. Si los padres no la tienen, sus hijos tampoco.
• Principio 6: Aprenda a pedir disculpas cuando no cumpla sus propias cotas de exigencia al tratar a sus hijos.
Familia
Familia es la unión de personas que comparten un proyecto vital en común, en el que se generan fuertes sentimientos de pertenencia a dicho grupo, existe un compromiso personal entre sus miembros y se establecen intensas relaciones de intimidad, afectividad, reciprocidad y dependencia. Inicialmente se trata de dos adultos que concretan intensas relaciones en los planos afectivo, sexual y relacional. El núcleo familiar se hace más complejo cuando aparecen los hijos, entonces la familia se convierte en un ámbito en el que la crianza y socialización de los hijos es desempeñada por los padres, con independencia del número de personas implicadas y del tipo de lazo que las una. Lo más habitual es que en ese núcleo haya más de un adulto y lo más frecuente es que ambos adultos sean los progenitores de los niños a su cargo, pero también hablamos de familia cuando alguna de esas situaciones no se dan.
Lo más importante en la familia no es el compromiso legal o las relaciones de consanguinidad entre sus miembros, sino: La interdependencia, la comunicación y la afectividad que se da entre los adultos que la forman.
Tipos de Familia
- Familia Nuclear: se describe como un agrupamiento compuesto por el padre, la madre y los hijos tenidos en común, todos bajo el mismo techo.
- Familia Extensa: incluye al resto de parientes y a varias generaciones en estrecha relación afectiva y de convivencia. Históricamente podemos hablar de la existencia de estos dos modelos tradicionales de familia.
- Familias Actuales: Además de a través del matrimonio se ha ampliado el concepto de familia a uniones no matrimoniales o consensuadas dando lugar a la formación de nuevas familias.
• Uno de los progenitores puede faltar, quedándose entonces el otro solo con los hijos; tal es el caso de las familias monoparentales, en las que por muy diversas razones uno de los progenitores (frecuentemente la madre) se hace cargo en solitario del cuidado de los hijos.
• Los hijos del matrimonio pueden llegar por la vía de la adopción, por la vía de las técnicas de reproducción asistida o proveniente de otras uniones anteriores.
• La madre, ya sea en el contexto de una familia biparental o monoparental, no tiene porqué dedicarse en exclusiva al cuidado de los hijos, sino que puede desarrollar ya actividades laborales fuera del hogar.
• El padre no tiene porqué limitarse a ser un mero generador de recursos para la subsistencia de la familia, sino que puede implicarse muy activamente en el cuidado y la educación de los hijos.
• El número de hijos se ha reducido drásticamente, hasta el punto de que en muchas familias hay solamente uno.
• Algunos núcleos familiares se disuelven como consecuencia de procesos de separación y divorcio, siendo frecuente la posterior unión con una nueva pareja, constituyendo nuevas familias con la incorporación de los hijos de ambos.
FUNCIONES DE LA FAMILIA

La familia desempeña, entre otras, dos funciones psicológicas esenciales para el ser humano: la socialización y la construcción del autoconcepto y la autoestima. A través de la socialización familiar las personas se convierten en seres sociales, asumen las reglas del juego que necesitan para enfrentar la vida, aprenden a entenderse a sí mismos y se forman una imagen de lo que son y del mundo que les rodea. La familia crea en el niño las bases de su identidad y le enseña cuáles son las normas de convivencia que ha de asumir, proporcionándole un sistema de creencias que, aun no siendo inmodificable, sí se mantiene, en gran medida, a lo largo de toda la existencia del individuo.
EL DESARROLLO EVOLUTIVO DESDE EL PUNTO DE VISTA PSICOLÓGICO
Definición de desarrollo
Nos convertimos en quienes somos a través de la interacción de la herencia y el entorno. Nuestras características personales afectan a nuestro entorno, que a la vez influye en nuestras características heredadas, creándose una relación continua que produce un individuo único con intereses específicos, capacidades, limitaciones y formas diferenciadoras de responder a las situaciones. Este proceso de cambio relacionado con la edad, que describe la transición desde el óvulo fecundado hasta la vejez, se conoce como desarrollo. El niño nace, la persona se hace a lo largo de su vida.
El niño y el medio donde éste se desenvuelve interactúan continuamente desde la fertilización hasta la muerte. En este proceso de desarrollo del ser humano hay dos aspectos en estrecha interrelación: El sujeto: corresponde a lo heredado, lo genético, lo constitucional, sus capacidades, características… El ambiente: corresponde a lo que le rodea, la familia, la sociedad, la cultura… Es importante tener en cuenta en el desarrollo del ser humano las interacciones que se producen entre el sujeto y su ambiente. Lo que una persona es en un momento determinado de su vida no es sólo el producto de cómo nació (herencia), sino también de lo que vivió (ambiente).
