El Duelo en la familia
Cuando fallece un ser querido se altera el equilibrio del sistema familiar y la consiguiente adaptación a la pérdida supone una reorganización, a corto y a largo plazo, en la que las etapas de duelo familiares e individuales se influyen recíprocamente.
La recuperación de la crisis requiere un proceso de trasformación que incorpore la pérdida sufrida y que sirva de puente para acceder a una nueva identidad. La estructura del sistema familia, los roles desempeñados por el fallecido dentro de la familia, la calidad de la comunicación y del apoyo entre las personas que la componen y el tipo de muerte en el ciclo de vida familiar van a favorecer o entorpecer el desarrollo del duelo individual
La finalización del proceso implica la aceptación de la ausencia del fallecido, aceptación que, en cierto modo, encierra una despedida.
El fallecimiento de una persona suele ocasionar, en quienes mantenían un vínculo estrecho y significativo con él, cambios importantes en el concepto que tienen de sí mismos y del mundo
Este proceso individual se produce dentro de un proceso familiar que lo circunda y con un importante trasfondo social.
El duelo es un proceso de transición, un proceso que supone una afirmación de terminación de la vida y una afirmación de continuación de la vida.
ASUMIR LA REALIDAD DE LA PÉRDIDA
Reconocimiento compartido de la realidad de la pérdida
Cuando alguien muere, incluso si la muerte es esperada, la negación cobra una gran importancia. Siempre hay cierta sensación de que no es verdad.
Es fundamental que en la familia se afirme la realidad de la pérdida, que la persona ha muerto, y que cuando se comuniquen entre ellos sea reconocida esta realidad de manera clara y precisa
DAR EXPRESIÓN A LAS EMOCIONES Y AL DOLOR
Experiencia compartida de las emociones y del dolor.
Los miembros de la familia han de expresar, compartir y admitir una gama amplia de sentimientos que afloran
Aceptar a otro que esté en otra fase requiere una gran flexibilidad y tolerancia
La evolución dependerá del sistema de límites, de la estructura, y del estilo de respuesta familiar.
• Familia con límites flexibles. (Duelo familiar adaptativo).
El sistema familiar tolera las emociones positivas y negativas
• Familia con límites rígidos. (Duelo familiar desadaptativo)
Se mantendrá un silencio acerca del fallecimiento
Modelos de respuesta familiar inflexibles: Serán familias que insistirán en que todo permanezca como antes
Modelos de respuesta familiar distorsionados. Idealización del fallecido
• Familia con límites porosos. (Duelo familiar desadaptativo).
Presentan dificultad para tolerar las diferencias (todos deben sentir lo mismo y con la misma intensidad).
• Modelos amplificados de respuesta familiar.
Ruptura familiar tras el fallecimiento (divorcios), los duelos incompletos previos
prolongación del duelo mediante la dependencia del “fantasma”, o conmemoración de la muerte de la persona como una tragedia que nunca debe ser olvidada.
ADAPTARSE A UN MEDIO EN EL QUE EL FALLECIDO ESTÁ AUSENTE
Reorganización del sistema familiar
La realización de esta tarea lleva consigo muchos cambios a los que la persona superviviente debe enfrentarse
Los roles pueden ser “instrumentales/orientados a la tarea”
En el reparto de roles entre los miembros de la familia (familia de origen y nuclear) ha de asumirse el papel pero no la identidad del fallecido.
La reorganización del sistema familiar dependerá del momento del ciclo vital en el que se encuentre la familia.
ADAPTARSE A UN MEDIO EN EL QUE EL FALLECIDO ESTÁ AUSENTE
Reorganización del sistema familiar
Cada momento dentro del ciclo vital presenta unas características propias, cada situación tiene su carga dramática y en cada una hay variables diferentes que pueden complicar el duelo o dificultar su elaboración.
Señalaremos algunas de estas situaciones:
La muerte de un niño
suele ser especialmente dramática. Las muertes prematuras suelen ser las más complicadas de elaborar.
Cuando la muerte es de un joven, la familia se sume en una pena persistente y perturbadora.
La muerte de uno de los cónyuges en pareja joven suele ser muy traumática.
Otro caso especial es la muerte de un progenitor en familia con niños de corta edad.
Es importante trabajar siendo consciente de que nunca se va a volver a la situación que tenía antes de la
pérdida debido a que el duelo es un proceso, y que el dolor intenso puede volver a aparecer y será necesario volver a trabajarlo, cuando ocurra, sin alarmarse.
Trabajando con la familia… LOS RITUALES
Disponemos de numerosas herramientas para trabajar con la familia en duelo, hablar del difunto, de las circunstancias de la pérdida, fotografías, objetos significativos, trabajos de expresión a través de pintura, arcilla, plastilina…, técnicas de relajación, técnicas psicodramáticas, visualizaciones, etc
Las técnicas de ritualización deben ir acompañadas de un trabajo que estimule la comunicación de sentimientos entre los miembros de la familia y los amigos íntimos.
Hay rituales elaborados y rituales que elaborará la familia según su situación y sus necesidades. Entre los rituales elaborados Van der Hart (1991) propone un ritual terapéutico de “despedida” que consta de 3 fases:
– Fase preparatoria en la que se expresa la pérdida de forma desestructurada.
