Accesibilidad para invidentes
El vínculo terapéutico.
Una relación de ayuda profesional se establece cuando se produce la interacción e integración de dos motivaciones fundamentales y seis condiciones esenciales.
Motivaciones:
- Del consultante:
Surge desde la necesidad de recibir ayuda para conectar con el cambio y la transformación personal, promover el desarrollo, el empoderamiento y el acceso a mayores recursos internos, así como para restablecer un contacto saludable con su entorno. - Del profesional psicológico:
Proviene del deseo genuino de brindar ayuda, sustentado en una predisposición actitudinal adecuada y una formación profesional actualizada y comprometida al servicio del otro.
Condiciones:
Para que el vínculo terapéutico se establezca, ambas partes —consultante y consultor— deben entrar en contacto real y significativo.
- El consultante debe encontrarse en un estado de incongruencia interna, vulnerabilidad o angustia, y debe ser capaz de percibir, aunque sea mínimamente, que el profesional reconoce esa incongruencia.
- Es esencial que el consultante experimente tres actitudes básicas del terapeuta:
- Empatía: capacidad de comprender el mundo desde el marco de referencia del consultante.
- Aceptación positiva incondicional: respeto y aceptación sin juicios ni condiciones.
- Congruencia: autenticidad y coherencia del profesional en la relación.
Estas tres actitudes son indispensables para el ejercicio efectivo de la profesión y para que el proceso terapéutico, especialmente desde el enfoque del counseling, pueda llevarse a cabo con éxito.
En casos donde estas condiciones no se logran, ya sea por patologías graves, estructuras psíquicas rígidas, o dificultades en la percepción y vinculación, el proceso terapéutico se ve seriamente limitado o imposible.