El desarrollo es, por tanto, un proceso de cambio continuo que sufre el individuo a través de su ciclo de vida. Este cambio posee varias características: es continuo, acumulativo, direccional, diferenciado, organizado y holístico.
El desarrollo es continuo, lo que significa que los cambios suceden con el paso de las horas, los días, los meses y los años. Por ejemplo, una persona no es hoy un adolescente y mañana un adulto. La continuidad significa que los cambios en el desarrollo acontecen a lo largo de la vida, lo que indica que las experiencias vividas en la infancia no determinan necesariamente el resto de la vida del individuo, por el contrario, el cambio y el desarrollo y la superación pueden ocurrir en todos los momentos de la vida.
El desarrollo es acumulativo, esto implica que se produce sobre lo que había antes. Las respuestas de niños y adultos y su capacidad para aprender dependen en parte de sus experiencias previas en situaciones semejantes. Los nuevos conocimientos dependen de los anteriores, a las nuevas experiencias ayudan las anteriores.
El desarrollo es direccional, esto significa que avanza hacia una mayor complejidad y en sentido hacia adelante. Los bebés se convierten en niños y luego en adultos. Un bebé alcanza una pelota con la mano abierta, sin ninguna coordinación. A medida que los músculos, nervios y huesos crecen, el niño adquiere la velocidad y coordinación requerida para la competición atlética.
El desarrollo es diferenciado, es decir, consiste en hacer distinciones y aprendizajes cada vez más sutiles, perspicaces y profundos.
El desarrollo es organizado, lo que supone que las habilidades adquiridas se van formando gradualmente. Los bebés poco a poco van siendo capaces de organizar y controlar las diferentes tareas relacionadas con su trabajo y con la vida familiar.
El desarrollo es holístico, lo que significa que los logros nunca están aislados, forman un todo. Todo aspecto del desarrollo, ya sea físico, cognitivo o social, depende de todos los demás, y todo desarrollo es el resultado de la interacción. La adquisición del lenguaje, por ejemplo, requiere la maduración de la garganta, la boca y el cerebro. Nuestras vidas son un entramado de aprendizajes, desarrollos y cambios que nos llevan hacia el crecimiento como individuos.
Etapas de desarrollo
Uno de los factores que influyen poderosamente en el desarrollo es la situación de las personas dentro de su ciclo vital. El ciclo de vida lo dividimos en las siguientes etapas: desarrollo prenatal, infancia, niñez, pubertad, adolescencia y etapa adulta. Aunque esta división nos parece normal, no es compartida por todos. Algunos dividen la adolescencia en varios periodos, incluyendo dentro a la pubertad. De todos modos, nos parece que, para comprender mejor el desarrollo del ser humano es conveniente utilizar seis periodos cronológicos, que más o menos corresponden a nuestra cultura.
1. El período prenatal comienza con la concepción y finaliza con el nacimiento. Es el menos arbitrario y fácil de definir porque su principio y final está claramente marcado por los acontecimientos biológicos.
2. La infancia empieza en el nacimiento y comprende hasta aproximadamente los dos años. Al final del segundo año la mayor parte de los niños han comenzado a adquirir el lenguaje y el pensamiento simbólico. Además la mayoría de los adultos los consideran más niños que bebés, lo que corresponde a la transición de la comunicación no lingüística a la lingüística.
3. La niñez comprende desde los dos hasta los trece años, aproximadamente. Los múltiples cambios que se producen en este periodo hacen que a veces sea necesario usar términos adicionales como el de niño pequeño (fase de transición entre los 18 meses hasta el tercer año) y el de preescolar (de los tres a los seis años).
4. La pubertad comprende, aproximadamente, desde los 13 a los 15 años y es generalmente aceptada como el final de la niñez y el inicio de la adolescencia.
5. La adolescencia, la quinta etapa, es un período menos definido porque su final no está tan marcado como el de otras fases del desarrollo, generalmente se sitúa desde los 16 a los 19 años, aproximadamente. En la actualidad, por diferentes factores, se puede hablar de adolescencia dilatada, puesto que sujetos que por edad cronológica ya han salido de la adolescencia, sin embargo, sus comportamientos y desarrollo psicológico aún corresponde al de este periodo.
6. La etapa adulta es la sexta fase, por lo general abarca desde los 19 o principios de los 20 y continúa hasta la muerte. Esta es sin duda la fase más larga de nuestro proceso evolutivo. Esta conveniente división de la vida hace relativamente fácil la discusión sobre los cambios de comportamiento que acompañan a cada fase, como más adelante veremos. Cada etapa describe un modelo particular de habilidades, motivaciones o comportamientos, que son más o menos estables. A medida que una persona pasa de una etapa a otra hay una reestructuración de la etapa anterior.
