Impresora

Resumen CF-Mód. 4

Resumen Modulo IV

El trabajo personal

Hemos visto que llevamos muchas cargas de nuestro sistema de origen.  También tenemos problemas que son la consecuencia de experiencias personales vividas en nuestra infancia y niñez. Tus  padres  te  dieron  lo  que  podían  dar.  Nadie puede dar más de lo que él mismo ha recibido. Si nuestro padre recibió poca atención en su niñez, esto lo transmitió a la siguiente generación.  Todas las carencias de nuestra infancia se almacenan sin procesar como experiencias.

PATRONES EN NUESTRAS CREENCIAS

En el nivel mental, estas experiencias se almacenan como convicciones

Estas ideas son inconscientes y forman la imagen que tienes del mundo. Estás completamente convencido que la realidad es como tus convicciones te hacen creer

EL MURO INTERNO

En el nivel emocional erigimos un muro interno debido a todo el dolor que vivimos – por ejemplo, porque recibíamos muy poca atención. De esta manera erige el bebé y el niño un muro para protegerse del dolor. No quieren sentirlo nunca más, es demasiado fuerte. Por eso toman una decisión internamente: “No permitiré nunca más que me hagan daño, no quiero ser nunca más vulnerable.” Esta decisión forma también parte de las creencias.

LA CORAZA CARACTEROLÓGICA

En el nivel físico, las creencias y el muro emocional se manifiestan como tensión muscular crónica

Wilhelm Reich le llama la coraza caracterológica.  Esto es evidente en el cuerpo.

En tus pelvis guardas toda la tensión alrededor de la sexualidad, un cuello tenso muestra generalmente rabia contenida, etc.

.  Para el terapeuta con experiencia, el cuerpo representa un libro abierto que nos permite leer los miedos y las emociones que no se han procesado.

REVIVIR EXPERIENCIAS

Encontrarás   una   salida   de   este   círculo   vicioso   cuando   estés   dispuesto   a   revivir   todos   los   sentimientos reprimidos.    Es posible hacerlo de una manera segura, por ejemplo, en una sesión individual de rebirthing.

En ella surgen uno por uno todos estos sentimientos reprimidos.  Expresarlos y a veces también descargarlos relaja el cuerpo

Debido a este proceso de toma de conciencia puedes poner estas experiencias en una nueva perspectiva

EL MOVIMIENTO INTERRUMPIDO

En la mayoría de las situaciones el movimiento se ve interrumpido por la muerte de la madre, cuando el bebé tiene que permanecer en una incubadora o una estancia en el hospital durante la lactancia o la infancia. En estos casos, el niño se separa de su madre, la única fuente de supervivencia y amor.  Los sentimientos de miedo, dolor y desesperación que el bebé experimenta son impresionantes.  Su desesperación se convierte en ira y el niño se cierra.

Una vez adulto, el niño se enamora y tarde o temprano choca contra su muro interno en la relación con su pareja

La memoria del dolor y desesperación surgen total e inconscientemente de nuevo a la superficie

Por ello no le es posible tener una verdadera relación.

COMPLETAR EL MOVIMIENTO INTERRUMPIDO

El movimiento interrumpido puede ser sanado cuando la madre sostiene al niño en sus brazos hasta que el dolor del momento de la interrupción se vuelve a vivir.  Esto requiere fuerza y persistencia de parte de la madre porque la testarudez y la rabia tienen que sentirse hasta que el dolor, la tristeza y el sentimiento de impotencia surjan.  Cuando estos sentimientos se reviven, el niño se relaja y puede volver a aceptar a la madre.  En los adultos el proceso es el mismo, únicamente el lugar de la madre lo toma por el terapeuta. Éste tiene que esperar que el cliente esté listo para ello y pueda conectarse con la madre. El cliente y el terapeuta regresan en el tiempo al momento en que la interrupción tuvo lugar y los sentimientos que le acompañan se reviven

Algunos  terapeutas  utilizan  el  proceso  conocido  como  rebirthing

EL TRAUMA DE NACIMIENTO

Un trauma al momento de nacer tiene lugar con un parto difícil, por ejemplo, cuando el cordón umbilical se encuentra alrededor del cuello del bebé, cuando se presenta de nalgas, una operación cesárea, etc. También cuando la madre tiene mucho miedo del parto y por ello está tan tensa que la salida del bebé es muy difícil. Los traumas de nacimiento tienen un efecto comparable al movimiento interrumpido. Además, las personas con tales traumas no aceptan la vida totalmente. Tienen miedo de vivir plenamente. Para trabajar los traumas de nacimiento, la técnica de rebirthing es la terapia más apropiada.

CONFIANZA EN UNO MISMO

Cuando un niño recibe lo que necesita, según su patrón natural de desarrollo, existe una mayor posibilidad de crecer, ser una persona libre y segura de sí misma

Se siente aceptado y lo refleja mostrándose alegre y seguro de sí mismo. Cuando un niño no recibe lo que necesita, se arriesga a convertirse en una persona desconectada de sus sentimientos y que vive únicamente utilizando la cabeza. Se convierte en un egoísta porque desarrolla la convicción interna e inconsciente: “No me han dado lo que necesitaba, por lo que no tengo que darle nada a nadie.”

Existen pruebas científicas que comprueban que los traumas que se experimentan en el embarazo o durante el parto pueden acarrear violencia en la vida adulta

HONRAR

Es necesario ser consciente de que a través de la lealtad estamos fuertemente unidos a lo que en nuestra familia se considera normal, antigua    y habitual manera de hacer las cosas

La lealtad familiar es una de las razones por lo que los cambios positivos tardan tanto en ser aceptados e integrados en la sociedad. Por ello es necesario que antes del embarazo se observen los patrones que se han heredado de la familia de origen para ser liberados y que la lealtad con que estás unido a tu familia se haga consciente

De esta manera evitas copiar patrones restrictivos inconscientes

Cuando quieres actuar mejor porque te consideras mejor que tus padres o especialmente que tu madre o tomas una actitud de reprobación, arriesgas el éxito en tu vida

Lección 2

EL NIÑO INTERIOR

Muchas personas tienen anhelos que no se han realizado durante la lactancia o niñez.

Cuando estas necesidades no se han recibido, tratamos de obtenerlas reemplazándolas con cosas materiales o exigencias al entorno y a nuestras parejas. La niñez es una fase en la que desarrollamos nuestra personalidad, donde todo lo que se nos otorga, también la conciencia familiar, desempeña un papel determinante en nuestras vidas, relaciones y destreza en el amor.

