
¿Para qué sirve el mindfulness?
Son muchas las personas que ni siquiera durante sus días de descanso, como fines de semana o vacaciones, no logran dejar atrás el frenético ritmo de vida que llevan. No son capaces de aislarse de todo y del todo para bajar el ritmo y disfrutar al máximo del momento.
La verdad es que las personas hemos perdido la sabiduría del ser, estar y conectar. Tenemos demasiadas responsabilidades, tareas y compromisos y si tenemos un hueco libre, buscamos una actividad para ocuparlo, nunca lo destinamos a descansar. Y en los raros momentos que por fin logramos descansar, a menudo nuestra mente está centrada en preocupaciones o pensando en todo lo que podríamos o deberíamos estar haciendo.
Este síndrome de estar ocupados siempre tiene consecuencias como:
- Irritabilidad
- Presión
- Insomnio
- Tensión muscular, problemas estomacales y dolores de cabeza
- Reacciones alérgicas (eczema y asma)
En definitiva, nos acaba provocando un gran nivel de estrés. Por suerte, el mindfulness es una practica que nos puede ayudar a paliar todos estos efectos.
Mindfulness se define como atención plena. Es una práctica preventiva a través de ejercicios mentales cuyo objetivo es fijar la atención en el momento presente para sentir las cosas tal y como están sucediendo, sin pretender ejercer ningún control sobre ellas.
Su origen está en el Budismo y ya, desde hace 30 años se ha integrado en la medicina y psicología occidental. Con la práctica del mindfulness se logra aumentar la autoconciencia, reducir los síntomas físicos y psicológicos consecuencia del estrés y por lo tanto, aumentar notablemente el bienestar general.
¿Qué beneficios tiene el mindfulness?
- Reduce el estrés. En concreto, reduce los niveles de cortisol, la hormona del estrés.
- Aumenta nuestra perspectiva. Nos ayuda a analizar de manera más objetiva y eficaz los problemas que surjan en nuestro día a día.
- Nos ayuda a ser mejores personas. Al ser más conscientes de nosotros mismos, somos menos críticos cuando interactuamos con los demás. Podríamos decir, que desarrolla nuestro lado más compasivo.
Fuente: Formación Emocional