Así observamos que el comportamiento, las motivaciones y habilidades son cualitativamente diferentes. Los niños que pasan de una etapa de desarrollo intelectual a la siguiente no sólo saben más acerca del mundo, sino que piensan de forma radicalmente distinta. Las etapas evolutivas generalmente siguen la edad cronológica, pero es el nivel de funcionamiento del sujeto, que no la edad real, el marcador que indica el desarrollo alcanzado. Esto es lo que se conoce como la edad cronológica y la edad mental. La transición entre etapas es generalmente larga y las diferentes habilidades dentro de una de ellas pueden desarrollarse a intervalos escalonados y algunas veces en distinto orden. La conducta depende tanto de la naturaleza (característica del bebé) como de la crianza (experiencia durante el crecimiento), es decir, de la herencia y del ambiente. El desarrollo del ser humano es el producto de muchos factores en estrecha interacción.

Determinantes genéticos del desarrollo
El primer tipo de determinante genético es el de las influencias específicas de la especie, que son las características compartidas por todos los miembros de una misma especie, las que hacen que todos los seres humanos seamos similares. Por ejemplo, todos los seres humanos necesitan de otros para su nutrición y cuidado, característica que hace que los bebés humanos dependan de sus madres durante un tiempo relativamente más largo comparado con otras especies. La segunda clase de influencia biológica es la de las particularidades genéticas de cada persona. Estas contribuyen a crear las diferencias entre los individuos. Los determinantes biológicos empiezan a trabajar en nosotros en el momento de la concepción y continúan hasta la muerte. Los determinantes biológicos son poderosos en algunas áreas del desarrollo: sentarse, estar de pie y caminar dependen de la maduración biológica de los músculos, nervios y cerebro. Los bebés también vienen al mundo preparados para establecer vínculos sociales, investigar sus alrededores y adquirir el lenguaje. Los determinantes biológicos operan a través de los genes (pedacitos microscópicos de proteínas que se encuentran en el núcleo de la célula). No obstante, en el desarrollo de la persona la herencia no lo es todo ni es lo más determinante, en muchos casos el ambiente juega un papel más importante.
Determinantes ambientales del desarrollo
Crianza: Los determinantes ambientales pueden ser físicos y/o sociales. El entorno físico donde se desarrolla la persona puede ser el útero materno, la casa donde vive, el barrio de su ciudad o el pueblo. Los ambientes sociales incluyen a las personas (padres y familiares y otros) e instituciones sociales (escuela y sociedad en general). Las experiencias personales que sólo vivimos nosotros las consideramos un tipo de determinante ambiental. Estos determinantes ambientales vividos nos hacen distintos a todos los demás y pueden ser experiencias que facilite el desarrollo de nuestras vidas (favorecedoras) o lo perjudique (desfavorecedoras). Entre los determinantes ambientales que contribuyen a las diferencias entre las personas (y que a veces son claves) se encuentran, por ejemplo, una relación especial con un profesor al que admiramos, heridas graves en un accidente de coche, la admisión en una escuela en particular, un encuentro inesperado que termina en matrimonio o en un cambio de ocupación, el divorcio, la pérdida de un trabajo, un traslado a otra comunidad, etc. Otra clase de determinante ambiental consiste en el entorno que es compartido por los individuos, como es la cultura o la época en que nacieron. Los acontecimientos históricos importantes pueden tener un profundo efecto en el desarrollo intelectual, emocional y comportamental, pero la naturaleza e intensidad del mismo dependerá, también, de la edad de la persona en ese momento. Cada persona pertenece y es influenciada por su generación, que es el grupo de personas que han nacido aproximadamente en la misma época.
P. Ostervieth dice que: “grosso modo, el niño tiende a alcanzar el nivel intelectual y emocional característico del ambiente en el que se ha desarrollado”. Por tanto, el medio familiar, educativo y social y los apoyos que el niño encuentra en él tienen una importancia determinante en su desarrollo. El género al que se pertenece ofrece otro tipo de influencias (los chicos y las chicas pueden experimentar un mismo acontecimiento de forma diferente). Las influencias en un entorno social compartido son bastante claras en el desarrollo de los roles de género, donde la familia, amigos y sociedad modelan nuestras ideas de masculinidad y feminidad. Los padres tratan a sus hijos de forma diferente, les dan juguetes diferentes, juegan con ellos de forma distinta y ven también en sus padres comportamientos distintos. El mundo exterior también influye en este proceso a medida que los niños van observando los roles de sexo en los programas y anuncios de televisión y otros medios. En resumen, se puede afirmar que la estructura hereditaria de un individuo se desarrolla a través del ambiente que vive, de las circunstancias de su vida y de sus experiencias, logrando, a través de un proceso de interacción, una persona.