A la mayoría de las personas les parece más fácil quedarse con lo que no han obtenido y proyectarlo hacia afuera (hacia los padres, pareja, trabajo, etc.)  y culpabilizarles

Si quieres empezar a vivir, agradeces a tus padres lo que sí te han dado, en especial, la vida.  El resto es tu propia responsabilidad.  Esta actitud nos da fuerza.  Una buena manera puede ser hacerte responsable de tu niño interior. El niño interior es el niño que fuimos en nuestra niñez.  Este niño continúa viviendo en nuestro interior, aunque no somos conscientes de ello.

Empiezas   a   crear   tu   vida   en   vez   de   actuar   como   víctima   de   tus circunstancias (tus padres, tu crianza, etc.)

LA MEDITACIÓN DEL NIÑO INTERIOR

La meditación es excelente para prestar atención a todos los aspectos que no han sido realizados como tus miedos, dolor o tristeza.  La meditación te permite liberar estas partes con las que estás identificado

Cuando una persona adulta se encuentra un tiempo sola no implica que tenga un problema.  El que sí tiene un problema con la soledad es su niño interior.  Este niño no podía sobrevivir sin atención.  Por lo tanto, cada vez que requieres atención, te sientes solo, significa que tu niño interior necesita atención, quiere ser visto o necesita compañía

Ten paciencia contigo mismo y con el niño en ti mismo.

Para la meditación que se describe a continuación utilizamos los sentimientos de soledad como ejemplo. Haz  contacto  con  tu  interior.  Respira un par de veces profundamente con la boca abierta.  Si deseas trabajar con un sentimiento del presente, hazlo presente lo más claro posible. Siente a qué edad encontraste las mayores dificultades con ese sentimiento.  ¿Por ejemplo, en qué momento te has sentido más solo en tu vida? Puede ser que ese momento fuese cuando tenías cinco, diez años o tres meses… Vuelve a sentir ese niño en ti mismo, vuelve a tus recuerdos. Si no es posible sentir claramente puedes utilizar una visualización. Visualizas o sientes a ese niño con la edad que tenía en ese momento. Si eras un bebé, observas al niño interior como si fuese un bebé.  A un niño de doce años no se le sostiene como si fuese un bebé, con un chico de esa edad te sientas y conversas. Un niño de seis años puede sentarse en tu regazo. Utiliza tu creatividad. Al principio puede ser que te sientas un poco extraño, aun así, hazlo. A veces puedes tener la impresión de que has experimentado ese sentimiento en diferentes edades o etapas de tu vida.  Puedes viajar paso a paso por todas esas diferentes fases de tu vida en la meditación. Empiezas con el niño que sientes más cercano o más claramente. Siente o visualiza a tu niño interior y empieza a comunicarte con él.  El primer nivel de comunicación es simplemente sentir.  Siente que tomas a tu niño en brazos, muy cerca de ti.  Siente o visualiza que este niño tiene ciertas emociones.  Permitirle sentir estas emociones    forma el primer paso para liberar la identificación.  Le das un lugar a esos sentimientos, les ofreces un espacio.

Tómate tu tiempo para sentir o visualizar a ese niño.  Siente que ese niño te necesita. A veces los niños interiores ofrecen resistencia, son testarudos o no tienen confianza.

Cuando mantienes el contacto con el niño interior, llegará un momento en el que reaccionará, ya que te necesita. Observa cual era tu sentimiento

Ten paciencia y respétalo. Respira profundamente y permite sentir tus sentimientos.  Este es el proceso de purificación.  Sé consciente que estos son los sentimientos de tu niño y consuélalo, dale el calor que necesita para que acepte sus sentimientos y llore si fuese necesario. También puede suceder que tu niño interior se enfade, que ventile su ira y entonces puedes decirle: “Yo te comprendo. Tú tienes toda la razón, yo te respeto.  Puedes enojarte, no necesitas esconder tu enojo.”  Si sientes que el niño quiere patalear o golpear,

dale el espacio para hacerlo.

Puedes golpear un cojín o algo similar para descargar la emoción de una manera segura. Ayúdale. Tú eres el adulto. Tú puedes ofrecerle el apoyo y la ayuda necesaria para hacerlo de una manera segura.

. Haz un acuerdo contigo mismo, salvarás a tu niño interno, le permitirás ser él mismo y harás todo lo necesario para que se sienta feliz contigo. Visualiza a continuación en tu cuerpo un lugar seguro como un nido para el niño, con un colchón suave con tu “Sí” y una colcha con tu amor. Ese es el lugar de tu niño interior. Dile que puede estar allí y respira hondo.  Visualiza y siente ese nido en ti mismo.  Si quieres decirle algo más, hazlo ahora. Para  finalizar  haces  en  tu  imaginación  una  reverencia  hacia  tus  padres  y  les  dices:  “Les  doy  las  gracias por la vida y por todo lo que me dieron. Ahora yo me encargo del resto. Con amor.” Toma suficiente tiempo después de la meditación para integrar todo lo que has vivido.  Escucha por ejemplo música agradable y disfruta del descanso

La sesión terapéutica es un proceso altamente complejo, en el cual la constelación en si misma solamente constituye una parte del total de las intervenciones. Los síntomas y los problemas afectan al consultante, en su globalidad intelectual y cognitiva, emocional y corporal. El cambio no es generado solo con la constelación sino es necesario aprovechar todo el lapso del encuentro.

El terapeuta debe proporcionar buenas explicaciones. Para el consultante es útil un conocimiento psicológico básico. Se puede dar una pequeña introducción y hacer que el procedimiento sea transparente y comprensible. Estas explicaciones reducen la tensión del consultante, incrementan su interés y promueven su motivación

Para movilizar nuestro propio proceso de búsqueda en pos de otros pasos positivos para el consultante, durante el dialogo y en el curso de la constelación, podemos recurrir constantemente a algunas preguntas a nosotros mismos y también las dirigidas al consultante:

¿Qué es importante? ¿Y De qué se trata realmente?

¿Y que ayudaría?

Se puede repetir cuantas veces sea necesario. Las preguntas reiteradas lo vuelven a llevar cada vez a su propia capacidad resolutiva y sirven para armar continuada y paulatinamente un patrón de preguntas orientadas a la resolución.