– Fase de reorganización, en la que se siguen conductas propias del luto
– Fase de finalización que comprende una “ceremonia de despedida”
EL DUELO ANTICIPADO
Implica un reconocimiento intelectual y emocional de la realidad
La transición del cuidado curativo al paliativo les llena de culpa y pena
La intervención con el enfermo y la familia previa a la muerte puede planificarse en tres niveles:
. Con los familiares se trabaja la pérdida.
. Con el paciente la pérdida de sus familiares.
. Con el paciente el afrontar la muerte.
El trabajo en el duelo anticipado supone una reorganización en el sistema anterior
El duelo anticipado no elimina ni disminuye la dimensión del dolor, pero favorece la asimilación de la muerte cuando ésta llega
El duelo es una posibilidad de crecimiento individual y familiar.
El duelo
¿Cuánto tiempo dura?
su duración es muy variable.
De todos modos, cada persona tiene su propio ritmo y necesita un tiempo distinto para la adaptación a su nueva situación.
Algunas de estas manifestaciones son:
El duelo a lo largo del tiempo
Al principio, la imagen del desaparecido ocupa por completo la mente del doliente. Se le recuerda constantemente y se echan de menos pequeños detalles de la vida cotidiana que se compartían con él o con ella. Con el paso del tiempo, se alternan estos momentos externa e interna. Progresivamente, van espaciándose los recuerdos más amargos para dar paso a los que resultan más apreciados.
Llega, por fin, un momento en el que la persona en duelo retoma las ganas de vivir, mira hacia el futuro
¿cómo lo viven los niños, los adolescentes, los ancianos y las personas con dificultades?
El concepto de muerte es abstracto y complejo, de ahí que la forma de abordarlo y comprenderlo dependa de aspectos tales como la edad, el nivel de desarrollo, la educación, la religión, etc.
Las más frecuentes son las siguientes:
– Conmoción y confusión ante la pérdida de un ser querido.
– Ira, manifestada en juegos violentos, pesadillas e irritabilidad.
– Enojo hacia los otros miembros de la familia.
– Gran temor o miedo a perder al padre o madre que aún sigue vivo.
– Vuelta a etapas anteriores del desarrollo.
– En algunas ocasiones pueden creer que son los culpables
– Tristeza que puede manifestarse con insomnio, pérdida de apetito, miedo prolongado a estar solo
ALGUNAS SUGERENCIAS PARA AYUDAR AL NIÑO:
■ Ser completamente honesto.
■ Permitir que participe en los ritos funerarios.
■ Animarle a expresar lo que siente.
■ Mantenerse física y emocionalmente cerca del niño
■ Estar atentos a la aparición de algunos signos de alerta como:
– Exceso de llanto durante periodos prolongados.
– Rabietas frecuentes y prolongadas.
– Apatía e insensibilidad.
– Un periodo prolongado en el que el niño pierde interés por los amigos y actividades que solían gustarle.
– Frecuentes pesadillas y problemas de sueño.
Los adolescentes
Las manifestaciones del duelo en los adolescentes son similares a las de los adultos. En los más jóvenes predomina el malestar fisiológico (por ejemplo, los dolores de cabeza o estómago) y en los mayores el psicológico (por ejemplo, la baja autoestima).
ALGUNAS SUGERENCIAS PARA AYUDAR AL ADOLESCENTE EN DUELO:
■ Proporcionar información clara y adecuada sobre lo sucedido.
■ Permitir y respetar la expresión o no de sentimientos y emociones.
■ Potenciar su participación
■ Evitar la sobreprotección
■ Mostrarse cercanos
■ Garantizar la atención y el afecto.
■ Recordar que es adolescente. No es recomendable asignarle un papel que no es el suyo
■ Reafirmar su personalidad.
Otros miembros como LOS ANCIANOS
ALGUNOS ASPECTOS A TENER EN CUENTA Y ALGUNAS SUGERENCIAS:
■ Acompañarles.
■ No quitarle importancia al duelo del anciano.
■ Ser comprensivos.
LAS PERSONAS CON DIFICULTADES
■ Las personas con disminución o trastorno mental generalmente suelen tener un papel secundario.
■ Estas personas a veces pueden sentirse responsables de algunas crisis familiares.
ALGUNAS RECOMENDACIONES
■ Buscar el apoyo de familiares y amigos.
■ Es necesario darse permiso para vivir y disfrutar
■ Evitar tomar decisiones importantes de forma precipitada.
■ Leer libros, poemas o frases relacionadas con el duelo
■
expresar pensamientos y emociones
■
crear un “espacio de recuerdos”
■
cuidarse a uno mismo
■ Es aconsejable permitir que los recuerdos surjan
■
pensar anticipadamente cómo quiere afrontar las fechas señaladas (navidades, aniversarios…) y con quién quiere compartirlas.
■ Frecuentar espacios al aire libre
■ No conviene deshacerse de objetos o recuerdos precipitadamente.
■ Le sugerimos ver de manera gradual aquellos recuerdos
que le resultan extremadamente dolorosos.
¿CON QUIÉN COMPARTIRLO?
■ Con la familia:
■ Con los amigos:
■ Con los grupos de duelo: