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Resumen Modulo II
Introducción al trabajo terapéutico con los sueños
Durante el trabajo con un sueño, no se dan muchas explicaciones a
los pacientes; se espera que ellos digan lo que han sentido y de lo que se
han dado cuenta, porque eso es lo más valioso en ese momento.
Algunas veces, el recuerdo del sueño les permite cambiar
conductas de forma consciente, pero a menudo no es esto lo que ocurre,
sino que la información suele quedar gravada en la memoria inconsciente,
y la persona accede a ella de forma no consciente.
PASOS A SEGUIR PARA TRABAJAR LOS SUEÑOS
1. En primer lugar cuentan su sueño como si lo estuvieran
soñando en ese momento
2. Después, una vez que el soñante ha elegido los elementos con los
que vamos a trabajar, se le pide que represente con todo su cuerpo uno de
ellos que nos parece significativo.
En cuanto el sujeto nos da esta información, ya podemos inferir –aunque
sólo sea a nivel informativo– si es una persona eminentemente emotiva,
racional, visceral o sexual.
Esta forma de dramatizar el sueño conlleva una mayor implicación
del soñante, así como la manifestación de sensaciones que no aparecerían
si se mantuviera sentado en una silla.
Implicamos en este trabajo a todo el cuerpo y también al cuerpo-
en-movimiento, con lo que esta experiencia se hace más vivencial
que intelectual, más sensorial y emocional que mental.
3. Una vez que ha representado uno de los elementos y se ha descrito
lo mejor posible, comienza lo que llamamos «la silla caliente», pero, en este
caso, es una silla caliente sin sillas. El soñante representa el objeto ocupando
la posición del mismo y con un lenguaje y una forma de expresarse y de
sentir que tiene que ver con el objeto representado.
Y desde este papel le
hacemos que hable con alguna polaridad, elemento o personaje con el que
vislumbramos que hay conflicto y que aparece en la escena.
4. Una vez que ha representado y expresado el primer elemento, lo
cambiamos de lugar y hacemos que represente al elemento al que antes ha
interpelado o a la polaridad con la que tiene el conflicto y que haga lo mismo.
5. Y a partir de aquí el soñante va construyendo una escena a través de
unos diálogos en los que predominan los sentimientos, el movimiento y la
comprensión de uno y otro elemento y del significado profundo que tienen
para él.
6. A menudo los sueños traen a la conciencia asuntos pendientes de los
que el soñante no es muy consciente o que no se atreve a afrontar.
En estos casos nos encontramos casi siempre con sentimientos negativos
y en algunos de ellos de amor y odio entrelazados no expresados, que
suelen empañar los de tristeza que subyacen por no haber sido reconocido
el soñante por la otra persona o creer que ha sido ignorado, maltratado
y/o ninguneado.
Una vez puestos en palabras todos esos sentimientos y todo lo que
quedó pendiente, le pedimos al soñante que se despida de ese personaje y
lo deje partir. Aquí cerramos el trabajo
A veces no es posible cerrar o integrar una polaridad por la pelea tan
intensa que mantienen ambos lados. Ninguno puede valorar al otro
SIMBOLISMO DE LOS ELEMENTOS EN LOS SUEÑOS
cuando soñamos estamos teniendo emociones, visiones,
sentimientos, a veces muy poderosos, derivados de las imágenes que
estamos observando. Las imágenes que tenemos durante el sueño son
anteriores al despertar, por tanto no tienen nada que ver con esa búsqueda
de significado y de orden que es innata en los seres humanos (y que queda
implícita en la ley de la buena forma)
El sentido es anterior al despertar.
Y aquí es
donde interviene el trabajo del psicólogo, que consiste en desentrañar el
mensaje que las personas han adjudicado a sus sueños o que les van a adjudicar
según van identificándose con los diversos aspectos, personajes y elementos
de los mismos.
Es necesario trabajar cada sueño haciendo todas las descripciones posibles
de los diversos elementos
El agua es el símbolo universal de las emociones, de la sexualidad y
también de la vida.
En cambio, el agua de lluvia está más relacionada con la tristeza y las
lágrimas
La tierra en un sentido amplio se relaciona con la madre.
El padre, por el contrario, se proyecta en elementos relacionados con
figuras totémicas y otros elementos de semejante simbología.
¿Y qué ocurre con el simbolismo de los animales? Evidentemente, cuando
representamos animales en los trabajos con sueños, la descripción que
hace el soñante nos dice qué aspectos de su personalidad está proyectando
en ellos y qué significan para él. Soñar con perros a menudo está relacionado
con la agresividad, sobre todo cuando se trata de perros grandes y peligrosos.
Cuando se trata de perros pequeños y domesticados es probable
que la agresividad esté también demasiado domesticada y reprimida.
En cambio, soñar con gatos, caracterizados como sibilinos y poco fiables,
a la vez que regalones e independientes, estaría representando esos rasgos
del soñante.