Luego del saludo y una breve descripción de la sintomatología, se puede preguntar: ¿Qué hará cuando haya resuelto el problema? La atención del consultante se aleja del problema y pasa a los actos que realizará cuando se encuentre en el futuro al que quiere llegar con nuestra ayuda. La llamada técnica de la bola de cristal proviene de la hipnoterapia. El terapeuta y el consultante proyectan juntos un modelo de buen futuro, mirando, como una adivina, una bola de cristal imaginaria. Recibimos así información muy detallada acerca del estado deseado. Se le pregunta: ¿Qué pasa cuando ha resuelto usted su problema? Así se abre el arco hacia el futuro que el consultante no tiene en cuenta, generalmente, no tiene en cuenta cuando describe la solicitud.

Al final de la sesión podrá llevarse el proyecto de su futuro como ejercicio para la casa con la consigna

Desde el comienzo, se desarrollan en el terapeuta procesos internos de búsqueda que, a partir del conocimiento de dinámicas y estructuras pueden llevar a las primeras hipótesis y a proyectos de pasos resolutivos. ¿Qué experiencias hicieron que el consultante sea así y que experiencias pueden ayudarlo a lograr su objetivo? Quizás aparezcan como en una película, imágenes del consultante y su familia. ¿Qué impresión primaria tiene el terapeuta acerca de él? ¿En que relaciones con la vida ve al consultante? ¿Qué atmosfera trae a este ambiente? ¿Qué personas bien atmosféricamente con él? ¿Cómo vive uno su irradiación corporal y que le transmite? A veces, con su mirada interna, el terapeuta puede ver al consultante de niño, inmerso en su mundo de entonces o relacionado con otros, a veces se interponen fantasías, personas, personajes en la propia imagen interna. Posiblemente, se trate de percepciones plenas de sentido que, de ser ciertas, podremos dejar fluir y pueden ser útiles para el proceso. Como terapeuta es recomendable trabajar con lentitud para disponer de suficiente tiempo y analizar las informaciones, manifestaciones y percepciones, para crearles espacio a las propias imágenes y movimientos. Es muy importante que se sienta cómodo para poder conducir al consultante. Si el lenguaje del consultante es acelerado se puede detener y pedir quedarse en un tema determinado o derive su atención a su estado corporal o de tensión interrumpiéndolo cada tanto: ¿Cómo está respirando ahora? O ¿Cómo se está percibiendo físicamente en este momento? Los consultantes vienen con síntomas o problemas de índole física o psíquicas, buscando vías para liberarse de ellos. Si partimos de la base que los síntomas son correctos, el consultante nos introduce directamente en su historia. Podemos considerar los síntomas como patrones tempranos de reacción que dejaron huellas. Puede estar registrada en su propio pasado biográfico o en el pasado de un miembro de su sistema familiar

Algunas posibilidades efectivas son:

Expresarse en presente: todo aquello que deberá suceder en la situación favorable es descripto ahora mismo como una realidad.

Usar el modo indicativo: describe las cosas como reales expresando las “actitud” del hablante con respecto a la acción expresada. Ej: voy en coche, ayer comi arroz, etc. o ¿Qué hace ud.cuando puede? O ¿Qué sucede cuando hace eso? También durante la constelación ¿Qué ocurre si coloca a a su padre detrás suyo? El modo subjuntivo en cambio divide los sentidos. No usar frases como: ¿Qué haría si pudiera? ¿Cómo sería si colocara a su padre detrás suyo?  Porque mantiene abierta la posibilidad de que se produzca o no. La forma de la pregunta repercute sobre el desarrollo de la conversación. Si se formulan preguntas abiertas, no contestará si o no, sino que ora a los detalles. Las oraciones principales simples o preguntas sin oraciones subordinada son de más fácil recepción que frases largas que contienen mucha información y que acaso se contradicen. Las frases con negaciones no aportan claridad. Si el consultante dice: “Ya no quiero ser tan depresivo” carecemos de toda la información. Por eso lo conducimos a la descripción positiva: ¿Y como debe ser? O le imponemos directamente la regla de omitir la negación y emplear formulaciones de orientación positiva. Si el consultante cae en un lenguaje infantil, se podrá experimentar con él l efecto que tiene de hablar con voz clara y pausada como un adulto y con fuerza. Si habla en voz baja se le sugiere hablar en voz alta y experimentar la diferencia.

Si el consultante presenta síntomas físicos, primero le proporcionaremos alivio antes de proseguir con el proceso. ¿Qué ayuda?……exhalar

Los distintos pasos en el transcurso de una sesión son:

  • La descripción de los síntomas y la aclaración del pedido
  • La anamnesis biográfica, la familiar y el genograma
  • La constelación como tal, con los pasos conducentes y el despliegue de una imagen final y de solución
  • Un dialogo concluyente, y eventualmente, ejercicios e instrucciones acerca de las tareas para el hogar

Precalentamiento

Se trata de la fase en la que el consultante llega a conocer al terapeuta. Asimismo, el profesional aprecia las posibilidades que existen entre él y el consultante, rasgos de personalidad, miedos, limitaciones y también, actitud interna, fuerza y capacidad de comunicación que lo caracterizan.

La solicitud

Lo mejor es que la meta terapéutica sea determinada entre ambos. ¿Qué expectativas deposita el consultante en la constelación? ¿Cuándo esta el cumplido el objetivo requerido por el consultante? ¿Cuándo se considera concluido el trabajo? Con las preguntas ¿Cómo debe ser? ¿Qué debo hacer por ud? Uno puede conocer la idea que tiene el consultante y la expectativa que pone en la constelación.

Durante las sesiones

  • Registrar la solicitud y la meta de la constelación, es decir la idea del consultante de lo que pretende alcanzar.
  • Debajo del genograma, esquematizar la imagen de solución de esa sesión y anotar las tareas para el hogar.
  • Escribir brevemente las intervenciones y frases importantes.

Las constelaciones son discretas y tienen una forma muy reducida, no se explayan en los sentimientos o sus asociaciones.

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LECCIÓN 4

Ejercicios y tareas para el hogar

Cambio y ejercicio

Los cambios son procesos de muchos niveles, que se refieren a todos los planos del organismo interrelacionados

es conveniente verificar en detalle con el consultante cual es la tarea indicada para él en ese momento a fin de dar impulso al proceso deseado. Las tareas son útiles para establecer las bases del trabajo terapéutico y para dar al cliente más estabilidad para cuando no esté directamente en contacto personal con el terapeuta.

