Síntomas, sentimientos y movilizaciones internas
Movimientos de apertura, retracción. Sentimientos primarios, secundarios, adquiridos y meta sentimientos
Para el diagnostico entre los síntomas y las estructuras psicológicas del consultante, podemos observar dos movimientos internos bien diferenciados: el movimiento de apertura y el de retracción. Tienen una gran significancia para la capacidad de estar en el mundo y en interacción con los sentimientos que provocan y en los cuales influyen. Movimiento de apertura: es el interés por el mundo, la dedicación a la vida y una actitud inconsciente o intencionada, una franqueza interior. Es el movimiento primario que está orientado hacia el encuentro con personas y objetos. Los sentimientos primarios responden al patrón del movimiento de apertura y el estado corporal está caracterizado por distensión, agilidad y reacciones espontaneas y ajustadas a las situaciones. Movimiento de retracción: es todo tipo de retirada en la cual el consultante se aparta y se cierra en su fuero interno. Sirve para enfrentar o protegerse en una situación. Se manifiesta por tensiones crónicas y por fantasías y conceptos sobre cómo debería ser y no como realmente es. La actitud global del paciente equivale a una negación.
Síntomas
Podemos interpretar los síntomas y errores de los que se queja el paciente, su comportamiento inapropiado y los sentimientos incomprensibles que lo irritan y atormentan como simbolizaciones convenientes que siempre serán “correctas”. El síntoma lo vive como un trastorno y una carga. Se siente responsable y se auto recrimina si no puede controlarlo. Concluye siendo un alivio cuando finalmente, los síntomas adquieren un sentido o presentan otro significado a través de razonamientos sistémicos. Cuando en una situación dada, aparece un síntoma o un sentimiento que fue traído del sistema familiar, entonces, partimos de la base de que es correcto en su calidad y medida, pero no así el momento y la constelación en que se manifiesta, pues pareciera pertenecer a otra persona. Las preguntas importantes para una nueva comprensión del síntoma son entonces: ¿Cómo debe ser interpretado, en que contexto tiene sentido y a qué situación y persona dentro del sistema del paciente podemos atribuirlo?
Sentimientos primarios y movimiento interno de apertura
Son considerados como sentimientos originarios que están unidos. Se los reconoce por las siguientes características. Fortalecen, expresan el natural movimiento de apertura y siempre serán adecuados en la situación en que se manifiestan. Puede ser un afecto, un amor profundo, la furia por alguna injusticia o el miedo por alguna amenaza. El sentimiento recorre una escala de tensiones: aparece, se incrementa, decrece y concluye. El paciente sigue en contacto con el mundo exterior que no sucede con los sentimientos secundarios. Cuando un niño nace su único movimiento de apertura es su expresión y su comunicación. Este movimiento permanece latente por permanecer en la manada. Si somos excluidos nos devorarán las fieras. Las personas que pueden sentir sus sentimientos primarios y vivir un movimiento de apertura, por lo general no vienen a terapia. Es más usual ver a personas que por su historia y experiencias, les es vedado ese libre acceso, de manera que sienten una restricción interna que con sus medios no pueden vencer solos. Como hipótesis podemos suponer que los problemas y síntomas son sentimientos secundarios o sentimientos adquiridos.
Sentimientos secundarios, movimiento interno de retracción y movimiento de apertura interrumpido
Para el niño el vínculo con los padres o sus cuidadores constituyen el inicio de todo su mundo. Vive en relación e interacción, haciendo la experiencia de recibir dedicación y atención y la satisfacción de sus necesidades cuando se manifiesta y comunica. Si sus ofrecimientos de relacionarse no son respondidos, cae en estados de inquietud física y se aparta. Esto se entiende como un patrón básico para sentimientos secundarios y si, se proyecta como patrón a lo largo de la vida, podremos definirlo junto a Bert Hellinger como un “movimiento interrumpido de apertura”
Si la interferencia relacional se presenta con frecuencia se llegará a un límite en el que primará la resignación y el niño ya no hará intentos de iniciar contactos con otras personas. Especialmente detrás de la depresión y la resignación resulta visible que el paciente vuelve a estar expuesto a situaciones y sentimientos vinculados con ellas, en las que, en un movimiento de apertura, jamás ha encontrado una contraparte que le haya dado una respuesta. Cuando en la terapia, el paciente se acerca a los sentimientos primarios detrás de las estrategias secundarias de elaboración, entonces frecuentemente describe esos sentimientos de miedo o, en general, miedo a la vida, profundo temor, pánico, angustia mortal, terror, espanto indescriptible, amenaza existencial y generalmente, la sensación de querer hablar del miedo a disolverse, transcurrir, desaparecer.
En la práctica podemos observar el patrón de un movimiento interrumpido de apertura cuando, en la historia de la infancia del paciente, su contacto con una persona referente fue interrumpido a temprana edad (viajes, enfermedad, guerra, etc.) Otras veces puede suceder cuando padre o madre estaban atados internamente al propio sistema no pudiendo estar disponibles para su hijo.
Como pueden reconocerse los sentimientos secundarios en el proceso terapéutico
Así como los sentimientos primarios corresponden a un movimiento de apertura, los sentimientos secundarios acompañan al movimiento de retracción, se los puede detectar bien en el proceso terapéutico. Dado que los sentimientos secundarios con los estados físicos respectivos se nutren de imágenes internas y experiencias anteriores y no se generan a partir de la situación presente, el paciente tiende a no estar en contacto con el terapeuta o cerrar los ojos. Siendo así, los sentimientos secundarios pueden ser interrumpidos fácilmente al insertarlos en el presente, pidiéndole que lo mire a los ojos. Los sentimientos secundarios son crónicos, no tienen un inicio concreto ni un final claro y no recorren una escala de tensiones, como si lo hacen los primarios. Aparecen en las sesiones siguientes. Como contraparte, nosotros como terapeutas reaccionamos con patrones secundarios y fijamos nuestros límites. Percibimos la expresión de sentimientos del paciente como equivocada y sentimos impaciencia, agresión, aburrimiento, aparecen la incredulidad y, a veces, también la indignación, aunque no la compasión. El conjunto de síntomas que reactiva el paciente es una imagen compleja de un estado proveniente de su pasado que nos permite deducir las circunstancias y especialmente la época del trauma, las necesidades que el paciente tenía en aquel entonces y las posibilidades de solución que necesita en el presente para dar un buen final a la antiquísima situación traumática. Para el proyecto del desenvolvimiento terapéutico se presenta la pregunta: ¿Qué sucede, que siente y qué vive el paciente si no recurre a sus conocidas estrategias de superación?
Patrones adquiridos a través del sistema: sentimientos, acciones, pensamientos
Bert Hellinger describe la adquisición de experiencias, estados y misiones de generaciones anteriores como una dinámica fundamental. Así como los sentimientos secundarios no se corresponden con la situación, tampoco son adecuados los sentimientos adquiridos. Se manifiestan sin disparador externo alguno y debilitan tanto como los sentimientos secundarios porque no pertenecen a esa persona. Estos sentimientos se pueden comprender en el marco de la “lealtad infantil”. Los sentimientos adquiridos provienen del contexto de otra persona. Se origina en el sistema familiar. Los sentimientos y acciones adquiridos son vividos y descriptos como ajenos al Yo. Es decir, que tiene en algún plano profundo y con frecuencia inconsciente, una idea de su Yo “real” al cual se oponen su actuar, pensar o sentir concretos. Cuando el paciente se encuentra “como a su lado” ocupa entonces dos posiciones: una, que pertenece a su propia descripción del Yo y otra, en la que está ubicado al lado de su experiencia del Yo. Aquí se presenta la pregunta: ¿A quién le corresponde esa otra posición? ¿Quién es el otro? El paciente podrá atribuirle los sentimientos adquiridos y devolverlos mediante un ritual.
Los sentimientos adquiridos general irritación porque, para el paciente, no tienen sentido alguno en su propio contexto de vida. Apenas hallemos una explicación, podrá interpretarlos de otro modo e integrarlos. Para el paciente también es un gran alivio enterarse de que el sentimiento es correcto, pero no así su tiempo y lugar.
Movimientos resistidos
El niño está unido a su sistema familiar a través de una profunda lealtad. Desarrollar y realizar deseos propios conduce a conflictos internos. Cuando no se promueve la autonomía vive los deseos propios como una falta culposa contra la familia.
En el proceso de una constelación, el paciente puede integrar ambas pretensiones pronunciando las frases que halló Hellinger. Por ejemplo, puede decirle a la madre o al padre: “Por favor…mírame amablemente, cuando lo haga distinto a ti” “Yo haría todo por ti y por fin me permito esa distancia, lo estoy haciendo por ti, para que continúe bien lo que tú comenzaste”.
Meta sentimientos
Hellinger describe el concepto como estados que aparecen espontáneamente y que tienen poca relación con las personas, sino más bien con la vida, con la creación y con Dios. Pueden constituir fuertes movimientos internos que incluyen estados de éxtasis y experiencias imponentes, que también son descriptos como experiencias espirituales. Abarcan a la persona en su totalidad. Vienen a consultorio especialmente personas que sufren sentimientos secundarios o adquiridos. Por el contrario, los metasentimientos son vividos como fortalecedores y como experiencias especiales.
CUERPO Y RESPIRACION
El cuerpo siempre está en resonancia con el acontecer actual y con los contenidos de pensamientos, recuerdos y fantasías. Cuando el paciente relata una situación, vuelve a vivir esa situación en su imagen interna y su cuerpo reacciona como en aquel entonces, como si aquel pasado fuera realidad hoy. A esta altura del trabajo terapéutico se trata ante todo de despertar el interés del paciente por su respiración y por su cuerpo. Si prueba nuevas formas de comportamiento asociando con ellas experiencias positivas, podrá ampliar los patrones restrictivos de su historia y la visión del mundo juntos, buscamos patrones de superación mejores que aquellos que el paciente aprendió y vivió hasta ese momento. Partiendo de una reacción refleja inconsciente, se transforman en una secuencia consciente que el paciente podrá cambiar paulatinamente de acuerdo a sus ideas y de manera tal que sean adecuadas a su estado actual. Cuando el paciente adelanta los labios y el mentón, respira por la nariz tomando aire silenciosa y cuidadosamente, en todos los casos se trata de patrones indicadores de cómo aprendió a respirar. Esta forma estrecha de respirar fue, en el momento de la constitución del patrón, el modo adecuado y correcto de hacerlo. Necesitamos incentivarlo para convencerlo de que hay otras técnicas más satisfactorias para respirar. Cada modificación del patrón respiratorio conlleva una modificación de la conciencia, de la percepción y del estado general. Mediante la disminución de la actividad respiratoria podemos reducir la cantidad de información en la medida que la podamos soportar y elaborar; o bien, aplicando técnicas especiales junto con determinadas posturas del cuerpo, elevan la presencia interna y la conciencia, tal como ocurre en el caso en las milenarias prácticas de meditación. El paciente podrá exponerse a la situación con los ojos abiertos y no tendrá que recurrir a patrones de superación que con el tiempo y harán daño. Aprender cuando nos encontramos en una situación difícil, nuestro cuerpo reacciona recurriendo a los patrones de experiencia probados y a las estrategias de superación adquiridas por reflejo o aprendidas. Según la situación y la edad en que haya adquirido esta estrategia, tiene las regiones típicas para él, que puede ser hombros, frente, nuca, boca, mandíbula, ojos, pelvis y/o nalgas. Si la estrategia secundaria de superación marcada a temprana edad constituye el único patrón continuado de reacción del paciente, entonces no puede reaccionar en forma adecuada ni flexible frente a las situaciones actuales. Durante la sesión el terapeuta podrá acompañar con las preguntas: ¿Dónde aprendió esta conducta sintomática? ¿Qué situación se adecua a tal síntoma? ¿para qué situación es (fue) apropiada o útil? Es decir: ¿Dónde radica el sentido de que el paciente se conduzca y sienta de tal manera? Si la reacción física se presenta como un ataque de pánico, entonces buscaremos una situación dentro del sistema en la que un ataque de pánico estuvo o estaría plenamente justificado; por Ej: la del padre, quien como mensajero en el frente debía trasladar los partes de batalla y que, a lo largo del frente o cercado por el enemigo, presenció la muerte en sus camaradas. Cuando el síntoma es el profundo agotamiento y no poder moverse, la pregunta es quien sufrió estos trastornos en el sistema familiar. En mujeres se pueden observar las reacciones físicas y psíquicas de una violación. Informan miedo, culpa, rabia y asco fusionados con agitación y problemas de pareja. Resulta muy útil disponer de un patrón de relajación al cual el paciente puede recurrir.
¿Qué sucede si Ud. Exhala profundamente?
Desde el comienzo y ya incluso durante la conversación sobre los síntomas, siempre se vuelve a pregunta: ¿Cómo está respirando en este momento? O ¿cómo se altera su respiración cuando cuenta esto? Por un lado, el terapeuta puede aclarar al paciente los nexos existentes entre la respiración, estado y pensamientos. Por el otro, el paciente realiza la experiencia de que puede modificar en forma considerable su estado en pocos segundos mediante una o varias inhalaciones profundas. Más tarde, en oportunidad de las constelaciones, podrá aprovechar este nuevo patrón cuando el terapeuta lo lleve a situaciones que degeneren reacciones similares a aquellas en las que en su momento aprendió ese patrón respiratorio tan restrictivo. Inhalar y exhalar profundamente produce muchas veces reacciones, por Ej: llorar. Otros no logran exhalar irritándose, dudando y lo hacen muy levemente. El terapeuta podrá exhalar con él con sonido y preguntar ¿Cómo se siente u al exhalar alguna vez muy profundamente? En caso que el paciente tenga dificultades para percibir o describir su respiración, ayuda colocar una mano sobre el corazón y quizás la otra sobre el abdomen. Así se podrá diferencias más fácilmente. Podría decir: “sienta como sube y baja el tórax” ¿Qué mano percibe más movimiento? El terapeuta podrá retomar estos breves ejercicios de percepción al finalizar la sesión y encárgaselos como tarea.
Tensión corporal y ejercicios para la relajación
Las tensiones corporales especialmente las crónicas son desagradables. Restringen la capacidad de reacción y de gozo, suelen ser dolorosas y generan más tensiones y molestias, dado que el cuerpo intenta compensarlas. Si son crónicas, muchas veces escapan a la acción consciente y resisten todo intento de modificación. El entrenamiento en relajación, según Jacobson constituye un método probado para la “progresiva relajación muscular” (audio)
En la terapia conductista, la técnica de relajación se aplica para la llamada desensibilización. Como idea básica, funciona la experiencia de que el miedo y la relajación no constituyen estímulos compatibles. Si hay alguna porción muscular en la que sienta dolores, le propongo realizar el ejercicio concretamente en esa parte y repetirlo todas las veces que sienta que le hace bien.
La Relajación Progresiva de Jacobson
Esta técnica fue desarrollada en 1929. Consiste en aprender a tensar y relajar los diferentes grupos musculares del cuerpo.
La Relajación Progresiva de Jacobson se basa en el hecho que la respuesta de estrés genera una serie de pensamientos y comportamientos que provocan tensión muscular en la persona. Esta tensión aumenta la percepción subjetiva de ansiedad. La relajación progresiva reduce esta tensión muscular, y con esto la sensación de ansiedad.
A nivel procedimental, el entrenamiento se realiza a lo largo de un mínimo de siete semanas. Durante este periodo, el usuario tendrá que aprender a tensar y a relajar 16 grupos de músculos en todo el cuerpo: manos, antebrazos, bíceps, hombros, frente, ojos, mandíbula, garganta, labios, cuello, nuca, espalda, pecho, abdomen, piernas (muslos y pantorrillas).
La fase de tensión se realiza para el usuario aprenda a percibir las sensaciones asociadas a la aparición de la ansiedad o tensión, siendo estas sensaciones las que indicarán a la persona que tiene que relajarse. Esta tensión muscular permite a los músculos relajarse todavía más que si se hubieran relajado tensar previamente. Al final del entrenamiento, se aprenderá a relajar los músculos directamente sin ponerlos previamente en tensión.
Percepción corporal y constelación
La percepción corporal nos brinda indicaciones exactas acerca de la cualidad de las dinámicas y los vínculos del paciente. Si no tiene experiencia en constelaciones, resulta razonable introducir al paciente paso a paso al modo de trabajo. Por eso razón, lo recomendable es:
Breve introducción “Ahora le propongo algunos ejercicios y Ud. Observará como le va con ellos” Ubíquese en su imagen interna frente a su padre y mírelo o coloco dos hojas una frente a otra pidiéndole que se ubique en “su lugar”. Después que haya tomado aire dos veces, preguntar: ¿Cómo se siente allí? ¿La distancia es correcta? Si la distancia le produce sentimientos desagradables ayudarlo a retroceder y cambiar la distancia.
Si el paciente está bien en relación con esta primera persona, de pie, firme y respira bien, pasamos a la siguiente. ¿Qué sucede si colocas a su madre junto a su padre? Nuevamente enfocamos en las reacciones físicas. ¿Cómo es la respiración, las pulsaciones, la tensión del cuerpo? Todo lo realizamos descalzo para su estabilidad.
Breve ejercicio para la percepción corporal
Colocar la mano sobre el corazón para sentirse a sí mismo, hace que la atención se desplace de los contenidos psíquicos a la percepción corporal y también constituye una postura chamánica de sanación y apertura. Cuando durante el proceso, los pacientes muestran cambios físicos, es decir, exhalan profundamente, relajan notoriamente los músculos o se advierte un impulso motriz, es un signo de finalización de una fase o de una “escala de tensiones”. Entonces, en este caso la nueva intervención puede incidir.
Propuestas
A veces para el paciente es un alivio y una ayuda recibir un modelo de la teoría y escuchar ejemplos y experiencias que emergen del procedimiento terapéutico. No obstante, las explicaciones y las intervenciones que sobrevengan serán tan solo ofrecimientos, que el paciente puede tomar o no. Cuando describimos imágenes que se corresponden con las añoranzas del paciente, él se identifica de inmediato con esa imagen de solución. Este procedimiento claramente orientado a la solución, es útil, dado que las imágenes no se pueden negar.
EL CAMPO DEL CONOCIMIENTO
Las investigaciones psicológicas y neurofisiológicas empiezan a plantear que la memoria no reside en un lugar especial del cerebro sino que aquello que recordamos, creamos o intuimos, “lo tomamos del campo y lo traducimos”. Eso explica cómo un aroma de pronto conecta con todo un recuerdo detallado, cómo “creamos” en un golpe de inspiración o incluso cómo algunos niños son capaces de “recordar vidas pasadas” (en realidad, gracias a su constante estado alpha similar al de los estados alterados de consciencia, está más conectado con ese Campo).
En el Coaching Sistémico, así como en Constelaciones Familiares y Organizacionales lo llamamos “Campo de Conocimiento” o simplemente “Campo”. Y nos referimos al igual que en los otros casos a ese espacio que en vez de separarnos nos une y gracias al cual (mientras el representante o Facilitador más centrado y neutral se encuentre) accedemos a información propia del sistema familiar o empresarial del cliente que solicita una Constelación.
Quien alguna vez ha tenido la posibilidad de ver una constelación, ha participado como representante o a constelado a su familia, conoce el sorprendente fenómeno del “campo del conocimiento”. Los representantes tienen acceso a información que en realidad solamente los integrantes de la familia pueden tener. Ellos, al constelar se convierten en canales y entran en contacto con sentimientos y un “conocimiento” de una familia totalmente desconocida. ¿Cómo saben esto los representantes? ¿De dónde viene la información? ¿Cómo saben los representantes algunos detalles que el familiar mismo ha olvidado? ¿Qué ocasiona la dinámica tan intensa a veces? Para que te hagas una idea de lo que puedes experimentar como representante durante una constelación, imagínate que has sido escogido para representar al padre. A tu lado están personas que no conoces de las que tú solo sabes que representan a la madre, a la hija mayor y al hijo menor. Tú no sientes nada en especial hacia ellos, ni rechazo ni preferencia. Entonces os cogen por el hombro uno a uno y colocados en un lugar en el recinto. Cada vez que se va colocando un representante en este espacio, vienen a ti más y más percepciones. Empiezas a sentir algo que antes no sentías. Te colocan enfrente de “tu mujer”, “tu hija” está demasiado cerca de ti y al “hijo” ni lo percibes. Sientes una gran rabia y tensión hacia “tu mujer”. No te gusta que “tu hija” este tan cercana. Sientes miedo. Sientes que “tu hijo” está muy alejado de ti. El terapeuta introduce a otro representante en la constelación: es la segunda hija que ha fallecido como bebé en su cuna. Sin darte cuenta de lo que pasa, empiezas a llorar y sientes una profunda pena. De repente sabes de donde viene la rabia que sientes por “tu mujer”: te das cuenta que la responsabilizas a ella de la muerte de la niña. Estos sentimientos e información llegan a ti sin más. El terapeuta trabaja con la constelación y te pide que digas ciertas frases clarificadoras y sanadoras. Poco a poco ves con mayor claridad las implicaciones. A medida que las implicaciones se van haciendo más evidentes y se van solucionando te vas sintiendo más relajado. Después de un rato te dan otro sitio. Al final estás al lado de “tu mujer”, y sientes un increíble y profundo amor por ella. “Tus hijos” están frente a ti, también “la hija” fallecida prematuramente ocupa su lugar. Sientes que los deseas proteger y amar como padre y te sientes orgulloso de “tu familia”. Entonces se introduce al constelante mismo en la constelación y así finaliza la misma.
CONSTELAR
Cuando se constela una familia se escoge entre los participantes a sustitutos (representantes) para ti mismo y para los demás integrantes importantes de tu familia, por ejemplo, tu madre, tu padre, tus hermanos y hermanas. Entonces con la mayor concentración y siguiendo tu intuición se van colocando uno por uno en relación entre sí en el espacio. Repentinamente durante este proceso sale algo a la luz que te sorprende. Esto quiere decir que al constelarlos en el espacio estás conectando con un conocimiento al que anteriormente no tenías acceso.
LA FUERZA DEL CAMPO DE CONOCIMIENTO
Lo curioso es que los representantes, desde el momento que son colocados en el espacio de la constelación, se sienten como las personas a las que representan. A veces tienen sus mismos síntomas físicos, y todo esto lo viven sin que los representantes sepan nada sobre tu familia; ellos sólo saben a qué persona representan. Así cada vez se hace evidente en las constelaciones, a través de los representantes, que hay una fuerza existente entre tú y los miembros de tu sistema que forma este campo de conocimiento.
METODOLOGIA – PREPARANDONOS PARA CONSTELAR
Uso de las constelaciones familiares como instrumento
Este capítulo facilita la comprensión del trabajo con las constelaciones familiares. Los efectos y la forma en que uno las maneja son múltiples y las diferencias con otras tendencias y posiciones terapéuticas resultan notables. Quien se acerca por primera vez a este trabajo no posee en un principio una imagen clara de la situación y se sentirá más bien confundido. El efecto Las constelaciones familiares tienen muchas veces un efecto muy fuerte sobre los clientes. Esta es la respuesta de una cliente a la pregunta sobre los cambios en su vida. Ella realizó su constelación familiar tres meses antes. Las decisiones y las consecuencias se han vuelto más claras. La honra y el honor ganaron una posición más alta dentro de la relación. El ojo crítico y posponer contra todo lo que sea viejo, ha cedido lugar a una honra que puede condenar los errores. Yo tomo ahora mis deberes como madre con amor y como si fuese la cosa más natural del mundo. Anteriormente los tomaba con cierta amargura. ¿Cómo podemos interpretar a este efecto? ¿Qué pasa realmente durante una constelación? Todos llevamos dentro una imagen interna de la familia completa de la cual venimos. Solo así se entiende porque alguien es capaz de constelar a su familia en forma rápida y adecuada. Esta imagen era hasta ahora inconsciente y estaba oculta en el interior. Es una imagen y no un diagrama lógico. Las imágenes no necesitan ser entendidas o justificadas. En una constelación se saca hacia fuera la imagen hasta el momento desconocida de la familia, y esta toma vida mediante los representantes. La imagen está ahora sobre el escenario y el cliente es el público. Las tensiones y los sentimientos que hasta el momento se encontraban escondidos dentro de la imagen, alcanzan la superficie. Un cliente hace una constelación porque tiene sentimientos que lo atormentan y se siente confundido desde siempre. Algunas veces, se ha preguntado en secreto si no estará enloqueciendo. Durante la constelación ve y escucha que su representante siente la misma confusión y el mismo tormento. De esta manera se manifiesta que estos sentimientos no son un componente inseparable de su personalidad, sino que provienen de las relaciones con su familia. Estos sentimientos están relacionados con el lugar especial que él ha tomado dentro de su familia, pues toda persona que se para en su lugar percibe la misma confusión (su representante). Este descubrimiento no cambia sus sentimientos, pero lo libera de una carga adicional. Él puede ahora tomar distancia de su vivencia interior y sólo esto ya produce una liberación. Como ya lo mencionamos anteriormente, las tensiones cambian cuando son expuestas entre los miembros de la familia. Entonces se puede continuar y se establece algo nuevo. Algunas veces, una constelación es como un drama en el cual la ira, la culpa y la trama se manifiestan. Ellas entran en escena, muestran, solucionan y cambian. El amor que estaba oculto hasta entonces, sale ahora a la superficie. De esta manera, la constelación y su imagen transmitida serán relajadas y pacíficas. El cliente descubre en lo profundo de su ser un vínculo amoroso y un sentimiento compartido con su familia. Nos podemos imaginar cuanto más relajado y conciliatorio será este cliente si en el futuro lleva dentro de él a esta imagen pacificadora. En reiteradas ocasiones, se ubica al cliente en la constelación cuando esta llega a su fin. Él se para ahora en el lugar que hasta el momento fue ocupado por su representante. Hasta el momento observador, es ahora una parte de la constelación. Él miraba desde afuera a las personas y acontecimientos. Él entra ahora en las relaciones y experimenta como se siente en su propio lugar. Así se produce una gran identificación emocional. A partir de ese instante será parte de la familia y aceptará a los representantes como personas reales. Para magnificar la experiencia se puede sugerir al cliente que pronuncie frases intuitivas (“querida madre: soy tu hijo y te doy las gracias por haberme dado la vida”). El terapeuta debe encontrar para esta situación un buen equilibrio, dado que para algunos clientes es suficiente el juicio mediante la observación, mientras que para otros son más importantes la vivencia personal y las impresiones recibidas. Como fue mencionado anteriormente, el trabajo con representantes es más simple pues ellos pueden manifestar sin prejuicios los cambios de lugar y los efectos de las frases. El terapeuta se preguntará si está complicando innecesariamente el trabajo al ubicar al cliente en su propio lugar, y si realmente es significativo para el cliente realizar esto personalmente. El cliente guarda esta nueva imagen dentro de sí y deja que hagan efecto sus propiedades curativas. No es importante analizar o entender dicha imagen. El poder de esta imagen se encuentra en su visión espontánea. Así como la imagen vieja lo influenciaba y controlaba sin su conocimiento, de esta forma la nueva imagen producirá su efecto en su interior. Pero para la mayoría de nosotros esta visión intuitiva es algo completamente inusual. Estamos acostumbrados a razonar, esto es automático y es muy difícil de parar. El pensamiento quiere entender y tomar decisiones al momento. Uno se pregunta afanosamente: ¿qué desea decirme la constelación? ¿Qué hago con ello? ¿Debo llamar esta noche a mi madre? ¿O mandarle primero una carta a mi padre? Estos pensamientos pueden producir confusiones tan fuertes que ocultan la imagen. Así lo demuestra. el próximo ejemplo de uno de mis seminarios La cliente tiene un hermano que murió muy joven. Ella lo encuentra en la constelación. El amor fluye cuando el hermano pronuncia: “es mi muerte y yo cargo con ella. Tú me honras al dejarme hacerlo. Tú eres solo la hermana.” Más tarde se toca el tema y la cliente comenta ocasionalmente:” yo ya sabía que era incapaz de ello”. Cuando preguntamos sobresaltados acerca del porqué, ella dice: “me lo dijo mi hermano durante la constelación.” La cliente estaba profundamente convencida de su incapacidad. Esta convicción es como un filtro que solo deja pasar los contenidos adecuados a dicha convicción. O como ocurre en este ejemplo, donde el contenido de lo dicho es manipulado de tal manera que se adecua a la convicción momentánea. Que su hermano se haga cargo de su muerte durante la constelación es interpretado por ella como: “tú eres incapaz.” El verdadero contenido de esta manifestación y el amor de su hermano no la alcanzan pues el filtro interior es más fuerte. Semejantes experiencias sacuden y despiertan. Pues hasta el momento, en la mayoría de los casos, era suficiente la confianza en la fuerza purificadora de la imagen de la constelación. ¿Qué se puede hacer cuando los filtros son tan herméticos que apenas dejan pasar algo nuevo? Ha llegado el momento de prestarle más atención a lo que otras tendencias terapéuticas definen como “resistencia”. Se ha discutido muy poco entre los consteladores familiares acerca de la circunstancia que hace que se cierren ciertas barreras internas que en primera instancia son insalvables. Pues el dejar que las imágenes hagan su efecto, exige una especie de disciplina espiritual que le está vedada a alguien sin experiencia. Para mí se demuestra la fuerza de las constelaciones en que, a pesar de la gran cantidad de obstáculos, se obtienen gran cantidad de resultados. Hay una condición para que el cliente pueda introyectar la imagen de su propia constelación: el participante del seminario que realizó recientemente una constelación no podrá tomar parte como representante inmediatamente en otra constelación. Aparte, el no debería ser molestado con preguntas curiosas de parte de los otros participantes. Él necesita de tiempo para elaborar su constelación. Este paso espiritual precisa de tiempo y espacio. Por esto no se realizan
inmediatamente después de una constelación ningún tipo de conversaciones o interpretaciones acerca de las imágenes de la misma. Todo esto atrae nuevamente al pensamiento analítico y meditado que impide el efecto espontáneo de la imagen. Para evitar mal entendidos: la imagen de la constelación no es una manera de actuar. Quien se pone en acción luego de una constelación posiblemente desconoce esto. Algunas veces, pasan meses hasta que el cambio interior puede expresarse. En reiteradas ocasiones, aparecen confusión y dudas durante las horas, días y semanas posteriores a una constelación. Uno ha desarrollado y cargado hasta el momento una cierta imagen de su familia. Todas las tensiones vividas y todas las heridas abiertas se manifiestan allí. En muchos casos parece ser subjetivo, pero sin embargo tiene un trasfondo real. La nueva imagen establecida durante la constelación es en reiteradas ocasiones una imagen más bien ideal, una imagen donde fluye el amor entre padres e hijos. Esto nunca o solo en contadas ocasiones fue vivido por el cliente. Por esto una parte de él se ha fijado a la vieja imagen y combate a la nueva. Es importante saber que estas fases confusas aparecen y es bueno permitirlas. La mejor postura interior es la que confía en la nueva imagen y su fuerza. Ciertas veces para un cliente que tiende a analizar y especular es recomendable el olvido de dicha imagen. Las constelaciones familiares deben darle exclusivamente “un impulso al alma”. Lo importante es el crecimiento y este no se puede producir en forma “técnica”. Cuanto menor sea el impulso dado por el terapeuta, mayor será el crecimiento en las manos del cliente. Sus fuerzas y su responsabilidad crecerán. Hellinger define a este accionar como “minimalismo”, es decir: el terapeuta hace lo menos posible. El terapeuta actúa adecuadamente al finalizar cuando ha encontrado el punto en el cual se concentra la mayor cantidad de energía en el sistema. De esta manera se ha dado suficiente impulso y la energía se encuentra a disposición del crecimiento del cliente. La energía se pierde si el terapeuta continúa trabajando. Un ejemplo: un cliente se siente muy solo y no guarda relación alguna con sus padres. Él se reconcilia con su madre durante la constelación. Ella lo toma en sus brazos y lo abraza durante un rato. Semejante encuentro necesita de tiempo para desarrollarse. La fuerza de este desarrollo se minimiza si se trata de elaborar inmediatamente la relación conflictiva con el padre. Una idea benéfica tanto para el cliente como para el terapeuta es que el efecto del trabajo de la constelación y de la imagen no sean manipulados por ninguno de los dos. Este no es un trabajo de rendimiento o con un plazo a cumplir. El resultado se desarrolla por sí mismo. El papel del terapeuta Quien observa por primera vez una constelación familiar y conoce anteriormente otras formas de terapia, se sorprende frente a la autoridad que asume el terapeuta durante este trabajo. Él rechaza momentáneamente a clientes por considerar que “el motivo no está maduro todavía.” Le da la palabra al representante y le maneja a su gusto. Incluso le indica que frases debe decir. Posteriormente le da en forma aparentemente aleatoria un lugar y elige como antepasados a personas de su agrado. Todo esto es muy extraño y se diferencia ostensiblemente del comportamiento del terapeuta en otras terapias. ¿Son las constelaciones acaso la forma terapéutica elegida por clientes que desean mirar con profundo respeto a la autoridad que les indica el camino? ¿Precisa el guía de las constelaciones una estructura básica autoritaria? El terapeuta maneja las constelaciones con gran autoridad. Se corre realmente peligro que imitadores entusiastas se aferren a una forma autoritaria sin tener acceso a su propia esencia. La elección de las palabras, el tono duro con el cual son pronunciadas y el comportamiento áspero no son determinantes. La condición esencial para este trabajo es la comunicación del terapeuta con el “campo de conocimiento” y su propia intuición. Yo mismo trabajé muchos años antes del trabajo con las constelaciones familiares con las PNL (programación negro-lingüística). Este es un método en el cual la adaptación al cliente tiene un papel preponderante. En este método, la autoridad no tiene expresión alguna. En ese entonces, yo sentía desagrado frente a todo tipo de posición autoritaria y por supuesto, no tenía deseos de realizar semejante papel. La vivencia de conducir constelaciones me trajo sorpresas. En algunos momentos y situaciones creció la autoridad en mi desde algún lado. Yo estaba tan inesperadamente seguro de lo que percibía en ese momento que pude encarar el riesgo y manejarlo con seguridad. Esto me era nuevo y nunca me había ocurrido algo semejante. La aparición de esta seguridad se transformó en algo normal a medida que fui interiorizándome en el trabajo. No como compañía constante, sino más bien como una invitada que aparece con gusto y luego reitera dichas apariciones.
Yo sospecho que la fuerza del “campo de conocimiento” es quien llama o exige este fenómeno de autoridad. Quien se atreva a introducirse en el campo cambiará y ganará más confianza y conocimiento de sí mismo. Esta es para mí la razón por la cual actualmente en Alemania las constelaciones familiares tienen tanto éxito con clientes y terapeutas. La autoridad no es un fin en sí. Ella es solo una cara de la moneda. Quien le da vuelta se da cuenta que el terapeuta sigue la energía del campo de la misma forma como ella fluye a través del representante. Las constelaciones familiares solo pueden desarrollarse en contacto con los representantes y con la confianza en sus reacciones. El papel del terapeuta es muy variado. Se puede considerar el trabajo con las constelaciones como un acto de balance que contempla a tres niveles diferentes. Estos niveles son las energías de los representantes, los ordenamientos en un sistema familiar y la realidad.
El terapeuta trabaja siempre en un nivel, pero es consciente de la existencia de los otros en el trasfondo. Estos son utilizados acorde a la necesidad. De esta manera presta atención a los impulsos y energías de los representantes. Su percepción ira agudizándose al ganar experiencia. Por ejemplo, un hijo se inclina frente al padre y este frunce el cejo. O la tía que murió joven se ubica en la constelación y la sobrina respira profundamente. El terapeuta registra todo esto y reacciona inmediatamente, ya sea por informaciones o por sugerencias modificadas. Cuanto más ve el terapeuta, menos información necesita, pues reconoce la dirección en la cual fluye la energía del representante. Ellos son los que mediante su papel experimentan lo adecuado a cada correspondiente familia. Él observa sus reacciones y confía en ellos. Él es guiado mediante las reacciones de los representantes y reconoce si está en la dirección correcta. La calidad de su trabajo debe ser valorada en como siga a los representantes. Se revela claramente cuan confiables son los representantes en la constelación doble sin palabras anteriormente mencionada. Los representantes siguen solo a sus impulsos interiores, muestran la vida interior de una constelación y encuentran en reiteradas ocasiones la solución. Otro nivel, casi un polo contrario, está formado por los ordenamientos de un sistema familiar. Estos se han comprobado a lo largo de muchas constelaciones. También se ha comprobado al mismo tiempo que hay excepciones en reiteradas ocasiones. Es por ello que no hay una seguridad definitiva en relación a como se deben realizar los ordenamientos en la correspondiente constelación. El terapeuta utiliza su conocimiento completo acerca de las normalidades y las excepciones para lograr un buen orden con el cual cada uno se sienta bien en su lugar. Sus intervenciones se basan muchas veces en los ordenamientos que rigen en las familias. Pero ahora trataremos el importante nivel de la realidad. La realidad contiene los hechos concretos que el cliente conoce y comparte. Hasta el momento era el terapeuta quien los traía a la constelación. Por ejemplo, una cliente informa que su padre la ha violado. En la constelación no se observa nada de esto en primera instancia. La representante de la cliente mira amistosamente al padre, quien se encuentra parado y en paz frente a ella. Para entrar en la realidad, el terapeuta sugiere a la representante que le diga al padre: “tú me has violado.” De esta forma se ha introducido un importante elemento de la realidad en la constelación, los sentimientos cambian y el terapeuta puede continuar trabajando con la nueva situación. Y finalmente, también existe la llamada “linterna”. Ella determina que elemento del panorama familiar será exactamente observado. El cliente y su persona se encuentran en primer término: para él se realizará la constelación y para él se buscará la solución. Los otros conflictos, tensiones y tramas que no tienen efecto sobre su persona pueden dejarse de lado. Estos solo distraen la atención. Si el cliente tiene un motivo especial e importante, este será utilizado para iluminar exactamente con la linterna todos los rincones oscuros que se encuentren relacionados con el motivo. Precisamente, los dos puntos de vista energía y ordenamiento hacen comprensibles los diferentes estilos de diferentes terapeutas. Por ejemplo, un terapeuta utiliza el ordenamiento en forma clara y decisiva y le coloca en primer plano. Él conduce rápidamente durante las constelaciones a los representantes a los lugares que garantizan un buen ordenamiento. Las frases que él indica están basadas en el ordenamiento y lo destacan. Lo peligroso de esta situación es: quien presta demasiada atención al ordenamiento, no ve lo suficientemente claro y se
orienta muy poco a los representantes. Posiblemente pasan de alto la especial dinámica familiar y son poco flexibles. Él vacila cuando aparece una excepción desconocida hasta el momento. Entonces se transforma en un sabiondo que solo pretende establecerse en el sistema con su ordenamiento conocido. Y también está el terapeuta que en primera línea se deja conducir por las energías de los representantes. Él confía en que el ordenamiento establecido es el correcto y se orienta por completo a los representantes. El peligro aquí es el siguiente: quien solo fluye con las energías de los representantes comienza a nadar y se pierde ocasionalmente en la corriente. En algún momento no se puede continuar porque los representantes están atrapados dentro de su rol. Los puntos de orientación en la realidad y el ordenamiento son necesarios como apoyo y producen claridad. Quien por lo contrario solo se basa en la realidad, utiliza superficialmente las especiales posibilidades de las constelaciones familiares. Tanto el ordenamiento como las reacciones de los representantes pueden darle indicaciones para continuar con el trabajo. Pues un terapeuta solo puede realizar un buen trabajo, cuando frente a la necesidad utiliza los polos descuidados hasta el momento. En mis seminarios se ha demostrado que el modelo triangular energía-ordenamiento-realidad es muy adecuado para analizar los errores cometidos en el trabajo con constelaciones. Es de utilidad saber cuál de los tres polos energía-orden-realidad ha sido descuidado para encontrarle solución a una constelación con defectos. Yo opino que los terapeutas continúan desarrollándose cuando siguen con intensidad la energía de una constelación, el llamado “campo de conocimiento”. Por supuesto que necesitan como condición previa de su conocimiento y de la inclusión de la realidad y del ordenamiento. Pero estos son limitados y apreciables. Lo nuevo e inesperado son las correspondientes energías de una constelación. Cuanto más confíe el terapeuta en ellas, mayor será su acceso a lo desconocido. Bert Hellinger acentúa cuán importante es que el terapeuta sea “no-intencionado”, es decir que no tenga la intención de curar ni la intención de modificar el destino. ¿Qué significa esto? En mi trabajo hago diferencias entre dos tipos de intención. De una manera, por supuesto que tengo el deseo y la intención de apoyar a los clientes en el camino hacia la cura con la ayuda de las constelaciones. Yo experimento esta intención como un fluir natural que atraviesa la constelación. En reiteradas ocasiones aparecen dificultades y obstáculos que trato de solucionar y a veces lo logro. Pero otras veces este fluir natural se interrumpe y no se puede continuar. Si continúo trabajando en esta situación por orgullo, testarudez, miedo o por la necesidad de curar, entonces me estará dominando la segunda forma de intención y esta es peligrosa. No tener intenciones en dicha situación es el camino más fértil. ¿Terapia y/o ayuda existencial? Las constelaciones familiares no han sido todavía establecidas y limitadas como método terapéutico independiente. ¿Son las constelaciones acaso una forma de terapia? ¿Qué significa sano y qué significa enfermo? Esta debería ser la pregunta consecuente. La transición entre ambos conceptos es recíproca. Tomemos por ejemplo un sentimiento de leve mal humor y tristeza que se vuelve cada vez más fuerte y toma el control sobre los pensamientos. La fuerza desaparece y una parálisis interior toma su lugar. El rendimiento laboral baja sensiblemente y trabajar se vuelve algo imposible. Los esfuerzos van solo en retroceso. Al final de este proceso la persona se retrae letárgicamente en su cama y necesita de atención y cuidado. ¿A partir de cuando termina la salud y comienza la enfermedad? Hay criterios subjetivos e internos que hacen que alguien se sienta débil y enfermo. Además, se debe especialmente a características externas que alguien deba guardar cama, no tenga control sobre su rutina o sea declarado como enfermo por parte de un médico. Hoy en día se encuentran muchos criterios escritos en los libros de leyes. Pues quien está enfermo y asegurado tiene exigencias y para evitar el abuso se necesitan estrictas definiciones. Además, la palabra enfermedad tiene una intrínseca relación con la política laboral y profesional. Aquí es donde se decide quien tiene la formación idónea para enfrentar enfermedades graves y quien puede o no ejercer. Frente a la gran cantidad de médicos, psicólogos, curanderos, trabajadores sociales y consejeros hay que garantizar la existencia comercial de los grupos laborales correspondientes. Si las constelaciones familiares son o no una terapia acorde a lo escrito en los parágrafos, no ha tenido prácticamente importancia hasta el momento para los Consteladores. Este punto de vista apenas tiene importancia para los fundamentos del trabajo. Desde esta perspectiva es indiferente si la dificultad es pequeña o grande, si se trata de unos cambios levemente depresivos o de una grave
depresión con deseos de suicidio. La visión se orienta hacia las causas sistémicas que en la mayoría de los casos se encuentran entramadas con la familia de origen y en algunos otros con la familia del presente. Bert Hellinger realiza cursos de enseñanza desde 1995. Ya ha demostrado su trabajo delante de cientos de médicos y terapeutas. En reiteradas ocasiones, los clientes que realizan una constelación sufren enfermedades graves. El espectro de estas enfermedades va desde el cáncer en cualquiera de sus manifestaciones u otras enfermedades corporales hasta la psicosis y la esquizofrenia. Se ha demostrado que no hay diferencia alguna con el trabajo realizado con alguien que solo tiene problemas normales como la mayoría de todos nosotros. La gravedad del problema no tiene un papel importante en el desarrollo y en los pasos hacia la solución del problema. De lo dicho hasta ahora se desprende la respuesta a la pregunta inicial: la constelación familiar es una terapia cuando se le utiliza para tratar las enfermedades y a los enfermos. Esta actúa profundamente sobre la enfermedad y propicia la cura. Todo aquel que trabaja con enfermos necesita de mayores conocimientos y capacidades para manejar las difíciles situaciones que se plantean. El estado de los pacientes es muchas veces inestable. Todo aquel que tenga una calificación médica o terapéutica puede utilizar esta terapia con los pacientes. Pero cuando el paciente no está enfermo, la constelación familiar no es una terapia. Esta es la realidad de la mayoría sana que toma parte en los seminarios con constelaciones familiares. Ellos tienen los problemas y dificultades de la normalidad. Las constelaciones les ayudan a solucionar sus problemas y tienen un efecto conciliatorio en la familia. Nexos desconocidos se vuelven visibles y los ordenamientos básicos se tornan comprensibles. Muchos guías ofrecen por esta razón a la gente sana el trabajo con las constelaciones familiares. Las constelaciones familiares alcanzan actualmente a una parte muy amplia de la población como nunca antes lo hizo otra forma de terapia. En primera instancia son las mujeres quienes se acercan a este trabajo seguidas luego por los hombres que siempre son más renitentes. Pero es claro que la mayoría de los participantes no pertenecen al grupo de los aficionados a las terapias que persiguen las modas y las últimas tendencias esotéricas y terapéuticas. Generalmente son madres de familia, madres solteras y solteros quienes se sienten atraídos por las constelaciones familiares. Un ejemplo típico: le presté un video con una constelación a una señora de alrededor de 30 años de edad quien lo vio con su madre durante el fin de semana. La madre quedo tan impresionada que pago un seminario para sus tres hijas adultas y el novio de una de ellas. Ella dijo que ella misma era muy vieja para todo esto. Tres meses más tarde, se inscribió para un seminario junto a un conocido de su misma edad y su hijo. ¿Es la constelación una situación única? ¿Cuántas constelaciones se pueden o deben realizar para investigar a su familia? Bert Hellinger defendió durante los primeros años de experiencia práctica en forma estricta e inconfundible, que todos pueden constelar una vez su sistema de origen y una vez su sistema del presente. Esta oportunidad única es suficiente y desarrolla su efecto siempre y cuando se le confíe. Todo aquel que quiera constelar por segunda vez solo demuestra que no confía en su alma y se está haciendo daño. El único motivo legítimo que justifica una segunda constelación es la aparición de hechos concretos desconocidos hasta el momento. Pero este concepto ha cambiado en el transcurso del tiempo. Fue un gran momento cuando Bert Hellinger dijo en 1997 en Wiesloch durante el primer congreso del grupo de trabajo de los consteladores familiares que con una constelación se alcanza la capa superior de una personalidad, pero debajo de esta hay otras capas y tramas que son alcanzables mediante siguientes constelaciones. Yo lo comparo con el fuego. Cuando los primeros hombres tuvieron por primera vez el fuego en sus manos el respeto y el temor deben haber sido enormes. Con el tiempo aprendieron a dominarlo un poco y comenzaron a usarlo cuidadosamente de manera específica. Aún hoy se les enseña a los niños que el fuego es peligroso y que la más pequeña chispa puede ocasionar un gran incendio. Algo similar ocurre con las constelaciones. Al comienzo, el temor era tremendo cuando el “campo de conocimiento” y su poder se volvieron consientes y aparecieron en las constelaciones. Entretanto ya experimentamos un tiempo su existencia y persistencia y estamos más confiados. Ahora podemos comenzar cuidadosamente a acercarnos y continuar la investigación. Yo veo mientras tanto que la participación reiterada en constelaciones durante un largo tiempo es una herramienta valiosísima para fomentar el crecimiento personal. Quien piensa luego de un seminario: “ya constelé a mi familia y esto fue todo”, desconoce el potencial que existe en este trabajo. En todos los participantes que vinieron a muchas constelaciones se comprueba que se encuentran en un proceso en marcha y que expanden su conciencia. También resulta adecuado participar como observador o representante en un seminario. Lo más convincente para mí es mi experiencia personal. Luego de la constelación de mi familia original ocurrieron cambios en forma rápida y elemental. Yo los vivencie de manera clara y definida. Pero al mismo tiempo, vivencie también grandes bloqueos y conflictos internos. Me acerque lentamente a estos temas con la ayuda de las constelaciones, algunas veces entre mis conocidos y otras solo. Yo descubrí que el tema original se ocultaba en muchas facetas de mi vida y que las constelaciones son de gran ayuda para expandir mi conciencia. (Entretanto sospecho que por esta razón realizo mi trabajo con tanto entusiasmo. He encontrado la posibilidad de permanecer yo mismo en el proceso…) En los seminarios que yo guío, experimento a menudo que se pueden profundizar los mismos conocimientos en nuevas constelaciones luego solo de dos o tres días. Normalmente hay tiempo suficiente en el último día del seminario para profundizar y observar detenidamente a un aspecto determinado. Esto ocurre muchas veces con la ayuda de constelaciones de no más de 10 minutos de duración. Hace poco tiempo en un seminario, un padre deseaba aclarar la complicada relación con su hijo menor de 19 años de edad. Él presentó durante el primer día a su familia del presente, su mujer y sus hijos en la constelación. Se revelaron varias tramas, especialmente relacionadas con el hijo mayor. Elijo menor pasó más bien desapercibido y no presentó problemas en el marco de la constelación. El padre pidió profundizar el trabajo el último día. Él presentó esta vez solo a su hijo menor y a sí mismo en la constelación. Se estableció desde un comienzo una gran tensión entre ambos. El hijo sentía temor frente al padre pues percibía ira de su parte. El padre no era consciente de esta situación. Se reveló que el hijo retomó esta ira paterna. La paz recién volvió a reinar entre ellos cuando el padre aceptó enfrentarse a sus propios sentimientos. Esta corta constelación fue mucho más profunda que la del primer día y trajo más claridad. Las imágenes internas de una constelación necesitan de tiempo para desarrollar su efecto. Cuando alguien desea realizar otra constelación se debe observar exactamente si dicha persona quiere profundizar para lograr un mayor entendimiento. En este caso, una nueva constelación tiene sentido. Si el cliente no está de acuerdo con lo manifestado en la primera constelación y expresa: “El resultado de mi constelación es tan malo. Quiero hacer otra constelación”, está desvalorizando la constelación porque el resultado no fue de su agrado. En este caso, una nueva constelación sería algo torpe y sin sentido. Lo decisivo es que la primera constelación muestra algo verdadero que está más allá de lo terrible u horroroso que sea el resultado. Hay que enfrentarse internamente con esta imagen para poder elaborarla. Esto no es siempre simple y agradable, ciertas veces es doloroso e inclusive cruel. La elaboración profunda de estas imágenes puede durar largos años. Me alegra que cada vez haya más cursos de perfeccionamiento en constelaciones familiares. También para las constelaciones familiares se necesita de herramientas manuales y es ventajoso que las herramientas que pertenecen a esta artesanía puedan ser probadas en ambientes protegidos. Además, un curso de perfeccionamiento ofrece la oportunidad de integrarse durante un largo tiempo a un proceso de crecimiento con las constelaciones familiares. Yo disfruto durante mis cursos al ver como los participantes y representantes se vuelven más sensibles y como los temas de sus constelaciones se vuelven más elementales. Todo lo que en un principio era turbio y oculto se transforma luego de un tiempo siempre en algo definido e implacable. ¿Pueden las constelaciones ser algo peligroso? Quien realice constelaciones como terapeuta debería ser Conciente de los peligros que ello acarrea. Recuerdo el caso de una terapeuta que tomó parte en un seminario durante un congreso terapéutico. El motivo de la terapeuta era su complicada relación con el sexo opuesto. Ella dijo que había sido violada por su padre como niña. Este hecho ya había sido elaborado durante una terapia de 10 años. Ella realizó la constelación de su familia durante el primer día. El tema de la violación se percibía en el ambiente, pero parecía estar solucionado en gran parte. Al día siguiente, el tema de la violación se presentó nuevamente en la constelación de otra participante. Este hecho fue tan grave que los padres perdieron su derecho como tales y la cliente tuvo que apartarse de ellos. Durante la noche me encontré casualmente con la terapeuta. Ella estaba llorando, muy confundida y en mal estado. Me contó balbuceando que la constelación sobre la violación de la otra mujer reveló otra vez las heridas y lo terrible de su propia violación. Paso un tiempo hasta que se repuso.
Entonces al día siguiente constelamos nuevamente a su familia. Esta vez se revelo la maldad de esta violación. La solución adecuada fue similar a la anterior. Ella se apartó de sus padres. Las constelaciones liberan energías descontroladas y poderosas. Sentimientos que estaban bajo una gruesa capa aparecen repentinamente en la superficie. Todo esto no se puede pronosticar como lo demuestra el ejemplo anterior. Quien como guía se deja llevar por sus buenos motivos y utiliza el instrumento de la constelación en forma inocente e inofensiva, corre el mismo peligro que el aprendiz de brujo. Este desencadenó fuerzas que no podía luego controlar. Es importante en las constelaciones contemplar un marco protector para el caso de posibles complicaciones. En reiteradas ocasiones se realizan las constelaciones en el marco de los seminarios. La gente se reúne por un tiempo que dura entre 2 y 6 días, realizan su constelación, participan como representantes en las constelaciones de los otros y luego continúan su camino. Luego, en la mayoría de los casos el cliente que participa como miembro único de la familia estará solo con sus experiencias a elaborar. En reiteradas ocasiones también aparecen fuertes sentimientos luego de las constelaciones. ¿Cómo podría verse una posible red de seguridad? Esto es relativamente simple cuando el cliente ubica a las constelaciones en el marco de una larga terapia conducida por el propio terapeuta u otro guía. De esta manera tiene en su terapeuta a un consejero que lo ayuda a elaborar. Yo también experimenté muchas veces que terapeutas que conocen mi trabajo envían clientes a mis seminarios. Dichos clientes se encuentran luego más protegidos. Pueden aparecer determinadas complicaciones si el terapeuta encargado desconoce el trabajo con las constelaciones familiares. Este no podrá entender las tramas y los efectos de las constelaciones. Esto significa más complicaciones para el cliente. Yo recomiendo a los clientes que se encuentran en una situación difícil que busquen después de la constelación a un terapeuta familiarizado con este trabajo. El trabajo con las constelaciones toca las capas profundas de la personalidad y el cliente necesita apoyo y acompañamiento. ¿No es peligroso para los representantes asumir roles extraños? ¿Puede un simple participante soportar las tensiones exigidas por ciertos roles? Así se demuestra que después de las constelaciones los representantes de roles difíciles y con tensiones no resueltas durante la constelación cargan todavía un tiempo con ellas. El terapeuta debe recomendar al representante ser consciente del rol y luego dejarlo de lado. Yo hice buenas experiencias cuando el Constelador despide en forma explícita a los representantes de su familia. El los mira y les dice: “Os he dado los roles de los miembros de mi familia. Os doy las gracias, pero ahora los tomo de nuevo.” Pero más allá de esto hay situaciones en el marco de las constelaciones familiares en las cuales los terapeutas recomiendan cuidado y precaución. Recuerdo el caso de una cliente entramada con la muerte y el terrible destino de muchos miembros de su familia. Me volvía hacia un tío cuando escuche un golpe a mis espaldas. La representante de la cliente (era una experimentada representante) había caído desmayada al piso. Sin embargo, no había heridas, volvió en si rápidamente y pudo continuar parada. Desde ese momento me paro directamente detrás de los participantes que tengan un rol difícil para sostenerlos en caso necesario. Los representantes experimentados dejan de lado a las energías extrañas, pero los novatos deben aprender primero. Un rol difícil puede representar una gran carga para alguien inseguro. Por ejemplo: un niño minusválido asesinado por el programa de eutanasia durante el Tercer Reich. El terapeuta debe tener un ojo para esto. La siguiente situación me ha demostrado que peligros pueden esconderse en las constelaciones. Una terapeuta presentó el caso de una cliente en uno de los grupos de perfeccionamiento que conduje junto con mi mujer. Ella eligió a mi mujer para el rol de la cliente. Se observo que la cliente se sentía atraída irremediablemente hacia la muerte. Nada de lo que trate pudo cambiar algo. Finalmente tuve que aceptar este resultado y mis limites como terapeuta. Pero luego fue muy difícil para mi mujer salir fuera de ese rol. Ella describió su experiencia en ese rol como un frío y un vacío contra los cuales nada podía hacerse. Ella necesitó de casi media hora de movimiento y paseo para volver completamente a sí misma. El caso de esta cliente tampoco abandonó por completo mi mente y al leer un libro de Bert Hellinger tuve la idea de una nueva intervención. Yo quería atreverme a realizar una prueba cuando el grupo de perfeccionamiento volviese a encontrarse. Yo pedí a los representantes de entonces que representaran un momento su rol y probé mis ideas, pero no se produjo cambio alguno y la atracción hacia la muerte continuaba. Luego de 5 minutos interrumpí la constelación. El sentimiento de frío y vacío experimentado por mi mujer aumentó hasta volverse casi independiente. La energía de una persona se había transformado en una experiencia personal difícil. Estos sentimientos desaparecieron lentamente y volvieron a aparecer a la noche, en la cama. Los sentimientos se retiraron por completo luego de una hora de trabajo terapéutico posterior. Este destino extraño tomó tal fuerza que retomar este rol por tercera vez hubiese sido un atolondramiento irresponsable. Estos ejemplos muestran cuán importante es ser precavido y cuidadoso. Un procedimiento rápido en este trabajo nos lleva a lugares y situaciones que no podemos controlar.
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Genograma:
Guía para elaborar instrumentos de exploración de la dinámica familiar basados en el Modelo de Virginia Satir.
Objetivo
1. Experimentar el proceso de construcción de los insumos para la exploración de la dinámica familiar basado en el modelo desarrollado por Virginia Satir.
2. Ampliar la conciencia en relación a la dinámica familiar propia
3. Crear, conocer y aplicar los instrumentos de recolección de información
necesarios para elaborar los insumos
Conceptos Básicos
Los Mapas Familiares o genograma, tanto personal, como el mapa paterno y
materno. (Ver anexos) Es una representación gráfica de la estructura
familiar de la “Estrella”, incluye la organización familiar y la dinámica
relacional. El Mapa familiar o genograma, debe considerar los siguientes
datos: Nombre completo, Fecha de nacimiento, Edad, Lugar de nacimiento,
profesión u oficio, Religión, Patrón de comunicación, 3 adjetivos
La Cronología Familiar. (Ver anexos) Se refiere a la historia de los miembros
de la familia de origen de la “Estrella” dentro del contexto histórico
regional, nacional y mundial. Incluye desde el nacimiento de los padres de
la estrella hasta el momento actual que vive ésta.
El Círculo de Influencia. (Ver anexos) Se refiere a todas aquellas personas
que tienen o han tenido influencia en la vida de la “Estrella”, incluye a
familiares consanguíneos o por afinidad, vecinos, amigos, etc.
Diagramación de Iceberg personal: Tomando como base la metáfora del
Iceberg Personal de Virginia Satir (ver anexo), esta actividad se refiere a la
diagramación de: Anhelos, expectativas, percepciones, Valores, creencias y
normas de la familia, secretos.
Apgar Familiar. El APGAR familiar es un instrumento que muestra cómo
perciben los miembros de la familia el nivel de funcionamiento de la
unidad familiar de forma global, incluyendo a los niños ya que es aplicable a
la población infantil.
Pasos para elaborar un genograma personal
1. Determina por qué deseas crear un genograma. Objetivos Personales (esto
corresponde a los objetivos de la “estrella” en caso de la Reconstrucción familiar
El propósito te ayudará a concentrarte en el tipo de información que deseas
recopilar de la familia. También esto es útil para ayudarte a decidir con quién
compartirás el genograma terminado – a veces la información puede ser
considerada molesta o puede ser demasiado sensible para algunos miembros de la familia, por lo que tendrás que juzgar que información compartir, dependiendo del contexto.
Los genograma pueden enfocarse en una serie de temas, incluyendo el abuso de sustancias, enfermedades mentales y la violencia física, al igual que muchas
enfermedades físicas.
Los genograma pueden proporcionar a los trabajadores de la Salud, un
documento visual que registra la historia de algún problema mental o médico presente, a través del linaje familiar.
2. Decide cuántas generaciones te gustaría representar en el genograma.
Tomando en cuenta que “Todo genograma bien construido tiene que incluir, como mínimo, tres generaciones”
Esto te dará una idea clara de lo que tendrás que trabajar para obtener la
información y completar el diagrama y si es posible realizarlo debido a la edad de las personas y su distribución geográfica.
No olvides que puedes utilizar el correo electrónico, o comunicaciones como Skype y otros para ponerte en contacto con familiares lejanos, incluso si no puedes o no quieres viajar para hablar con ellos en persona.
3. Investiga tu historia familiar. Anota todo lo que sabes. En el caso de La
Reconstrucción Familiar de un Cliente, aplica un instrumento de recolección de
información, utiliza una grabadora.
Una vez que hayas agotado todo lo que conoces, habla con los miembros de tu
familia. Has preguntas acerca de las relaciones familiares y eventos importantes.
Toma buenos apuntes.
Ten en cuenta que esta búsqueda de información familiar puede ser difícil para
algunos miembros de la familia.
Prepárate para escuchar un montón de historias. Las historias son el mejor medio por el cual podemos recordar y transmitir información – si alientas esto, a medida que escuches atentamente y además hagas preguntas abiertas, esto motivará más a las personas en compartir mayor información.
También puedes encontrar información a través de búsquedas en internet o libros de familia. Sin embargo, debes estar seguro de que esta información sea exacta si decides utilizarla, lo que significa que tendrás que cotejarla directamente con las personas.
4. Diseña tu genograma o el genograma de tu cliente
Existen plantillas disponibles de genograma que se pueden llenar en línea o hacer a mano.
También puedes comprar programas de software diseñados específicamente para crear genogramas.
5. Usa símbolos estándar del genograma para representar a los miembros de la
familia y sus relaciones, tanto normales o disfuncionales. (Ver anexo)
Los símbolos actúan como un indicador visual de la información obtenida de las
entrevistas. Puedes dibujar los símbolos estándar del genograma a mano o
utilizando las opciones para dibujo o formas de algún procesador de textos.
6. Organiza el gráfico con base a las relaciones familiares, empezando con la
generación más antigua que deseas representar.
Por ejemplo, puedes decidir por iniciar tu genograma con tus abuelos o incluso
bisabuelos. Los genogramas se pueden utilizar para mostrar la diversidad de las
relaciones familiares, así como los patrones de enfermedades.
Un genograma incluye símbolos para indicar las interacciones familiares, como los conflictos, cercanías, alejamientos, etc. Las relaciones emocionales tienen símbolos específicos que ayudan a tener un diagrama claro del genograma.
También hay símbolos que indican abuso sexual y físico, así como trastornos
mentales y físicos.
7. Busca las conductas o patrones.
Una vez que hayas hecho el genograma, obsérvalo cuidadosamente para que
identifiques las conductas o patrones. Puedes encontrar patrones hereditarios o
tendencias psicológicas particulares que son muy notorias cuando se agrupan de esta manera.
Ten cuidado al hacer suposiciones. Los datos son una cosa, pero no los utilices para confirmar que tu familia tiene un problema de alguna enfermedad en particular.
Habla con un médico profesional acerca de cualquier posibilidad de problemas
hereditarios de este tipo.
Evita usar el genograma para hacer suposiciones acerca de los motivos de los
miembros de la familia, ni tampoco lo uses para enfrentarlos. Si estás escribiendo
la historia de la familia, los patrones establecidos en un genograma pueden ser muy útiles como una forma de explicar ¿por qué los antecesores de la familia emigraron de un área geográfica hacia otra?, ¿qué clase de problemas en sus relaciones tenían? y ¿cómo se puede ayudar a desenterrar a otros miembros de la familia que no han sido oficialmente reconocidos?
Cosas que necesitarás
Plumas.
Libreta.
Papel para dibujar.
Algún procesador de textos (opcional).
Una plantilla de genograma o algún programa informático para
genogramas.
Guía de símbolos del genograma
FRASES CLARIFICADORAS
Para que la comunicación durante una constelación se mantenga clara y fuerte se utilizan unas frases clarificadoras. Estas son cortas afirmaciones que, en sintonía con los representantes, reproducen la observación exacta. Por ejemplo, un representante contesta a la pregunta de “cómo se siente”: “estoy muy enfadada, reviento de rabia”. Esto también se manifiesta físicamente, por ejemplo, cerrando los puños. El terapeuta le pide entonces un par de veces que respire profundamente y que sienta a donde va dirigida esa rabia. Ella contesta: “a mi marido”. Entonces el terapeuta le pide que le diga al representante de su marido: “Estoy muy enfadada contigo”. La mujer lo dice y su reacción física es relajarse, y respira aliviada. Esta relajación y alivio hacen ver claramente a todos los presentes y a ella misma que el sentimiento ha sido adecuadamente reflejado. No es necesario dramatizar más. Entonces se le pregunta al hombre como se siente. Él contesta al terapeuta: “Si, así es, ella está enfadada conmigo, y yo me siento culpable. Creo que la he abandonado”. El terapeuta propone que diga la frase: “Me siento culpable” y que si es cierto que así lo siente. A lo que el hombre responde: “Si, así es, me siento realmente culpable”. Los dos representantes han reaccionado con alivio físico. Con esto se ha hecho evidente la implicación base del conflicto entre ellos. A continuación, se sigue trabajando con “frases clarificadoras”, en este caso, por ejemplo, el hombre dice: “Lo siento, yo acepto mi propia responsabilidad y te dejo a ti la tuya”.
COMUNICACIÓN
Toda la comunicación se hace por medio del terapeuta. Las frases clarificadoras tienen la función de sacar a la superficie las implicaciones y expresarlas adecuadamente. La reacción física que acompaña a las frases adecuadas son la relajación y el alivio. Estas frases tienen la mayor eficacia cuando se formulan sin emoción y lo más cortas posible. Se trabaja con frases clarificadoras y sanadoras hasta que todas las implicaciones en la constelación salgan a la luz. La mayoría de las veces es necesario intercambiar estas frases entre sí, y ello hace posible llegar a conocer las diferentes capas de las implicaciones. El terapeuta pone mucha atención de que los polos opuestos detrás de las emociones sean evidentes. Así por ejemplo encontramos detrás de la agresión, el desamparo o detrás de la postura de victima un juego de poder. Un ejemplo: Marido y mujer se encuentran uno en frente del otro. Entre ellos se nota claramente una gran tensión. El terapeuta le pregunta a él cómo se encuentra; el hombre contesta: “Ella me vuelve loco, estoy muy enfadado con ella”, El terapeuta le propone que diga la frase: “Estoy muy enfadado contigo”. El marido dice esta frase y confirma que es justa. También la mujer asiente con la cabeza.
Ahora le pide al hombre que diga: “Me encuentro desamparado”. También el hombre asiente. La mujer comienza a sonreír y le dice al terapeuta: ‘Yo también estoy tan enfadada que él ya no tiene un lugar en mi corazón”. El terapeuta le pide a ella que diga: “Estoy enfadada y en venganza me he cerrado hacia ti”. Ella dice que eso es lo que siente. El hombre dice al terapeuta: “Esto me enfurece”. Mientras el hombre dice esto, aparece en la cara de la mujer una sonrisa triunfante. El terapeuta pide, primero al hombre y después a la mujer que digan: “Como autores de este juego de perpetrador y víctima somos iguales”. Ambos dicen esta frase y se miran a los ojos. El terapeuta pide al hombre que diga: “Yo te he deseado como mujer, y te escogí a ti como mi mujer, y he convivido contigo como mi mujer”. La mujer tiene que decir una frase similar. Después de decir estas frases ellos se miran asombrados. Ambos asienten: “Así es” y se sonríen. La mujer dice: “En realidad él es un cielo”. El hombre dice: “Yo amo a esta mujer”. Ellos se acercan hasta llegar a estar juntos, evidentemente, unidos de nuevo. En esta constelación se ve claramente que los enfados para ellos eran una forma de demostrar su amor y su forma de comunicación. Al nivel profundo, cuando la verdad se comunica y se acepta, el amor se hace evidente. El amor, que anima a entrar en sus corazones y sanarlos.
FRASES SANADORAS
Cuando en una constelación las implicaciones se aclaran por medio de las frases clarificadoras, se busca con la ayuda de frases sanadoras, soluciones para estas implicaciones. También aquí se usan frases cortas y precisas que ayudan a expresar adecuadamente los hechos o sentimientos.
A veces parece que el lenguaje que se usa para estas frases es un poco anticuado. Cuando se le pide a un representante que diga: “Yo te honro” o “sólo soy un niño” o “te doy mi bendición”, la gente siente recelo o resistencia. En las constelaciones vemos día tras día claramente que este lenguaje tiene un profundo significado. Son estas frases las que solucionan las implicaciones, y las que tienen un efecto profundo en nosotros. Hacen que el amor empiece a fluir de nuevo. Es también gracias a este lenguaje que la comunicación durante una constelación no se desliza a generalidades superficiales.
Aquí les damos unos ejemplos clarificadores del uso de este lenguaje.
Un niño está delante de su madre y el terapeuta pide al representante de su hijo que diga: “Tu eres la madre. Yo sólo soy un niño. Tu segundo hijo. Tú eres la grande. El problema de tu relación es tuyo. Tú lo puedes sobrellevar. Yo te honro a ti y a tu destino”. Después de estas palabras el niño hace una inclinación profunda delante de su madre. Después dice el niño: “Te doy las gracias por el regalo más grande que me has podido dar, mi vida”.
EXPLICACIONES• La primera frase, “tú eres la madre”, da a la madre su lugar. Ella es la madre, y deja claro su posición y su responsabilidad dentro del sistema familiar. • La segunda frase, “yo sólo soy un niño”, pone en claro el lugar del niño en relación con la madre, y en cuanto al “sólo” es muy importante, no es un juicio de valor sino una constatación de la responsabilidad. Si un niño es “solo un niño”, no tiene responsabilidades hacia sus padres y los problemas en sus relaciones. El “sólo” libera al niño de toda carga que lleve de sus padres, tanto si esta viene del amor de hijo o porque los padres apelan emocionalmente al niño. Si el niño es “sólo” un niño, son los mayores los que tienen que solucionar sus problemas y cargar con sus responsabilidades. El niño puede ser niño y jugar. • La frase “tu segundo hijo” da al niño el lugar que le corresponde entre sus hermanos o hermanas. • Las frases “tú eres la mayor, el problema de tu relación es tuyo,” pone en claro una vez más en quien recae la responsabilidad. En constelaciones con otras problemáticas las frases pueden cambiar. Por ejemplo: “Papá tú eres el mayor, el dolor es tuyo”. “Mamá, tú eres la mayor y la furia que sientes por papá es tuya y tú puedes aceptar que yo tenga una buena relación con papá”. “Papá, tú eres el mayor, no tengo nada que ver con tu anterior pareja, mi madre es la correcta”. • La frase “tú lo puedes sobrellevar” del primer ejemplo pone en claro y confirma que cada uno lleva su propio destino, lo puede llevar y en realidad quiere llevarlo. Cuando los padres han apelado a los hijos emocionalmente es porque los sienten como suyos y les pertenece también el poder “apelarles emocionalmente”. Así son ellos, es su destino el ser como son; les guste a los hijos o no, eso no importa. Con la frase “tú lo puedes sobrellevar” se pone en claro que a ellos les pertenece y no tiene nada que ver con el niño. Lo que quiere decir que no van dirigidos al niño personalmente. El hijo hace una reverencia a su madre
LA PARENTIFICACIÓN
A menudo el hijo tiene todavía juicios y reproches. Cuando en el hijo aún viven, los juicios, la resistencia o una actitud defensiva, esto se ve claramente en la constelación. Con aquello que se va evidenciando se puede seguir trabajando, hasta que todas las implicaciones salgan a la luz. En la relación entre padres e hijos se ve repetidamente un desorden en la balanza de dar y recibir. Eso se llama parentificación y significa, en pocas palabras, que los padres apelan emocionalmente a sus hijos. Cuando se recupera el equilibrio, llega la próxima frase: “Yo te honro, y honro tu destino”. Cuando honramos a alguien en su destino le damos un lugar en nuestro corazón. Esto sólo puede ser incondicionalmente. Hemos trabajado, sacado a la luz de antemano, y tomada conciencia. Solo así es posible honrar a alguien de verdad y abrazarlo en tu corazón. Los representantes son un instrumento exacto, y susceptible para sentir si lo que se expresa es de corazón o si todavía hay resistencia. Si esta ha desaparecido, los representantes lo notan perfectamente. En este caso, la madre se siente de verdad honrada, aliviada y siente el amor hacia su hijo. También el hijo siente alivio y liberación.
LA REVERENCIA
El próximo paso para solucionar las implicaciones completamente es la reverencia. A veces la reverencia es muy profunda, hasta llegar al suelo, con las palmas de la mano hacia arriba. Por medio de este ritual nos libramos de todos los juicios hacia nuestros padres y los recibimos como parte de nuestro destino. Aceptamos a nuestros padres tal y como son con sus virtudes y sus defectos. En el mismo momento dejamos todo lo que les pertenece a ellos, con ellos. Esto nos libera de viejas cargas y abre nuestro corazón.
LA VIDA
Con la última frase: “Te doy las gracias por el regalo más grande que podrías hacerme, mi vida”, se expresa ese agradecimiento una vez más verbalmente y no hay regalo mayor en la vida que recibir esta de tus padres. Frente a este gran regalo, todo lo demás que quizás existía no es de importancia. Te hace humilde.
La realidad en las constelaciones puede desviarse de este ejemplo. Cada constelación tiene su propia dinámica y necesita a veces de otras frases, pero lo que está claro es que este lenguaje específico es de gran importancia. (adjunto listado de frases)
LOS RITUALES EN LAS CONSTELACIONES
El ritual más usado en una constelación es la reverencia hacia los padres. Al mismo tiempo se manifiesta – de forma perceptible – el tomar distancia y soltar todo lo que cargamos de nuestros padres. De esta forma les honramos a ellos y a su destino tal como es. Aceptamos a nuestros padres tal como son. Esta es una experiencia muy liberadora. El terapeuta se cuida de que la reverencia se realice cuando todas las implicaciones han salido a la luz y hayan sido solucionadas. Sólo entonces es una inclinación auténtica teniendo un efecto conmovedor y sanador. El representante del padre al que se le hace la reverencia puede sentir claramente si ésta ha sido auténtica.
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EL DESTINO
Si alguien más en la familia sobrelleva un destino pesado y existe una implicación, también se hace una reverencia delante de ella. Este puede ser, por ejemplo, el abuelo con un pasado en la guerra o el hermano de la madre que murió prematuramente. También en estos casos tiene lugar el proceso de liberación y distanciamiento, y el destino del familiar es a la vez honrado. Al hacer la reverencia y honrarles queda con ellos su destino.
LAS CARGAS
Otro ritual que los consteladores utilizan, es devolver las cargas que heredamos de nuestros padres u otros y esto ocurre de una forma simbólica al devolver una carga pesada, por ejemplo, una piedra, un cesto pesado o un saco. La finalidad es devolver, todos los sentimientos y cargas que hemos heredado al familiar que le corresponde. Por medio de este simbolismo es posible que haya un proceso de separación y liberación de dichas cargas. Durante el ritual, el terapeuta debe estar muy alerta y asegurarse que esta devolución se efectúe con mucho amor. A veces vemos que esto ocurre con un cierto reproche. Esto es una señal de que las implicaciones no han sido del todo resueltas. Entonces no es posible liberarse o tomar distancia verdaderamente. Todas estas observaciones nos enriquecen, y nos hacen más conscientes, y nos ponen en contacto con nuestro corazón. A veces representamos a una víctima de la guerra, otras veces un memo, un buenazo, el esposo víctima, el padre irresponsable o el hijo arrogante, o como se siente la abuela que desde la mañana a la tarde deambula, o la hija mayor que tiene que resolver todo porque la madre está enferma.
ACTITUD TERAPÉUTICA
El trabajo en constelaciones familiares está siempre dirigido a las soluciones y eso requiere del terapeuta mucha experiencia, empatía y actitud de cierta reserva. Se trata de acompañar y seguir lo que se manifiesta. Bien es cierto que hay “leyes sistémicas”, pero el terapeuta nunca debe dejarse seducir para dirigir las constelaciones según el método. En realidad, él debe, en cada constelación, olvidarse de las reglas y volverlas a descubrir. No existen dos constelaciones iguales, como tampoco hay dos familias iguales. El terapeuta tiene que evitar caer en la tentación de querer ayudar, quererlo hacer todo bien y contra viento y marea buscar una buena solución o una según sus ideales e interpretaciones. Solamente debe dar soluciones que se presentan espontáneamente por lo que se evidencia, por medio de los representantes y por lo que el cliente quiere ver como el tema. Esto exige del terapeuta una respetable actitud de reserva. Para poder trabajar así un terapeuta debe mantener el ojo avizor en el sistema familiar total durante una constelación. Su mirada debe de ser amplia. Si él dirige demasiado su atención a los detalles corre el riesgo de perderse en ellos.
OBSERVAR Y PERCIBIR
Hay una diferencia entre observar y percibir. Al observar miramos los detalles. La actitud de observar es querer saber y analizar. La actitud de percibir hace posible ver el total y permitirle penetrar en nuestro interior. Esta es una actitud interna de apertura e imparcialidad. El terapeuta coincide con lo que se presenta y la manera de cómo se presenta sin ninguna reserva. A través de la profunda concordancia se pueden presentar soluciones que en ese momento son adecuadas para el tema del cliente y del sistema familiar. De esta forma y asistidos por el campo del conocimiento las soluciones se presentan por sí mismas. Se empieza con la entrevista antes de la constelación. En esta, el terapeuta, en sintonía con el cliente, expresa claramente lo que se tiene que constelar. El terapeuta no debe dejarse cautivar por la imagen que el cliente expone porque el perdería su imparcialidad.
ENERGÍA, ESTRUCTURA Y HECHOS
En una constelación el terapeuta está íntimamente unido con el cliente y trabaja según Bertoldi Usarme en tres niveles: • El primer nivel es la energía- el campo del conocimiento. Él sigue lo que se muestra allí y se deja llevar por lo que, por medio del representante sale a la luz. • El segundo nivel es la estructura. El terapeuta conoce por su experiencia cuando hay una estructura familiar “sana”. Los principios del orden familiar son los que indican el camino hacia las soluciones. Pero el terapeuta nunca debe dejarse seducir, y seguir a ciegas estos principios. Él tendrá que verificarlos cada vez de nuevo a través de las vivencias de los representantes. • El tercer nivel son los hechos. Estos mantienen la constelación en la realidad. El terapeuta conoce estos hechos por la corta conversación previa con el cliente, y puede por lo tanto en el momento preciso hacer evidente el impacto de estos en la constelación.
LA PRESTACIÓN DE AYUDA
Muchos terapeutas quieren ayudar de verdad, salvar el mundo y crear el paraíso en la tierra. El deseo, la necesidad o la fuerza de querer ayudar a otros es la proyección de la necesidad interna del terapeuta de trabajarse a sí mismo. Esa actitud de querer ayudar debe dejarse y transformarla para poder trabajar de una manera profesional con constelaciones familiares. Detrás de esta actitud hay mucho que no ha sido solucionado, generalmente una alteración en la balanza de dar y recibir entre padres e hijos. El que quiere trabajar con constelaciones familiares, debe optar primero por constelar su propia familia en todas sus facetas y participar con frecuencia como representante. Sólo entonces conseguirá desarrollar esa actitud especial que se diferencia mucho de la actitud deseada en la mayoría de otros planteamientos terapéuticos. Esta postura se distancia del “querer” y del “hacer”; y se toma “admitir” y “observar lo que se muestra” y desde ahí guiar la constelación. Todo ello requiere una conciencia basada en el corazón en lugar de una conciencia ecoica. Esto sólo se consigue cuando alguien se “vacía” de las imágenes, de las viejas experiencias, y movimientos internos como emociones, voluntad o prejuicios. Se trata de trabajar a partir del “centro vacío”. La atención está a la vez dirigida y no dirigida, concentrada y abierta. Con esta actitud la esencia de la constelación emerge a la superficie de una manera espontánea, es decir se manifiesta.
ABSTINENCIA
Otro punto importante en la actitud del terapeuta es “renunciar a”, “el abstenerse de”. El que quiere cambiar algo de aquello que se manifiesta, se sitúa por encima de la realidad. Él quiere moldearlo o manipularlo según su visión o imaginación. Con ello trata de jugar a ser el jefe sobre la realidad e intenta subordinarla. Sólo el que se somete a la realidad y la acepta tal como se muestra, puede trabajar adecuadamente en constelaciones familiares. Él se abstiene de su propia voluntad. Ésta es la actitud fenomenológica o bien la conciencia sin ego. El someterse a la realidad significa también despejarse del miedo por aquello que se manifiesta. Eso sólo se consigue, si el terapeuta reconoce su propio lado oscuro o destructivo, de lo contrario él no podrá hacerlo visible en sus clientes. Las implicaciones más profundas tienen que ver generalmente con ese lado oscuro, la muerte y la destrucción y encubren el impulso del amor para que estos aspectos se puedan integrar en la conciencia sin prejuicios. En nuestro lado oscuro encontramos todo lo que no está resuelto, todo lo que inconscientemente llevamos consigo y todo lo que preferimos ignorar. Muchos de los que prestan ayuda, temen su lado oscuro y prefieren mantenerse ocupados con el lado oscuro de sus clientes en vez de curar sus propias heridas y ser conscientes de sus propios aprendizajes. Solamente cuando trabajamos sin prejuicios y sin miedo, estaremos sintonizados con lo que se evidencia y podremos vivir en sintonía y armonía con lo que se muestra. (escrito de rituales)
Panorama: el aprovechamiento de las variadas posibilidades de uso de las constelaciones familiares Los capítulos anteriores mostraron cómo funcionan las constelaciones familiares y su trasfondo. Este capítulo nos lleva hacia otras zonas. Las posibilidades de uso de las constelaciones familiares van más allá de lo descrito hasta el momento y su potencial es mayor aún. De alguna manera, este trabajo se encuentra en sus comienzos y no se puede apreciar hacia donde lleva.
Las constelaciones en el caso de delitos y en las cárceles La criminalidad y los delitos se transforman cada vez más en temas centrales de toda sociedad moderna. Las estadísticas demuestran que la violencia aumenta en ciertos niveles de la población, especialmente los niños y jóvenes. Aparecen enormes problemas que se discuten tanto en la prensa como en la literatura especializada. ¿Cuáles son las causas de este desarrollo? Parecen ser muy complejas y todos los esfuerzos sociales por contenerlas han servido de poco. Al desarrollar las causas se formulan dos preguntas fundamentales: ¿por qué razón alguien sin mayores problemas y proveniente de una familia normal y burguesa se transforma en un delincuente? y ¿por qué razón algunos delincuentes reinciden en forma compulsiva? La actual discusión acerca de los delincuentes sexuales revela en forma ejemplar que poca respuesta han encontrado dichas preguntas. Sus brutales e inexplicables crímenes golpean siempre a la opinión publica. Ellos han tenido una infancia terrible y repiten las injusticias sufridas. Pero esto no se adecua a todo. ¿Cómo es posible que ocurran estos crímenes? Las explicaciones de psiquiatras y terapeutas tampoco sirven de mucho. Su respuesta a la pregunta sobre el porqué es para un criminal algo fascinante violar y torturar hasta la muerte a un niño es: “el criminal desea acceder a algo nuevo y fresco. Algo así como pisar nieve recién caída.” También lo sugerido durante el mismo reportaje, “el aumento de la lujuria que los impulsa es aún mayor” deja más preguntas por responder. ¿Cómo es posible que existan personas con estas perversiones? La idea que sugiere la posibilidad de causas genéticas es solo una solución provisional frente a la falta de otras aclaraciones plausibles. El punto de vista de Bert Hellinger ofrece nuevas respuestas a esta discusión. El interés en utilizar este trabajo en el sistema carcelario crece en muchos niveles. La aplicación práctica se encuentra en sus comienzos. Nosotros debemos para ello, transvasar los ordenamientos, leyes y principios vistos hasta el momento al delincuente. Este es hijo de sus padres y miembro de su familia. Muchas causas de la delincuencia se encuentran en la familia de origen de un delincuente. En dicho vínculo se encuentra el motivo por el cual en reiterados casos la reincidencia es inevitablemente fatal. Esto lo muestra de manera ejemplar el trasfondo familiar de una reclusa condenada por delitos relacionados a las drogas. En el caso de muchos adictos a las drogas se encuentra un vínculo hacia los muertos en la propia familia. La muerte y los muertos le atraen y la droga es el medio adecuado. La atracción de la droga es por esto mayor que el deseo de terminar con el consumo. La cliente daba una impresión apática a causa de los variados medicamentos que necesitaba. Sin embargo, pudo realizar la constelación. La madre de la reclusa era la más joven de siete hermanas. Las seis hermanas y los padres fueron llevados por ser gitanos a un campo de concentración durante el Tercer Reich y una vez allí fueron asesinados en la cámara de gas. Ella sobrevivió pues una hermana mayor le abandono al costado del camino. Durante la constelación se mostró el profundo amor de la madre por su familia, quien fue llevada en forma irrevocable hacia la muerte. Las hijas le siguieron a continuación. La reclusa que estaba parada frente a los muertos de su familia sintiendo un gran dolor se inclinó profundamente durante un largo tiempo y dijo: “Yo honro vuestra muerte y destino. Observadme por favor con amistad mientras este viva.” Luego se sintió más tranquila y liberada. De esta manera se torna visible como alguien se siente autor del crimen frente a los muertos de su familia por haber sobrevivido. La fuerza y las ganas de vivir han desaparecido casi por completo. En las constelaciones encontramos muchas de las causas criminales. Los actos de violencia que aparentemente no tienen sentido y que son cometidos por jóvenes, provienen de la violencia que cargan otros miembros de la familia. Algunas veces, se ha manifestado en la misma familia, mediante un tío asesino con el cual el autor del crimen se encuentra vinculado internamente. Algunas veces se desata en el hijo la ira que se encontraba aún controlada y reprimida por los padres y otros antepasados. Lo especial en un sentimiento transvasado como la ira es que el que la siente, piensa que tiene la verdad absoluta. La realidad es una nebulosa donde se oculta la visión sobre el accionar sus consecuencias. Todo aquel que debido a una trama se convierta en autor del crimen se sentirá
inocente. La trama entorpece o distorsiona el reconocimiento de la culpa personal. Debido a ello es imposible el arrepentimiento. Las constelaciones demuestran cuan estrecho y compulsivo es este vínculo. Así se ve y percibe, porque esa necesidad ciega de actuar compulsivamente de la misma manera puede ser más fuerte que el deseo de no cometer nunca más delitos. Muchos autores de crímenes no podrán ingresar a la legalidad en tanto no desaparezca ese vínculo enfermizo. La reincidencia está programada. El trabajo con delincuentes demuestra los mismos mecanismos que se encuentran en toda familia. El trabajo revela los terribles resultados de estos mecanismos. Quien está preso tiene un trasfondo familiar mucho más complicado que un “ciudadano normal”. Es necesario realizar tres pasos durante el trabajo con delincuentes. Los dos primeros son los mismos que se necesitan para la solucionar la trama. En el primer paso, el autor del crimen reconoce mediante la constelación de su familia de origen como su actuar está vinculado a su familia. Como en toda constelación también se cumple: el autor del crimen debe penetrar hasta el fundamento amoroso que lo vincula a su familia. Pues quien como hijo se encuentra dispuesto a dar su vida, será también un criminal si el servicio de su familia así lo requiere. El segundo paso se desprende del primero. Hay que cambiar y transformar los vínculos con la familia que se han manifestado en forma negativa. Para ello es necesario la honra hacia aquellos con los cuales uno se encuentra vinculado. De esta forma, el autor del crimen deja a los antepasados la responsabilidad por su propia vida y acción. El tercer paso es la aceptación de la responsabilidad por el propio accionar. A esto pertenece en el caso de un acto criminal la comprensión de la culpa personal. Para tomar conciencia de la culpa es necesario que el autor del crimen se enfrente al hecho, o expresado en forma contundente: la confrontación con la víctima. Es un hecho concreto que en las discusiones momentáneas acerca de la reincidencia de los criminales sexuales, a pesar de los largos tratamientos terapéuticos, el acto central queda reiteradamente en un plano irrelevante. Hasta que el autor del crimen no mire en los ojos de su víctima no le será claro lo que ha cometido. Solo la vivencia existencial con la víctima trae comprensión y arrepentimiento. Los reconocimientos de culpa normalmente exigidos y esperados en un juicio no tienen fuerza y solo son una capitulación frente a la condena inminente. El encuentro del autor del crimen con su víctima tiene un buen efecto en la mayoría de los casos. Este es el fundamento del “equilibrio autor del crimen-víctima” que ha sido introducido como nueva forma en el derecho penal. El autor del crimen se enfrenta a su delito mediante el contacto personal con la víctima fuera del juzgado y se logran el acuerdo y la reparación. El autor del crimen tiene la posibilidad de enfrentarse con las consecuencias de su accionar, de aceptar las injusticias cometidas y contribuir a un saneamiento hasta donde sea posible. Una constelación en la cual se constela a la víctima y al autor del crimen mediante representantes tiene el mismo efecto que el encuentro real entre la víctima y el autor del crimen. Este efecto puede ser aún mayor y duradero. Mediante los representantes se expresan los sentimientos en forma directa y masiva. Ya lo hemos vivido en muchas constelaciones. El autor real que mira la constelación desde afuera no debe producir ningún tipo de confusión para los observadores. Él es solo un observador y logra de esta forma un fuero interior protegido para elaborar y enfrentarse a lo ocurrido. La constelación confronta a los interesados con el hecho y sus consecuencias en forma directa y sin prejuicios. Lo que el autor del crimen le hizo a la víctima se torna visible y perceptible. El autor ya no puede negar su responsabilidad por los hechos pues los tiene delante de los ojos. Así se alcanza una meta importante de la condena: la confrontación con el crimen. Las constelaciones que he realizado hasta el momento en las prisiones confirman lo expresado anteriormente. La profunda unión entre el criminal y su familia se torna visible. El siguiente es un ejemplo de una reclusa condenada por reiteradas estafas. En primer lugar, se consteló a la reclusa, a su familia y a una de sus víctimas de estafa. La autora permaneció indiferente frente a la víctima. La madre tuvo el sentimiento de motivar a su hija a la estafa. (La reclusa comentó desde su lugar de observación que su madre le enviaba como niña a estafar a los comerciantes.) La hija se sentía muy unida a su madre, pero no cambio nada en su distanciado sentimiento frente a la víctima. Recién se produjeron cambios cuando se ubicó a la madre de la madre. La nieta se sintió especialmente unida con su abuela, a quien percibió como muy falsa y estafadora. Finalmente se interpuso la madre entre ambas y dijo: “Yo soy la grande y acepto la culpa y la responsabilidad. Tú eres solo la hija.” Y agregó: “¡Qué termine de una vez! La reclusa se sintió un poco más libre y pudo mirar a la víctima en los ojos y decirle: “Lo siento.” De esta manera, se manifiesta la violenta energía negativa que un determinado comportamiento puede ocasionar en una familia. De esta forma se revelaron y comenzaron a solucionarse el vínculo
enfermizo con la abuela y la compulsión interna que le obliga a estafar. Solo así la reclusa pudo lamentar su acto criminal y disculparse frente a la víctima representada. ¿Qué efecto interior tiene la aceptación de la culpa? Esta y otras preguntas se plantean siempre en el caso de una gran culpa, por ejemplo, en un asesinato. ¿Qué significa para el autor abandonar a su familia e irse por la puerta o inclusive acostarse al costado de los muertos? ¿Tiene que cometer acaso suicidio? ¿No hay otra solución aparte de este abandono? ¿Qué significa esto en la práctica? Un aspecto de la solución de la culpa profunda se ve en la constelación que Bert Hellinger realizó en una cárcel de Londres hacia fines de 1998. El Consteladora mató a una persona en una pelea en un bar y ya había cumplido 12 años de condena. Se consteló solo a la víctima y al autor del hecho. Yo fui el representante de la víctima. No nos podíamos mirar a los ojos. Junto al sentimiento de que yo podría haber matado al otro y ser el autor del crimen experimenté una rabia asesina. El autor comenzó a sollozar y se acurrucó llorando en el piso. Yo tuve compasión y deposité mi mano en sus espaldas para consolarle. Luego de un tiempo nos miramos a los ojos y pudimos finalmente abrazarnos. Luego decidí que era suficiente. Me paré y me retiré. Esta constelación muestra las condiciones fundamentales para que el autor reconozca y cargue con su culpa. El autor mira en los ojos de la víctima, ve y reconoce lo que ha hecho. De esta manera, toma responsabilidad sobre sus propias acciones. Entonces, tal vez ya antes, se produce un dolor intenso que se debe tolerar. Luego de un tiempo el dolor desaparece y se logra la fuerza necesaria para actuar bien. En este camino no hay atajos ni posibilidad de acelerar los hechos. El representante del autor mencionado anteriormente, el conocido terapeuta Juntar Weber, dijo luego de una constelación que el jamás había sentido semejante dolor. El autor que observaba la constelación estaba visiblemente emocionado y dijo espontáneamente: “Así me sentí todos estos años.” Otra constelación aclaratoria para la dinámica en una cárcel fue una corta constelación organizadora con los empleados de una cárcel para jóvenes. El problema de origen se encontraba en un grupo de jóvenes curdos que se aislaban de los jóvenes alemanes presos y en el cual se producían reiteradamente exabruptos de violencia. Se buscaron representantes para los grupos juveniles alemán y curdo y para los funcionarios de la cárcel y del servicio social, cuyo deber es lograr la resocialización y la reinserción. Durante la constelación estaban ubicados frente a frente dos grupos de jóvenes y entre ellos, en la línea divisoria, los funcionarios de la cárcel y del servicio social también enfrentados. Los jóvenes se observaban como enemigos, el grupo alemán se sentía superior y despreciaba al grupo extranjero. Los funcionarios carcelarios percibieron una atmósfera de violencia reprimida y se sentían débiles como los del servicio social. Yo busque entonces una imagen ordenadora que fuese adecuada a esta situación carcelaria. En primer lugar, ubiqué a los jóvenes alemanes junto a los curdos. A continuación, la tensión entre ellos se redujo. Entonces ubiqué frente a ellos en el primer lugar al funcionario carcelario junto al representante del servicio social. Es necesario lograr un ordenamiento en las constelaciones de familia u organizaciones cuando el encargado de la seguridad se encuentra en el primer lugar. El representante del funcionario pudo relajarse en ese lugar y tuvo la impresión que desde allí podía realizar un buen trabajo junto al servicio social. Los jóvenes también se sintieron bien con este ordenamiento. En cambio, el servicio social se sentía muy mal en su lugar. La representante rechazó permanecer junto al funcionario carcelario. Ella quería estar entre los jóvenes. Cuando ella probó este lugar la tensión entre todos los participantes volvió a crecer. En ese momento tuve que interrumpir la constelación, pues no se podía encontrar solución alguna. Quien observa en forma imparcial al sistema carcelario ve por un lado a los presos y por el otro a los funcionarios estatales. Su deber es el cumplimiento de la condena, cuyo contenido y meta están prefijados por la legislación estatal. El servicio social es también una parte del cumplimiento de la condena. La constelación muestra en forma ejemplar el conflicto interior de los empleados del servicio social al cumplir su función como encargados del estado. Ellos sienten mayor solidaridad con los presos que atienden. De esta manera se confunde en parte la realidad que indica que los trabajadores sociales se van a la noche a casa mientras que los presos quedan en prisión. Estos ven dicha realidad y no pueden valorar la actividad altruista de sus encargados. En vez de ello, se aprovechan. En el fondo de este abuso, yace una provocación. En algún momento la mayoría de los trabajadores sociales alcanzan el límite de esta situación. Los frentes y la realidad son claros cuando se niegan.