Las casas en los sueños son
auténticos reflejos de cómo está el soñante en ese momento. Cómo vive y
cómo se siente.
La percepción de la realidad no es igual para todos los seres humanos,
de la misma manera, tampoco el simbolismo de los sueños es generalizable
para todos.
Normalmente no se da información al soñante cuando hemos terminado de trabajar juntos. Siempre se le pide que diga lo que él ha visto, ha sentido, ha experimentado y ha comprendido durante el proceso.
El trabajo final siempre abre vías de encuentro y acercamiento.
Procedimiento para un trabajo con sueños
Es importante para el terapeuta observar la narración del sueño, el ambiente, los elementos, las personas, las interacciones entre los símbolos y las acciones que ocurren en el sueño.
Revivenciación: Es volver el sueño a la vida.
Reidentificación: En esta parte del proceso, el soñante que es el autor y el director del sueño, se va convirtiendo en los distintos elementos del sueño
Se puede trabajar el conflicto dentro del sueño o si surgen modos de evitación o interrupciones del contacto, se puede salir del sueño, trabajar lo que se considere pertinente y luego regresar a él, integrándolo como un aspecto de la manifestación del sueño mismo.
Cierre: Es el último paso. Es muy importante el cierre en este trabajo. No solo es recoger el tiradero, es necesaria la recapitulación de la experiencia completa
Lo que promueve y facilita la Identificación, es la postura, es decir tomar la postura del símbolo que está representando, el movimiento corporal, la voz.
Técnica de identificación y actuación de los objetos oníricos
Para recuperar aspectos proyectados en el sueño prestamos atención a lo mas evitado por el soñante. Descubrimos esos «agujeros» o » vacios y le pedimos que se identfique con ellos.
LOS SUEÑOS Y LOS PROCESOS DE CAMBIO
Todos los contenidos
de los sueños están impregnados por el mismo sentimiento: el miedo.
Cuando se producen experiencias de miedo, una de las maneras más eficaces para salir del estancamiento es actuar, no importa hacia dónde, lo importante es actuar.
El aprendizaje más sólido es aquel que se produce a través de la experimentación,
mediante ensayo, acierto y error.
La mayoría de los miedos tienen que ver con introyectos, con inseguridades
y sentimientos de inferioridad.
Estos introyectos nos impiden pensar por nosotros mismos, nos dicen qué tenemos que hacer, cómo, cuándo y dónde, y a la vez nos inducen o prohíben
actuar de una u otra forma, pero de forma irracional, sin darnos la posibilidad de pensar e investigar si lo prohibido tiene razón de ser o hay
que desecharlo.
Cuando se trabaja con sueños o, en realidad, con cualquier tema que me
trae el paciente, siempre se tropieza con el mismo principio: «Las peleas
que llevamos dentro de nosotros son las mismas que arrastramos constantemente
en el mundo externo».
Sin embargo, esta forma de ver el mundo se convierte a la larga en una
forma paranoica de estar en él.
Para recuperar los sueños y poderlos hacer realidad es imprescindible
recrearlos, perderles el miedo y vivirlos como un modo creativo del ser
humano de estar en el mundo.
Cómo trabajamos los sueños desde el enfoque gestáltico
El sueño le trajo durante la noche un mensaje: cerrar este asunto pendiente
en el que invertía una energía que no podía utilizar en otras actividades
de su vida. Una vez cerrada está situación, la persona se sentirá más
fluida y liviana, así como más interesada por el mundo y por su entorno.
Cuando una polaridad está en conflicto dentro del paciente, porque un
extremo es rechazado y el otro aceptado, se produce un fenómeno, que
anteriormente ya mencionábamos, por el cual se reprime aquél y se da
mucho más espacio a éste.
El trabajo es asimilar el lado negado de
la polaridad y aceptarlo lo mejor posible.
Es importante que la persona pueda transitar libremente
de un extremo al otro de cada polaridad en función de cada situación
y cada momento.
La integración, fruto de la aceptación de nuestros rasgos, produce
un estado de bienestar y una buena autoestima.
En el caso contrario, cuando la persona rechaza un lado de la polaridad,
este rasgo se retrotrae y se inhibe, dando lugar a que el opuesto tenga
una mayor expresión y valoración.
F. Perls nos habla de 5 polaridades básicas:
1. El perro de arriba y el perro de abajo, que corresponderían al mandón
y al sumiso, al juez y al reo.
2. Masculino-femenino 3. Introversión-extroversión. 4. Contacto-retirada. 5. Autoapoyo-dependencia.
Las considera básicas porque muchas de las problemáticas actuales
tienen su origen en la pelea que se establece entre algunas de estas polaridades.
¿COMO HACER, UNA VEZ QUE TENEMOS IDENTIFICADA LA
POLARIDAD CONFLICTIVA EN LOS SUEÑOS?
El soñante va a ocupar ambos roles de forma alternativa. Para ello vamos
a hacer que se identifique primero con uno de ellos y se describa lo mejor
posible con todas sus características. Una vez que lo ha hecho, se cambia de
lugar y va a hacer lo mismo, pero ahora representando el otro rol. A continuación,
vamos a hacer que dialoguen ambas partes y que cada rasgo
defienda y exprese cuáles son los valores que tiene y para qué pueden servirle;
que trate de ver si alguien de su entorno, cuando era niño/a, descalificó
alguno de esos rasgos y valoró el otro.
El trabajo termina cuando ambos son capaces de reconocer la existencia
del otro y cada uno puede complementar y ser útil en cualquier momento
al soñante.
Resumiendo todo este proceso, podemos describirlo en 6 o 7 puntos:
1. Localizamos la polaridad en conflicto.
2. Colocamos simbólicamente cada extremo de la polaridad en una
silla o cojín.
3. Hacemos que el soñante represente y sea uno de los extremos de la
polaridad
4. Después le cambiamos de lugar y le pedimos que represente la polaridad
no aceptada y que nos cuente todo lo que se le ocurra acerca de ella,
igual que hicimos con el otro extremo.
5. Después hacemos que se vaya cambiando de una silla a otra o, lo
que es lo mismo, que sea alternativamente uno y otro rasgo.
6. Lentamente, a través de este diálogo, se va produciendo un acercamiento,
una escucha y una comprensión que la mayoría de las veces acaba
en aceptación y reconocimiento de una parte por la otra y viceversa.
7. De este reconocimiento se deriva una sensación que muchos soñantes
reconocen como un estado de paz interna, a la vez que se genera una
nueva energía producto del desbloqueo.
El trabajo ha quedado concluido
Sueños en los que aparecen personas desaparecidas por muerte, separaciones, divorcios…
La utilización de la silla vacía para hablar con la persona soñada es la
mejor forma para cerrar estas situaciones inconclusas.
Entonces, al poner al otro delante e iniciar una conversación, comenzamos
a disolver toda esa maraña emponzoñada que los separa.
Si podemos encontrar buenas razones
y dejamos aflorar el amor que subyace en el interior y soltamos el odio y
el resentimiento, aparece un diálogo cariñoso y conciliador.
Cuando el soñante se ofrece a trabajar y las resistencias no lo permiten
. Probablemente referido a las personas tendría que ver
con mantener unidas sin dificultad las cuatro zonas fundamentales donde se ubican: la base o sostén, que está en las piernas, el bajo vientre o zona
sexual, el pecho o zona emocional y la cabeza o parte intelectual.
Cuando la persona tiene una buena conexión entre estas cuatro zonas,
las escaleras que las unen no presentan dificultades para su ascenso o descenso.
Sueños recurrentes
actúan como actos obsesivos que se repiten con la finalidad de ser concluidos
positivamente
Pues bien, estos sueños están diciendo al soñante una y otra vez que
tiene que prestarles atención, le están dando el mensaje de que tiene
que comprender la situación que llevan implícita para ponerle remedio.
Estas ideas obsesivas sobrevienen
cuando un impulso trata de ser realizado, de ser satisfecho, y el super-yo,
según Freud, o el perro de arriba, según Perls, frenan su consecución por
considerar que lo que se esconde tras ese impulso está prohibido y no es
aceptable por la persona.
Cuando los deseos tratan de satisfacerse o al menos se hacen presentes
en la mente del sujeto, y antes de que éste sea consciente de ellos, la censura
interviene y se produce un movimiento tendente a anular la realización
de aquéllos.
Por esta razón es tan importante destapar el contenido que subyace a
las obsesiones, para poder tomar conciencia de los introyectos y de la conducta
prohibida que conlleva en sí el deseo y su realización.
De este modo, un sueño recurrente y un acto obsesivo tienen en común
que ambos implican asuntos pendientes.
Los sueños y el grupo de terapia
Al inicio de una psicoterapia de grupo, sucede con cierta frecuencia
que los nuevos participantes que se integran al mismo producen sueños
cuyo contenido y forma guardan una gran semejanza.
Los sueños que produce el soñante están teñidos de cierta cantidad de
angustia que varía en función de los sentimientos que se movilizan: temor
a ser agredido, rechazado, excluido, desvalorizado, sojuzgado, etc.
La segunda fase que atraviesa un grupo es la denominada «ataquefuga», momento en el que la estabilidad y continuidad del mismo está en peligro por la gran cantidad de agresiones y de ataques defensivos que se generan.
Los miedos que se desatan se pueden enmarcar en dos categorías:
1. Temor a la agresividad y rechazo de parte de los integrantes del grupo
(fuga).
2. Temor a la propia agresividad hacia los otros (ataque).
También nos encontramos personalidades abusadoras y manipuladoras,
algunas de ellas con rasgos victimistas, personas pasivas que aprendieron
a obtener del entorno lo que deseaban seduciendo y engañando y
aparentando ser débiles, frágiles y necesitados.
De aquí la importancia que tiene en psicoterapia el llegar a comprender
el PARA QUÉ de la conducta en lugar del POR QUÉ de la misma.