Por otro lado, conservan o refuerzan el efecto de las intervenciones terapéuticas que ambos han desarrollado durante la sesión. Los ejercicios deben desencadenar impulsos, despertar en el consultante el gusto por la experimentación, facilitándole así los cambios

Las tareas para el hogar y los ejercicios deberán estar planteados de tal modo que transmitan una experiencia buena y fortalecedora.

Contenido de los ejercicios encomendados

Los primeros ejercicios se refieren a la percepción de su propio cuerpo y del estado corporal. Luego se suma la observación de la conducta y de los procesos internos, para desarrollar, a partir de allí, las alternativas que el cliente describiera cono su meta terapéutica. Finalmente, el ultimo paso en este proceso de transformación es la realización paulatina de las alternativas, primero en el pensamiento y luego con experimentos, de modo que, de esas experiencias, termina por emerger un nuevo patrón funcional estable. Al finalizar cada sesión, el consultante se llevará a su casa las tareas. Surgen de los temas actuales de la sesión y se refieren a las experiencias especiales que la persona haya hecho durante esa sesión. Los ejercicios buenos se pueden mantener durante meses, complementándolos con nuevas tareas.

Percepción del propio cuerpo y del estado corporal

Estos ejercicios hacen que la persona tome conciencia de su respiración, su tensión y la posibilidad de relajamiento. Como ejercicio básico, se prescribe al consultante “exhalar tres veces por día”. La propuesta de respirar profundamente en situaciones críticas no es muy original, pero es efectiva. El peso está expuesto en la exhalación, porque el cuerpo inhala espontáneamente por si solo. La exhalación profunda genera también la inhalación correspondiente. Al transformar la exhalación en una tarea, se incrementa la atención y el cuidado del consultante para esa función del cuerpo. La probabilidad de que piense en su respiración mas veces que las tres “prescriptas” es relativamente grande y constituye el efecto colateral deseado. Esta tarea se encomienda al margen de todos los demás ejercicios, hasta que el patrón respiratorio se haya desarrollado, conformando una respiración continuamente profunda. Los ejercicios para la relajación de Jacobson ayudan en el caso de la tensión corporal crónica.

Observación de la conducta y de los procesos internos

Los conceptos y las ideas del mundo se exteriorizan por medio del lenguaje y determinan el tratamiento del problema y la solución. Como hilo conductor durante las siguientes semanas, el consultante podrá ser acompañado por la pregunta: ¿Qué fortalece y que debilita? Y podrá optar por esta pregunta como directriz para sus observaciones en situaciones concretas, para pensamientos, encuentros y acciones. Así podrá aprender a distinguir, según un trasfondo sistémico, que corresponde a sus propias necesidades o donde comienzan sus estrategias secundarias o si adquirió algo de otras personas del sistema. Inicialmente, se recomienda no hacer ningún cambio de conducta, sino observar primero los patrones de reacción que e manifiestan en forma espontánea. La falta de acción tiene, ante todo, el efecto de que el cliente ya no podrá actuar con sus patrones normales de conducta, porque la observación misma ya los altera.

Desarrollo de alternativas

Para despertar el potencial creativo y abandonar las sendas habituales, iniciamos la búsqueda de una conducta alternativa y que de soluciones dentro del marco opuesto al que había intentado y evaluado hasta ese momento como camino resolutivo. Si el consultante proyectó una alternativa viable, el paso siguiente será transformarla en acción. Para ir paulatinamente la primera vez podría solo observar que se modifica corporalmente y en quien tiene enfrente. Si todavía no se anima a pronunciar, podrá pensar en un ¡NO! Y experimentar en voz baja que pasa cuando la próxima vez diga ¡SI! Cuando el consultante haya construido una base firme mediante el conocimiento, la experiencia y el ejercicio, ejecutará la transición en forma espontánea de adentro hacia afuera, de la imaginación a la realidad. Los ejercicios y las tareas para el hogar se proyectan de manera tal que el consultante haga buenas experiencias con ellos y quede así motivado para involucrarse en más experimentos. Los ejercicios pequeños y continuos son mucho mas convenientes que los grandes y de amplia concepción, dado que deben resultar exitosos y no deben desmotivar al cliente. Si de la sesión no resultó ningún ejercicio, lo mejor es coordinar con él la tarea: ¿En que quisiera poner ud. su atención en los próximos tiempos? ¿Con que quiere experimentar? Durante el proceso, se desarrollan determinados temas que interesan al cliente que no se han agotado.

En el proceso continuado se podría comenzar la sesión preguntando como le ha ido con los ejercicios. Es necesario anotar los ejercicios recomendados en cada sesión. Con frecuencia vuelve a aparecer la imagen completa de lo que sucedió en la constelación o se ha hablado. Si sugiere que la tarea le fue difícil, se fragmentará en pasos más cortos

Técnicas para constelar en la sesión individual

Existen numerosas técnicas distintas para constelar en el marco del trabajo individual. El cliente puede visualizar la constelación en su imaginación (ver más abajo). Cuando se constela con figuras o muñecos o cubos el terapeuta y el cliente tienen una visión conjunta de las constelaciones desde afuera. Cuando se constela con plantillas u hojas de papel, el cliente o el terapeuta ocupan los lugares así señalados, para obtener mayor información acerca de las dinámicas del sistema familiar a través de la percepción del propio estado corporal y sus cambios causados por las intervenciones.  Con el llamado “dedo cataléptico”, el consultante apoya su dedo sucesivamente sobre las pequeñas figuras que representan a su familia y relaciona las experiencias con su imagen interna. Todos estos diferentes métodos de trabajo permiten experiencias de gran intensidad y reconocimiento y son excelentes para verificar hipótesis y transmitir imágenes de solución efectivas. Durante el proceso de una constelación, se pueden alternar os distintos medios sin solución de continuidad. Eventualmente se pueden realizar contactos físicos o tomar al cliente de los hombros o sostener su espalda. Estando de pie, podrá también agregar con su imaginación mas personas en su sistema que se encuentra cubiertos de anclajes.

Constelación con “anclajes”: hojas de papel, plantillas

En una constelación con anclajes, se colocan hojas de papel o plantillas de cartón, fieltro o goma eva en los lugares de la sala. Después de la charla anamnésica, el terapeuta ha elegido a las personas que al parecer son de relevancia para el problema y su solución. Entregar al consultante una cantidad de anclajes y lo guía:  “Aquí tienes una hoja para tu padre, tu madre….. y otra para ti. Busque en este espacio un buen lugar para cada una de esas personas, comenzando por su padre. El cliente distribuye los anclajes y toma asiento o, de inmediato se ubica en el lugar preciso del sistema que eligió para sí, o el terapeuta coloca otra hoja a cierta distancia para él y deja al cliente parado allí. Este lugar adicional hace de metaposición para el consultante, le permite tomar distancia interna y promueve su capacidad ´para el llamado “desdoblamiento terapéutico” como se denomina al estado en el cual el cliente se observa conscientemente en su hacer y sentir, que hasta ese momento era inconsciente. Se torna su propio “testigo interno”. Cuando el terapeuta quiere analizar una única relación o dinámica, entonces podrá colocar en el piso dos hojas de papel una frente a otra: “esta es una hoja para su madre y esta otra para Ud.” Ubíquese en su lugar y respire profundamente o si el cliente vacila, es inseguro o indeciso respecto de donde señalar un lugar, el terapeuta podrá hacerlo por él: “Yo elegiré el lugar para su hermana” Desde la terapia corporal, e hecho de estar de pie transite al cliente una imagen corporal correspondiente a una edad mas avanzada que la posición de sentado o recostado, propiamente infantil. Las posiciones en el espacio cimientan las experiencias psíquicas y emocionales en el campo de la memoria corporal.

Procedimiento con plantillas

Las plantillas se entregan al consultante una vez que le hemos aclarado en qué

consiste y cómo es el procedimiento. Lo primero que debemos explicar es que, salvo

contadas excepciones el consultante no sabrá a quiénes representan las plantillas.

El constelador debe

asignar el rol de cada plantilla antes de entregarlas al consultante y, si es necesario,

esta información puede anotarse. El consultante deberá luego proceder a colocar

cada par de plantillas de colores en el espacio, como si fueran unas pisadas, pero sin

asignarles un rol.

Elección. Información útil para el consultante para que sea representante

Para elegir qué plantillas vamos a configurar, debemos tener presente el motivo de

consulta. Debemos informar al consultante que, cuando se ubique sobre las plantillas,

su tarea no será adivinar de quién se trata, sino prestar atención a las sensaciones

físicas o emocionales que surjan en su interior y tomarse el tiempo necesario para ver

cómo se encuentra allí en ese lugar.

La representación en las plantillas

Observar la configuración

¿En qué lugar se colocó el consultante con relación a los padres o al síntoma o al

sistema en general? ¿Cómo agregar plantillas adicionales a la configuración

previa? ¿Cuándo es necesario?

Antes de pararse en las plantillas, es importante observar la imagen y leer en qué

lugar se colocó la persona con relación a sus padres o al síntoma. Es conveniente

guardar esta imagen en la memoria por si más adelante las plantillas se cambian de

lugar y cambian la imagen anterior.

A continuación, podemos pedir a la persona que se ubique en sus plantillas

o podemos preguntarle dónde se ubicaría.

es conveniente que se coloque

primeramente en su sitio si detectamos que la persona tiende a poner primero a los

otros, o si se lo ve perdido, disperso o volátil.

Si, en base a lo que ven, consideran que la persona se encuentra más bien enraizada

o es concreta, o parece estar muy segura de su posición, es útil pedirle que elija un

lugar, así tenemos una pista acerca de con qué persona de su familia necesita

conectarse

podemos hacer que la persona

se ubique en cada uno de los lugares. Incluso es posible que el constelador cambie

de lugar tantas veces como crea conveniente a fin de registrar sus propias

sensaciones.

Las sensaciones que perciba el constelador son importantes para evaluar si el

consultante está registrando sensaciones parecidas.

Sin embargo, lo que más tendremos en cuenta serán las sensaciones que registró el

consultante en cada lugar que se paró.

Aquí hace falta detectar cuál es la intención del consultante con relación al asunto de

pareja:

a. Consultante sin pareja que desea tener una

Se pueden dar dos pares de plantillas al consultante: un par para sí mismo y otro para

una posible pareja, y comenzar a explorar por allí.

Se puede observar, por ejemplo, si

el consultante está mirando hacia esa posible pareja o no, y en caso de no estar

mirando en esa dirección, prestar atención al lugar hacia dónde mira.

Otra forma de empezar, es, nuevamente, con dos pares de plantillas: un par representa a la persona en pareja, mientras que el otro representa a la persona soltera. De esta manera, el consultante puede evaluar cómo se siente en cada lugar.

El criterio para decidir si comenzar de la primera forma o la segunda tiene que ver

con cómo es el consultante, según su forma de procesar la información y su

capacidad para simbolizar.

b. Consultante con una relación de pareja donde hay dificultades, que tiene la

intención de mejorar de su parte lo que sea posible para que la relación

continúe

Se puede comenzar asignando unas plantillas para el consultante y otras para su

pareja actual.

Se hace lo mismo con plantillas o representantes para el consultante y otras para su

mamá y su papá. Al cabo de un rato se pueden agregar unas plantillas o un

representante para la pareja.

c. Consultante que ya ha decidido separarse pero no posee la fuerza para dar el

salto

Exclusivamente dentro de una sesión individual, se puede comenzar con unas

plantillas para el consultante en pareja con esa persona y otras para el consultante sin

estar en pareja con esa persona. Por lo general se hace la indicación de que las ubiquen una al lado de la otra.

Otra alternativa es colocar plantillas para el consultante, su actual pareja y la separación

Independientemente de cómo empiece, luego se puede agregar la familia de origen

a la misma configuración

d. Consultante que está en pareja pero atraviesa una emoción que trasciende su

asunto con esta relación

En este caso, una primera opción es empezar con unas plantillas para el consultante,

otras para su pareja actual y otras para la emoción que lo aqueja.

También se puede empezar directamente con el consultante y su familia de origen,

además de usar plantillas para la emoción.