Estos conflictos internos y externos y las dificultades de cercanía y limite hacen del trabajo social algo agobiante. Reiteradas veces aparecen síntomas de desgaste en los empleados. ¿Qué cosa es útil en este tipo de constelación? Ella muestra el trasfondo de conflictos estructurales y sus consecuencias. La resolución de la trama personal es importante, pues un trabajo óptimo en conjunto de los diferentes grupos de empleados es la condición básica para un buen trabajo en el cumplimiento de la condena.
Hombres y mujeres
El tema “hombre-mujer” tiene un contenido inagotable para las constelaciones familiares. ¿Qué ocurre entre los hombres y las mujeres? ¿Cuál es el fundamento para los ordenamientos que encontramos en las constelaciones? Aparecen muchas variantes y al mismo tiempo los temas se repiten. Las constelaciones familiares son desde mi punto de vista caminos independientes para estudiar la realidad. Bajo la rutina cotidiana se encuentran capas profundas de la realidad. Normalmente, no somos conscientes de ellas. Las constelaciones conducen a estas capas y muestran una realidad que nos ilumina instantáneamente cuando le encontramos. La siguiente constelación tuvo lugar en la última hora de un curso de formación semanal. Una participante dijo que en los últimos días había tomado conciencia de un miedo fundamental relacionado a los hombres. Realicé entonces con ella una corta y simbólica constelación debido al poco tiempo del cual disponíamos. La participante se cónstelo en primer lugar a sí misma, luego ubicó al miedo a sus espaldas, enfrente a un representante de “los hombres” y enfrentado a este una representante de “las mujeres”. Lo primero que hizo fue mirar a su miedo. Ella se inclinó frente a él y le expresó su honra. Esto no estaba de acuerdo con sus sentimientos. Recién tuvo mejoría cuando le dijo: “Yo no te honro y deseo que desaparezcas.” Entonces observó a la representante de “las mujeres” y se sintió unida a ella. Cuando se ubicó frente a ella se sintió fuerte y bien. Esta representante le dijo: “El miedo forma parte de esto. Yo siento a veces miedo y también miedo frente a los hombres.” Entonces se observaron los representantes de los hombres y las mujeres. Cuando se le preguntó a la representante de las mujeres como se sentía, ella dijo: “Estoy fascinada y tengo un poco de miedo.” Yo sugerí que les diga esto directamente a los hombres: “Estoy fascinada por ti y tengo un poco de miedo.” Entonces le sugerí al representante de los hombres que repitiese la misma frase a las mujeres. “Estoy fascinado por ti y tengo un poco de miedo.” Él lo dijo y estuvo de acuerdo. El hombre y la mujer son diferentes y por ello siempre se sentirán un poco extraños. Esto provoca la fascinación y el miedo al mismo tiempo. Quien tiene miedo puede volverse agresivo para protegerse. “El ataque es la mejor defensa”, dice el refrán. A ello se suman las malas experiencias realizadas entre los hombres y las mujeres y los sentimientos traspasados de generación en generación. De esta manera nuestras existencias como hombre o mujer están condicionadas por viejos caracteres. La hija de una familia suiza, de unos sesenta años de edad, realizó una constelación. Ella relató que no hay nada relevante en su familia. Como si fuese algo completamente insignificante, reveló que su madre antes del casamiento tuvo que sacarse los dientes por exigencia del futuro marido y de su familia. El motivo: ahorrar dinero. Esta situación me dejo estupefacto y a continuación sugerí que el marido diga: “Yo quise que te saques los dientes y acepto mi responsabilidad por el hecho.” Pero él no puede pronunciar estas palabras. Entonces ubiqué al abuelo quien dijo: “A las mujeres hay que arrancarles los dientes. Yo tengo muchos hombres detrás de mí y somos de la opinión que las mujeres con dientes son muy peligrosas. Su propia mujer permaneció en paz y dijo: Yo podría ser peligrosa pero no lo deseo.” En la charla a continuación se comprobó que, en ciertas zonas de Suiza hace cuarenta años era aún normal extirpar los dientes de la novia antes del casamiento. También a la cliente, a los 18 años de edad, le extirparon 8 dientes, 4 arriba y 4 abajo sin motivo alguno y solo por el deseo paterno. En las relaciones se repite que cuando una de las partes de la pareja es agresiva, la otra permanece más bien pacífica y tolerante. Sin embargo, algunas veces en el trasfondo se muestra una dinámica que indica que la agresión mayor se encuentra en quien permanece tranquilo en su exterior y que él que estalla en ira casi siempre es él más débil. Posiblemente esté actuando un mecanismo sano que permite que sólo una de las partes cargue con el polo agresivo. ¿Cuál es la alternativa? Otra constelación me mostró una situación en donde ambas agresiones aumentaban.
La hija constela. El padre había herido de gravedad con un cuchillo a la madre durante una pelea familiar. En la constelación están enfrentados y llenos de odio. Cada uno desea ser el más fuerte. Se demuestra que la mujer ha provocado al hombre en forma deliberada. La solución aparece recién cuando la hija saca de su corazón a sus padres y les deja con su responsabilidad. Ambos le dan la espalda a la familia. Entonces vuelve a estar todo más relajado. Cuando hombre y mujer se pelean hasta la última consecuencia sólo queda la elección: ¿Quién mata a quién? ¿Cuchillo o veneno? La película “La Guerra de las Rosas” fue una buena sátira sobre esta lucha exterminarte de una pareja. Ambos sexos conocen agresiones asesinas. Ellas pertenecen a la herencia colectiva y a nuestra formación personal. El potencial agresivo masculino lo vivimos en guerras y enfrentamientos a nuestro alrededor. Da lo mismo en África, Palestina o Yugoslavia. Su cercanía se ha vuelto algo rutinario. Hombres asesinan a hombres y no pocas veces, también a mujeres y criaturas. En las violaciones masivas que se produjeron en Yugoslavia parece descargarse un odio común de los hombres por las mujeres. En las constelaciones me fue revelado que las mujeres pueden odiar también en forma asesina y que pueden cargar con una ira tan grande como la masculina. En muchas mujeres dormita una extrema violencia frente a los hombres y apenas si son conscientes de ello. En lo superficial se observa que tienen poco respeto por los hombres y que los desprecian en reiteradas oportunidades. Al comienzo de un seminario aparece este odio en las primeras constelaciones en forma moderada. Luego de un día o más puede mostrarse con toda su intensidad. Una participante deseaba aclarar las dificultades que tenía en sus relaciones con los hombres. Ella se sentía incapaz y sospechaba que esto tenía relación con su padre. Ella cónstelo a siete hombres con los cuales tuvo relaciones durante seis meses y tres años y a su actual hombre. De los tres primeros se despidió con honra. Cuando se enfrentó a los otros descubrió que a partir de ese momento no percibía a los hombres en forma personal. Podrían ser otros los que estaban parados allí. El cuarto hombre expresó enojo y deseaba irse. Repentinamente el ambiente se cargó de tensión. Ella dijo: “¡Si alguien se va, esa soy yo!”. Antes era ella la víctima de su incapacidad de relacionarse y ahora salió a la luz el conflicto con los hombres. Entonces le sugerí que diga a su actual hombre: “Tú eres el siguiente.” Ella lo dijo y confirmó la veracidad de la frase. Yo ubiqué a su madre a su costado, con la cual se sintió muy unida. Le sugerí que señales a los hombres y le diga a su madre: “Mira, los maté para ti.” Ella lo dijo y percibió que era cierto Aquí se revela una ira antigua. Una ira que se transmite de generación en generación. No sirve de nada buscar las causas en la vida actual, dado que la madre y la abuela también experimentaban esta ira. Ella viene de un tiempo en el cual se maltrataba y reprimía duramente a las mujeres. La ira también ha sido producida por el dolor, penurias y violencia vividos durante la guerra. Durante las constelaciones aparecen mujeres amargadas en las generaciones anteriores. Dichas mujeres reprimieron mucho dolor y se volvieron “malas”. La presencia de la maldad es fuerte y se siente corporalmente. La mujer vive su ira en el seno de la familia, pero en reiteradas ocasiones no es consciente de ello. Ella tiene la impresión de estar solo reaccionando. Las situaciones más insignificantes hacen estallar la ira y los otros son siempre los culpables. No todas las agresiones en la relación de pareja tienen como meta la destrucción o la humillación del contrario. En reiteradas ocasiones tienen otro motivo. Esto se observa en el caso de una cliente durante la supervisión realizada por su terapeuta. La mujer sufre una enfermedad desde hace 15 años. Aparte de los medicamentos pagados por la caja de seguros, recibe dinero de su marido para métodos alternativos de cura. De pronto aparece en el mercado un nuevo y carísimo método alternativo de cura. El marido dispone del resto de una herencia y quiere viajar a la China en vez de darle el dinero a su mujer para dicho método. El hombre está parado en la constelación enfrente de ella a gran distancia y mantiene los puños apretados. Una frase le viene desde dentro: “¡Si no me contengo te mato!” Él siente una ira asesina hacia su mujer. La frase provoca solo indiferencia en primera instancia en la mujer. Las frases que ella acepta como verdaderas son: “Estoy más allá de ti y tu ira.” “Yo no te honro y encima siento ira.” “Yo saqué y no di nada durante quince años.” La solución aparece cuando el hombre dice: “Basta ya.” La mujer le sonríe y dice: “Por fin.” El hombre reconoce su parte en la escalación diciendo: “no me he comportado en forma honorable.” Ella encuentra entonces la siguiente expresión: “Yo te provoco cuando deseo honrarte.” Ambos pueden ahora acercarse y sonreírse. Acto seguido, él expresa una vez más: “¡Pero yo me voy a China!”.
Esta constelación muestra en forma ejemplar un patrón de conducta que aparece reiteradamente en las relaciones. Las mujeres provocan al hombre para ver su ira. Muchos hombres tienen gran dificultad para mostrar su ira en forma adecuada y la reprimen. Cuando un hombre nunca se enfurece, está ocultando a su mujer una parte esencial de su fuerza. Las mujeres enfurecen cuando no encuentran la ira del hombre. La necesidad de la mujer por ver esta ira es inmensa. Sin embargo, necesitan verle en forma de fuerza y no de violencia. El riesgo parala mujer es que el hombre no logra controlar su ira. En muchos casos se logra un efecto tranquilizante para las mujeres cuando el hombre expresa su ira sin violencia. “Por fin” dijo la mujer con alegría en la constelación anterior cuando el hombre puso un límite controlando la situación. (Ella no diría “Por fin” si su ira se hubiese transformado en violencia en su contra.) Como Goldman describe, los hombres tienden a dejarse dominar por un fuerte sentimiento como la ira más que las mujeres. La persona en esta situación pierde el control, no puede ordenar sus pensamientos y reacciona en forma primitiva. Este desbordamiento se manifiesta cuando los latidos se aceleran en 10, 20 o 30 pulsaciones por minuto. Los hombres tienden a saltar de un leve enojo a un desbordamiento más que las mujeres en las relaciones. Estudios han demostrado que durante peleas familiares el pulso de los hombres aumenta más rápido que el de las mujeres. Ellos son más afectados que ellas en este enfrentamiento. Sin embargo, el pulso de los hombres baja cuando comienzan a cerrarse. Este es un mecanismo de defensa para ambos. El dilema es: al momento en que el hombre se tranquiliza, el pulso de la mujer se acelera. Ahora sufren las mujeres el desbordamiento. Las agresiones entre hombres y las agresiones entre hombres y mujeres tienen diferentes motivos y metas en reiteradas ocasiones. (La agresión entre mujeres no tuvo relevancia hasta el momento en mis constelaciones.) La agresión entre hombres es por esta razón más bien unidimensional. La hija constela. Su padre le confesó haber matado un hombre en África. Ella es la única que lo sabe y sufre por esta carga. Frente a esta situación, constelamos a los dos hombres y a la hija. El padre tiene miedo frente al otro hombre. Este está dispuesto al combate y es superior. Su frase fue: “Yo soy más fuerte.” Le sugerí entonces al padre que diga: “Pero yo te maté y fui más fuerte.” El padre corrigió: “… fui más rápido.” El contrario no puede aceptar el hecho de estar muerto y se siente aún muy fuerte. La tensión permanece. La solución se logra cuando ordeno a ambos que se inclinen simultáneamente. Esto trae finalmente tranquilidad y honra entre los dos hombres. (Para la hija es importante que su padre confiese que no ha sido correcto de su parte haberle contado semejante secreto como niña.) En las agresiones entre hombres se esconde un ritual de comparación de fuerzas. En estas luchas hay una relación subliminal. El conflicto se interpreta más bien como algo deportivo y no como algo personal. La inclinación simultánea, algo usual antes de comenzar la lucha en todas las artes marciales asiáticas, expresa perfectamente dicha comunión. Esta inclinación también soluciona tensiones en las constelaciones. En las luchas deportivas se ritualiza también el fin. El vencido que se mantiene en el piso golpea tres veces en el piso y la lucha se termina. Pero cuando se trata de una lucha a vida o muerte, se acepta la muerte como resultado posible sin lamentos. En muchas constelaciones de soldados enemigos vi que nadie lamentaba haber baleado al otro. ¿Sería posible y adecuado inclinarse antes de una comparación de fuerzas entre hombre y mujer? Mi mujer y yo llegamos a una negativa respuesta luego de la constelación mencionada anteriormente. ¿Cuál sería un fin adecuado? ¿Golpear tres veces en el piso? El fin “adecuado” en una comparación de fuerzas “real” sería irse a la cama, en caso de que el hombre sea el vencedor. La condición previa es que ambos estén de acuerdo en medir sus fuerzas. Para evitar falsos entendimientos: no se trata de que un hombre obligue a una mujer a la lucha. ¡No se trata de una violación! Si en cambio la mujer es más fuerte, esta rechaza y desprecia al hombre. Mi mujer recuerda episodios en los cuales venció emocional o intelectualmente a un hombre. Ella recuerda el corto momento del triunfo en el cual el otro ya no era más “hombre”. Aún en forma más clara se encuentran estas formas arcaicas en la saga de los Nibelungos. La invencible Brunilda fue vencida por el desconocido Sigifredo. El Rey Günther usurpa su lugar y se casa con ella. En la noche de bodas ella lo cuelga de la ventana. Brunilda puede entregarse a Sigifredo, el fuerte y no a Günther, el débil. Para este solo hay desprecio.
¿De qué sirve en un plano arcaico esta comparación de fuerzas entre hombre y mujer? Su significado se encuentra en la etapa de propaganda. Sólo si el hombre es más fuerte puede ser pareja. De esta forma muestra que con él son posibles la seguridad y la pertenencia. Sólo así la mujer se le entrega. De una comparación de fuerzas que exige esfuerzos, se producen honra y respeto. Tanto al hombre como a la mujer les gusta ser exigidos. Él se complica la vida si le hace la vida fácil a la mujer. Le será difícil lograr la honra y no se logrará ningún vínculo. El hombre busca también una mujer que le exija. Ella puede honrarle y él puede vincularse de esta manera. Por esta razón, vencedores y vencidos no son términos adecuados para definir esta comparación de fuerzas entre hombre y mujer. Pues si se logra el vínculo no hay ni vencedores ni vencidos. Tampoco en el sexo hay vencedores y vencidos. ¿Quién desea al final ser vencedor y quién vencido? ¿El hombre? ¿La mujer? Vencedores y vencidos no es una descripción adecuada. ¿Qué ocurre luego de la etapa de propaganda cuando el vínculo comienza a establecerse? Bert Hellinger dice al respecto: “La mujer sigue al hombre, el hombre sirve a lo femenino.” ¿Qué pretende decirnos? ¿Cuál es el significado de esta expresión? En las constelaciones se demuestra que el primer lugar le corresponde al responsable por la seguridad. En nuestra cultura, fue el hombre quien se encargaba de la seguridad hasta ahora. La imagen antigua era: el hombre se encargaba de la supervivencia. Su deber era proteger a su mujer e hijos (la “cría” en sentido biológico). Él es un luchador que rechaza todo tipo de amenazas. Debido a ello es tan importante que el hombre tenga la fuerza y energía necesarias. Los hombres poseen aún hoy esta función en su interior a pesar de no percibirla en la rutina cotidiana. Un amigo que trabaja con condenados me contó acerca de un asalto a un auto. Una pareja fue amenazada con una navaja. Para el marido se transformó en una situación traumática el no haber podido cumplir con su papel protector. Los sobrevivientes de los campos de concentración informan algo similar. La peor degradación para los hombres judíos fue ser humillados frente a los ojos de sus mujeres e hijos y no poder cumplir con su papel protector. El hombre se ocupa aparte de los medios para la subsistencia. Él carga con la responsabilidad sobre el mejor “nido” posible. Él es el nexo con el mundo exterior y es por ello que la mujer lo sigue. La mujer necesita apoyo y protección durante el embarazo y en los primeros años de vida del hijo. El hombre construye el nido donde los hijos crecen. La mujer trae los hijos al mundo, les da leche y se ocupa de ellos. Este es el contenido femenino que el hombre sirve. En la jerarquía entre la mujer y el hombre, la mirada siempre está puesta en los niños. El hombre y la mujer atienden a estos con las mejores posibilidades. La jerarquía se adapta a la función y no tiene valoración alguna. Los siguientes ejemplos describen esta situación: La abuela falleció al dar a luz. Las nietas tienen miedo de tener hijos. Su muerte es para la familia un hecho gravísimo con consecuencias que atraviesan varias generaciones. El abuelo se siente culpable de su muerte pues él la había embarazado. Su mujer está parada frente a él en la constelación y le dice: “Es mi riesgo como mujer si muero dando a luz y yo lo acepto. Tú eres solo el hombre.” El hombre puede relajarse al oír esta frase y su sentimiento de culpa desaparece. Las mujeres arriesgan su vida durante el nacimiento de su hijo. Antes que la medicina alcanzase el nivel técnico actual, fallecía un tercio de las mujeres al dar a luz. ¿Corren los hombres algún riesgo similar a este? El padre de la cliente, acusado de ser guerrillero, murió en Bélgica en un campo de concentración. En la constelación, su mujer, la madre de la cliente, sufría sentimientos de culpa por no haber peleado a su lado. La solución vino con la siguiente frase del hombre: “Tú eres la mujer y yo soy el hombre. Las mujeres cargan con el riesgo durante el nacimiento y los hombres en la guerra.” La mujer se relajó y el sentimiento de culpa desapareció. Ambos sexos tuvieron originalmente su función y cargan con su propio riesgo. Las constelaciones reproducen los principios arcaicos. Estos siguen vivos en nuestro interior a pesar de todos los cambios sociales ocurridos. Negándolos o reprimiéndolos no evitamos su existencia y consecuencias. Por lo contrario, sus influencias permanecen ocultas y desconocidas. Sólo si reconocemos y honramos estos ordenamientos seremos un poco más conscientes, pues la toma de conciencia libera. Esto muestra el significado del primer lugar en una constelación familiar. En algunas ocasiones está la mujer en primer lugar y el hombre en el segundo. Quien está ubicado en el primer lugar es
responsable de la seguridad. En ocasiones este ordenamiento es agradable y adecuado para la pareja y los hijos. Sin embargo, se produce un alivio para la mujer y los hijos cuando el hombre toma el primer lugar. Él se siente entonces más fuerte y responsable por su familia. La mujer y los hijos se relajan y se sienten más seguros. Los ordenamientos arcaicos que se reflejan hoy en día en las constelaciones parecen haber sobrevivido como algo superfluo. La cantidad promedio de niños en el mundo occidental es cada vez menor. Ya no hay que educar a 10 o 15 hijos sino solo a 1 o 2 en la mayoría de los casos. Con la píldora anticonceptiva se logró por primera vez en la historia humana un método anticonceptivo seguro y accesible para toda mujer. La inmensa fuerza que antes se usaba para educar y criar a 10 hijos se encuentra ahora en libertad. En el hombre como sostén de la familia y aún más en la mujer como madre y parturienta. La cultura produce muchas posibilidades y alternativas. Se generan constantemente nuevos modelos. Sin embargo, los arcaicos programas de supervivencia yacen en el trasfondo. Ellos son la causa del inexplicable descontento producido en determinadas situaciones. Cuando la situación lo exige, entran nuevamente en actividad. Estos aparecen en forma sorpresiva cuando una mujer queda embarazada. Muchas cosas que antes eran claras y determinadas ya no lo son. Una parte desconocida e inconsciente de la mujer sale a la luz y el hijo tiene la fuerza necesaria para derrumbar los planes tan ordenados de vida y carrera soñados por los padres. En los noticieros de la televisión podemos ver que rápido se puede saltar de este “juego” cultural a una situación “seria”. Las guerras, ya sean entre naciones o civiles, reina en muchas partes del mundo. Ellas nos rodean y pueden infectar a nuestra sociedad en pocas semanas o meses. Esto ocurrió en el siglo pasado durante la primera y la segunda guerras mundiales, cuando millones de hombres fueron a la lucha. La técnica moderna logra en parte que estos programas de supervivencia arcaicos sean obsoletos. En muchas partes de la tierra (¡pero no en todas!) se ha superado la vieja imagen donde el hombre pelea “afuera” contra otros hombres para proteger a su familia, aldea o nación. El ordenamiento antiguo no existe más. Ya no hay “afuera” pues la guerra está en todos lados. La población civil se ve envuelta en combates atroces. Y mientras que en el pasado la búsqueda del hombre por un arma mejor era parte de su preocupación en lograr una mejor defensa, hoy en día dicha búsqueda es algo absurdo. La cantidad de nuevas y siempre más mortíferas armas aumentan el peligro y la inseguridad. Por eso nos encontramos hoy en día entre un viejo y un nuevo ordenamiento. El viejo funciona en forma limitada y el nuevo no está todavía a disposición. Las constelaciones nos ayudan a reconocer que elementos de los ordenamientos viejos cargamos todavía.
Las constelaciones familiares y la ética Nosotros vivimos en una era donde todo parece ser posible. Todo es realizable, hoy o mañana. Las posibilidades ofrecen un amplio espectro. En Der Spiegel leemos bajo el título „No hay más consistencia” la siguiente información: “Científicos norteamericanos han unido una célula humana con un óvulo vacuno y han aislado células madres inmortales de embriones”. Los científicos hablan de una nueva era en la medicina. Las precauciones de los escépticos se desvanecen y las comisiones éticas no logran mantener un consenso. El negocio de la inseminación artificial florece como nunca. En USA es posible una forma de familia con cinco partes paternas: la gran familia de la criatura está formada por los dadores de esperma y óvulos, la madre y los padres sociales que se encargan finalmente de la educación. ¿Es que hay aún limites? ¿Si es que hay, quien tiene la autoridad de definirlos? Estas preguntas continúan sin respuesta. Las constelaciones familiares ofrecen respuestas cuando en ellas aparecen estos nuevos temas. Ellas sugieren soluciones adecuadas para las nuevas preguntas. Bert Hellinger realizó en USA junto a Hunter Beaumont una constelación acorde al tema (véase Wii Liebre gelinita.) La segunda hija del cliente fue concebida mediante inseminación artificial con el esperma de un dador desconocido del cual solo se conocía su religión judía. El matrimonio se separó al corto tiempo. A continuación, una parte de dicha constelación: Hombre: me siento muy triste y aislado. No sé quién es quién… Mujer: siento agresividad frente al hombre y no siento ningún vínculo con mi hija Hija: no tengo sentimientos. Siento que me estoy cayendo de espaldas. Cuando escuché que mi padre es judío sentí como una puñalada en la espalda… Hellinger: tú debes renunciar a tu padre. Tú no puedes tener padre. Tu madre te ha engañado acerca de él.
La representante de la madre asevera con un gesto. Hellinger a la madre: ¡Mírale! La madre se ubica frente a la hija. Hellinger: Dile que tú le has engañado acerca de su padre. Mujer: Te he engañado acerca de tu padre. Ambas se observan durante un largo tiempo. Hellinger a la hija: ¿Cómo te sientes? Hija: Estoy triste Hellinger: Dile que tu aceptas también la vida de esa manera. Hija: Yo acepto mi vida también de esta manera. Y así está bien. Madre e hija se miran y hacen una reverencia. Antes, Hellinger al cliente: “Entre los sistemas hay un orden jerárquico. El nuevo sistema está por encima del sistema anterior. Por esta razón, cuando hay un hijo con otra pareja, la pareja anterior desaparece. Este es el caso. Cuando tú y tu mujer os decidisteis por una inseminación artificial con el esperma de otro hombre se acabó el matrimonio. Era una consecuencia inevitable”. Las constelaciones nos ponen en contacto con la instancia interior que no deja influenciarse con argumentos y justificaciones. El matrimonio se rompe. Sin embargo, para el hijo es importante aceptar la vida sin el padre. También otros temas que damos por sobrentendidos en nuestro mundo aparecen bajo otra luz gracias a las constelaciones. El siguiente ejemplo de una trasplantación de riñón extraído de “Wu Debut huilte un Ohnmacht Frieden stiftet“. Rosemarie: Desde los 3 años de edad tengo una enfermedad crónica en los riñones. Cuando cumplí 21 años ambos riñones no funcionaban más. Mi padre donó un riñón que también dejo de funcionar luego de 4 años de realizada la operación. Hace alrededor de 6 años que hago diálisis. La cliente constela a ella y a su padre. Ella está ubicada atrás del padre. El padre tiembla. Luego de unos minutos avanza un paso y se acuesta boca abajo. Rosemarie se marea y está a punto de caerse. Bert Hellinger le indica que se acueste boca abajo junto a su padre. Rosemarie le dice: Yo exigí demasiado… Padre: Tengo el sentimiento de que la muerte no es suficiente. Debo irme… Un rato más tarde. Padre: Te lo di con gusto, pero fue demasiado Luego de la constelación. Hellinger: quiero decir algo acerca de las trasplantaciones: el alma no las soporta. El donar órganos no es un acto de amor. Rosemarie: Lo mismo sentí yo. Estuve contenta cuando no funcionaban… Especial en esta constelación es que el padre es el donante del riñón para su hija. Para la hija es demasiado recibir un riñón de su propio padre. Hellinger dice acerca de las trasplantaciones: Tiene que haber una profunda comunión, amor y honra para que funcione. El que recibe el órgano tiene que recibir la bendición del donante. Entonces puede ser. Pero yo no lo haría nunca. Yo no donaría un órgano ni estoy de acuerdo en recibir uno. Esto está por encima de la condición humana. Estas últimas palabras son también adecuadas como palabras finales para este capítulo sobre las constelaciones familiares y la ética: Lo que digo es una provocación y no deseo que esto sea interpretado como la última verdad. Pero vale la pena pensarlo.