Relación con los padres

a. Cuando el consultante no puede poner límites a sus padres y se siente agobiado

debemos tener muy en cuenta la edad del consultante

Una forma de empezar puede ser con plantillas para cada uno de los padres y otras

para el consultante. En este caso se  recomienda colocar unas plantillas para el futuro.

b. Cuando el consultante se siente enojado con sus padres y tiene reclamos que

desea soltar

es esencial, muchas veces,

además de colocar plantillas para cada uno de los padres y el consultante, ubicar

unas plantillas que representen al futuro o a su vida actual.

Síntoma

Se puede considerar como síntoma no solo aquella situación física que nos

desequilibra en ese nivel, sino también aquella situación emocional que se manifiesta

en un momento determinado (emociones) o bien que se ha manifestado en el

transcurso de toda nuestra vida sin que tengamos conciencia acerca de sus

disparadores reales (sensaciones previas).

a. Enfermedades físicas

Una posibilidad es iniciar una constelación asignando plantillas que representen, por

un lado, al consultante y, por otro, al síntoma.

Luego es posible colocar más plantillas para sus padres,

hermanos o pareja, según la forma en la que se vaya desenvolviendo la

configuración.

En las sesiones individuales, es útil armar dos constelaciones paralelas con plantillas. Para esto, se pide al consultante que imagine que el consultorio está dividido en dos partes, donde en un lado transcurre una configuración, y en el lado opuesto, la otra.

Habitualmente el lugar donde decide colocarlas es el que, aporta información sobre el contexto en el que se despertó el síntoma o la enfermedad

Esta situación es como si el síntoma hablara y propusiera algo.

b. Emociones

Es oportuno muchas veces poner unas plantillas para el consultante y otras para la

emoción que lo aqueja en el momento, por ejemplo, la ira.

Si se trata de un

sentimiento despertado por alguna relación, o si todas las relaciones de pareja le

despiertan determinado sentimiento, se pueden poner unas plantillas para el

consultante, otra para la emoción y otra, por ejemplo, para la pareja

c. Sensaciones previas

En este caso, se pueden brindar varias plantillas: para el consultante, su madre, su

padre y, finalmente, para la sensación previa. Desde aquí quizás sea posible visibilizar

una implicancia

Habitualmente, al trabajar con sensaciones previas, para poder llegar a la lealtad, es

decir, descubrir de qué manera el consultante está ligado a esta implicancia, es

necesario visibilizar esa lealtad en la constelación.

Metas

a. Dinero, trabajo, éxito.

b. Felicidad, alegría, salud, bienestar

Con cualquiera de estas opciones, la constelación puede empezar con unas plantillas

para el consultante y otras para su meta o para aquello que quiere alcanzar.

¿Qué sucede cuando un abstracto se humaniza?

Frecuentemente, cuando trabajamos con una emoción, un síntoma, el trabajo, el

futuro o el dinero, trabajamos con una plantilla abstracta que nos va a dar información

sobre el funcionamiento del sistema en general.

Ahora bien, cuando el abstracto comienza a manifestar emociones con mucha fuerza,

decimos que se “humanizó”, que comenzó a representar a alguien que se ve excluido

del sistema o algún hecho relacionado con esa persona.

Una de las posibilidades

cuando esto sucede es agregar otras plantillas que representen a esa persona

excluida.

El proceso se desenvuelve ante la mirada interna del cliente; él visualiza el acontecimiento mientras está sentado en una silla, pudiendo, visualizar la primera imagen que muestra su representación interna de la constelación y con la guía del terapeuta, efectuar modificaciones tendientes a arribar a una imagen de solución. Antes de comenzar la visualización se le explicará en que consiste. “Le propongo algunos ejercicios y ud. Observará como se siente. Puede mantener los ojos abiertos o cerrados y modificarlo cuantas veces quiera. Cuando sienta la necesidad de una pausa podemos detenernos en cualquier momento.

Cuando describe sus imágenes, el terapeuta observa la participación corporal y los sentimientos que expresa. Si debe interrumpir la sesión por alguna interferencia, no significa que se suspenda, sino que el cliente puede seguir avanzando en su proceso.

Se recurre a las visualizaciones durante una constelación como un movimiento más

dentro de la configuración con plantillas.

Aprovechando que, durante la sesión individual, el consultante será, además, un

representante, puede efectuar movimientos como si fuera el padre o la madre

haciendo directamente una visualización, en lugar de agregar plantillas adicionales

para los abuelos, las parejas anteriores o demás.

  • Visualización de la unión del padre y la madre
  • Visualización para obtener fuerza
  • Visualización con las mujeres de la familia
  • Visualización con la familia materna y con el padre como sostén
  • Visualización con el dolor ancestral
  • Visualizaciones para detectar implicancias o enredos

Trabajar  con  muñecos es  utilizar  una  herramienta  de  tipo simbólico. Mediante el  trabajo  con  muñecos  representamos  de manera metafórica y visual. Los muñecos permiten representar elementos de un sistema (personas o conceptos) y la ubicación de los  distintos  elementos,  en  referencia  a  los  demás,  es  una representación  de  la  dinámica  relacional.  Los  muñecos,  al mostrar visualmente elementos y dinámicas, permiten objetivar, exteriorizar  múltiples  dimensiones  o  aspectos  de  la  realidad personal del cliente. Este acto de sacar fuera, de posibilitar verlo sin necesidad de contarlo, de presentar una realidad atemporal y no secuencial, facilita tres tipos de procesos fundamentales en el espacio terapéutico:

Un proceso de integración personal: Se puede considerar que, en cierta forma, uno de los ejes fundamentales de  un  proceso  terapéutico  es  que  el  cliente  vaya  ampliando  el conocimiento  que  tiene  acerca  de  su  persona,  de  modo  que  cada  vez pueda llevarse mejor consigo mismo y cuidarse más de acuerdo con sus necesidades. Frecuentemente, el hecho de “no conocerse” tiene que ver con  los  aspectos  que  la  persona  excluye  de  sí  misma.  Las  razones  y mecanismos por los que una persona puede excluir rasgos, sentimientos, episodios vitales, cualidades, estados y/o circunstancias. Entre  ellos  destacaría  los  intentos  de  evitar  el  dolor  que  conllevan determinadas  vivencias  y  emociones  (vergüenza,  culpa,  rechazo, frustración, etc.).

Al  mantener  apartados determinados  rasgos  o  aspectos  de  nosotros  mismos,  nos  vemos reducidos a funcionar como personas incompletas, potenciándose así el circulo vicioso de  cuánto menos identidad propia tengo, más inseguro me siento y más necesitado estoy de la aprobación de los demás

la necesidad de integración  de  distintos  aspectos  de  la  persona  puede  ser  de  tipo sincrónico  (aspectos que aparecen simultáneamente  en  un  momento dado:  polaridades,  necesidades  personales  aparentemente  poco compatibles,  una  enfermedad  o  un  síntoma  actual,  etc.),  o  de  tipo diacrónico (aspectos que aparecen a lo largo de una evolución o proceso temporal:  sucesos  biográficos  como  experiencias  traumáticas  o relaciones  afectivas  previas,  reencuentro  con  el  yo-niño,  el  yo- adolescente,  el  yo-actual  o  incluso  la  proyección  de  quien  queremos llegar a ser).

En cualquier caso, el trabajo con muñecos plasma mediante una metáfora visual este tipo de conflictos, concretando lo abstracto y provocando la vivencia emocional en el presente (aquí-ahora).

Un proceso de asunción de la propia responsabilidad sobre el cambio

. Las personas manejamos múltiples y variadas fórmulas para “echar balones fuera” y no asumir la responsabilidad de hacerlo lo mejor posible para ser felices dadas la circunstancias externas e internas que a cada cual le toca vivir

Por otra parte, conviene tener en cuenta que, estrechamente ligada a la necesidad de evitar el dolor que se ha comentado en el epígrafe anterior, existe también en nosotros una gran necesidad de búsqueda de control sobre el entorno físico y social.

Así, mientras sea posible, tendemos a evitar el cambio.

En definitiva, para promover el cambio, necesitamos tener en cuenta que si la persona no ha solucionado antes el asunto que le preocupa no es por falta de interés o de inteligencia.

Un proceso de reubicación dentro de un sistema

Junto a los procesos de integración y de toma de responsabilidad sobre  el  propio  cambio,  es  fundamental,  especialmente  en  las sesiones  de  asesoramiento,  ayudar  al  cliente  a  encontrar  una  buena posición o lugar de fuerza dentro de su sistema familiar, organizacional o socio-histórico.

En este proceso es de gran  ayuda  apoyarnos  en  los  órdenes  (y  no  perder  de  vista  los desórdenes) explicitados por Bert Hellinger: quién está excluido, quién se coloca por encima o por debajo, cómo se da y cuánto se toma.

El genograma  es  un  formato  para  registrar  personajes,  hechos  y  datos relevantes del árbol genealógico del cliente, teniendo en cuenta tanto la familia actual como la de origen y recogiendo información de al menos tres generaciones ascendentes (padres-abuelos-bisabuelos). La entrevista del genograma forma parte de una evaluación cualitativa

Existen  muchos tipos  de  pautas  vinculares  en  las  familias:  de  distancia  vincular,  de triangulación  emocional,  de  protección  de  legados  o  secretos,  de devolución de deudas, de complementariedad o reciprocidad, etc. A  través  del  genograma  podemos  estudiar  históricamente  el  sistema familiar y evaluar no sólo los sucesos críticos pasados y actuales sino también los temas, mitos, valores, normas evolutivas y cuestiones con implicaciones  emocionales  de  generaciones  previas  que  aparecen  de manera reitarativa y se constituyen en pautas o patrones identificables.

Quién propone el trabajo

El trabajo es propuesto por el consultor/terapeuta a partir de la demanda del cliente así como de las hipótesis de partida según la entrevista, el genograma  o  el  conocimiento  que  se  tenga  del  cliente.  Sin  embargo, necesitamos el permiso del cliente para trabajar con nuestra propuesta.

A veces el cliente tiene una propuesta de trabajo (por ejemplo “ver la relación con mi abuelo”); nosotros debemos decidir entonces si se trata de un trabajo que le dará fuerza al cliente y al sistema o que la restará

Cada terapeuta puede, y de hecho debe, trabajar desde el marco donde se sienta más cómodo. Para cada cuestión planteada existen numerosas, si no infinitas, posibilidades de abordaje.

En el caso de una persona que se encuentra dividida entre la necesidad de compromiso y la de libertad, podemos proponerle trabajar con muñecos, por ejemplo, de las siguientes maneras:

Sacar  un  muñeco  para  sí  mismo,  otro  para  la  necesidad  de compromiso  y  otro  para  su  necesidad  de  libertad.  En  este  caso trabajaríamos  con  la  idea  de  ver  como  podría  integrar  ambas polaridades, ver como sitúa a su representante respecto a sus dos necesidades,  permitir  que  afloren  proyecciones  y  connotaciones respecto a cada uno de los polos, qué implica para él ponerse cerca de uno o del otro, etc.

Sacar un muñeco para sí mismo en el momento actual, uno para el niño que fue, otro para el adolescente, otro para el viejo que será. En este caso tendríamos en cuenta qué carga biográfica y qué significado emocional representa para el cliente cada una de las dos opciones, comprometerse-mantener su libertad, y también el proyecto de vida que se está planteando (¿cómo estará dentro de 5, 10 y 20 años eligiendo una u otra opción?).

Sacar un muñeco para él mismo, otro para su madre y otro para su padre. Así podríamos observar si necesita replantearse o cambiar su relación  con  sus  progenitores  y  cómo  puede  estar  influyendo  la dinámica  familiar  establecida  en  su  necesidad  de escaparse

Preguntarle  sobre  las  relaciones  y  áreas  de  su  vida  donde  vive  el compromiso y en cuáles vive la libertad. Pedirle que saque muñecos para esas personas y aspectos. Por ejemplo, podría ubicar muñecos como  la  novia,  el  jefe  y  la  hipoteca  como  experiencias  de compromiso y su vocación de escritor, su sueño de viajar al polo norte y sus amigos como ejemplos de su necesidad de libertad. A partir de la primera disposición dada por el cliente podríamos pedirle que buscara un buen lugar para él. Así, mediante aproximaciones y consiguientes  confrontaciones

podríamos facilitar el que llegara a un pacto realista donde el balance entre ganancias y renuncias fuera consciente y satisfactorio.

Quién elige los muñecos

Una vez que hemos propuesto el trabajo y los personajes que se van a ubicar inicialmente, es conveniente que sea el cliente quien escoja a los muñecos para representar a los miembros de su sistema que participan en el trabajo. El hecho de elegir facilita la implicación del consultante y a través de observar cómo mira los muñecos, cómo los coge, cómo los elige o descarta, etc.

obtenemos mucha información sobre su actitud ante el trabajo, ante su sistema y ante los distintos miembros escogidos

Las instrucciones suelen ser: “Por favor elige a un muñeco que represente a X, otro que  represente  a  Y,  otro  que  represente  a  Z  y  otro  que  te represente a ti mismo. Primero escoge todos antes de colocarlos. No hace falta que se parezcan físicamente, ni que coincida el color del pelo o que  sean  del  color  con  que  frecuentemente  vistan.  Escoge  aquellos muñecos que para ti mejor podrían representarles.”

Quién coloca los muñecos

En un primer momento el cliente es el más indicado para colocar a los muñecos tras la instrucción “ahora dales un lugar en este espacio; no lo pienses mucho, simplemente colócalos según creas que están situados. Puedes tener en cuenta quién está cerca de quién, quién mira a quién”. En algunas ocasiones los muñecos pueden ser utilizados por el terapeuta para explicar de manera visual algo pertinente en la sesión; en este caso es el terapeuta quien los coloca.

Quién mueve los muñecos

Principalmente el consultor es quien debe asumir la responsabilidad de moverlos según las resonancias que se produzcan a lo largo del proceso.

El  cliente  puede  mover  el  muñeco  que  le  representa  a  instancias  del consultor (“busca un buen lugar para ti”) o incluso de manera espontánea(por ejemplo, cuando expresan: “creo que ahora me encuentro aquí” o “no, ahí no me siento bien”), pero no debemos permitir que muevan los muñecos  que  representan  a  otros  miembros.  En  caso  de  que  pidan permiso para cambiar un muñeco de lugar o que pidan al terapeuta que mueva alguno, debemos sopesar si ese movimiento está dentro del orden o si “resuena” en nuestro interior como adecuado. En caso afirmativo podemos permitir el movimiento. En caso de que vaya en contra de los órdenes podemos permitir el movimiento para explorar el efecto que tiene sobre el sistema representado y facilitar así que el cliente pueda verlo. También podemos explicar la razón de por qué no sería un buen movimiento

se puede considerar el trabajo como una partida de billar, donde sólo podemos tocar nuestra bola pero que, cada vez que lo hacemos, cambiamos la configuración sobre el tapete y participamos en el curso de la partida.

Preguntar al cliente

Hay  que  preguntar  al  cliente  mucho  más  que  en  un  taller  grupal  de constelaciones o que en una sesión habitual de psicoterapia. Necesitamos estar  continuamente  en  contacto  con  la  imagen  que  el  cliente  está teniendo de la representación de manera que podamos darnos cuenta de sus puntos ciegos así como de sus insights o “darse cuenta” y utilizarlos provechosamente. Para ello conviene preguntar de manera abierta, para facilitar el proceso de explicitar lo evocado, siempre haciendo referencia a  los  muñecos,  cortando  cualquier  intento  de  irse  fuera  del  aquí  y  el ahora, no permitiendo una verbalización excesiva y utilizando un tono y un ritmo pausado para facilitar la expresión libre del cliente y que no se convierta en un interrogatorio. Algunas de las preguntas más efectivas son: “¿Cómo se siente ese muñeco que te representa a ti?, ¿y ese que representa a tu hermana?”; “¿Cómo se encuentra el padre aquí? ¿Dónde mira? ¿Si pudiera hablar, qué crees que estaría diciendo?”; “Mira esta muñeca que representa a la esposa de este otro y a la madre de este chico y de esta chica: ¿cómo crees que se puede sentir ahí? ¿Está a gusto? ¿Dónde crees que le gustaría estar?”. Por lo general, los clientes entran bien en el trabajo y se permiten “jugar” de manera abierta y espontánea.

Sin embargo, hay veces que nos podemos encontrar con dificultades a la hora de que la persona se implique en el trabajo con los muñecos. Cuando un  cliente  comienza  a  responder  a  nuestras  preguntas  relatándonos emociones, cogniciones o sucesos que no tienen tanto que ver con la ubicación de los muñecos en la sesión sino con la idea que tiene de lo que está  sucediendo  en  su  familia  en  la  vida  real,  es  necesario  atraer  su atención a los muñecos y su disposición y pedirle que base su respuesta en lo que está observando en la configuración y no en lo que sabe o cree que está pasando fuera de la consulta:

También, a veces, por pudor o porque simplemente nunca han jugado con muñecos, les cuesta dejarse llevar por las imágenes o las sensaciones ante las figuras.

En esos casos subrayar la idea de que se trata de un juego, que no existen respuestas correctas y que es una forma de ayudarme a mí a ver lo que me han explicado antes sobre su familia o sobre lo que le preocupaba.

No interpretar

Lo que nos interesa es el significado que algo tiene para el cliente, sus proyecciones,  las  connotaciones  personales  o  las  construcciones  que emergen en el trabajo con muñecos. Podemos comentar lo que la imagen de los muñecos nos sugiere a nosotros para ver si al cliente le dice algo, si le resuena, pero no dándola como expertos o suponiendo que nuestra visión  es  mejor  o  más  acertada.

No discutir con el cliente

No se trata de tener razón. El cliente puede ver hasta donde puede ver y no  debemos  forzarlo  a  ir  más  allá  pues  resulta  contraproducente. Podemos  darle  nuestra  visión  y  permitirle  que  la  tome  o  no,  sin obligación por nuestra parte de convencerle ni obligación por su parte de estar de acuerdo con nosotros.

Buscar alternativas de evocación

La imagen es que estamos en un cuarto con el cliente y le queremos mostrar otro donde nunca antes ha estado. Hay múltiples puertas para ello y no una sola. Posiblemente el cambiar de “cuarto” y moverse a un sitio desconocido le asuste y puede que nos cierre la primera o segunda puerta por la que le invitamos a pasar. Entonces necesitamos encontrar otra vía que le dé mayor confianza o donde sus miedos no sean tan paralizantes. Como no se trata de discutir ni de imponer, sino de ampliarla visión del consultante sobre un asunto, debemos buscar formas para que  le  resulte  más  fácil  tomar  una  nueva  perspectiva.  A  veces  las dificultades para ver algo forman parte del problema y no se trata de culpar  al  cliente  de  sus  “resistencias”,  sino  de  buscar  el  lenguaje,  la metáfora o el mito al que pueda acceder el cliente, que le ayude a salir de su propio laberinto.

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