Marco Conceptual
Definición de Adolescencia y Juventud
La adolescencia es la etapa de la vida en que se producen los procesos de maduración biológica, psíquica y social de un individuo, permitiéndole a las personas alcanzar la madurez o la etapa adulta, incorporándose en forma plena a la sociedad. En esta etapa, se producen importantes cambios, que pueden determinar un conjunto de fortalezas para la vida y el desarrollo o de lo contrario, pueden aumentar las condiciones de vulnerabilidad social y riesgos para la salud. La edad de la adolescencia se ha ido extendiendo progresivamente, en la medida que la madurez biológica se alcanza más precozmente y la madurez social más tardíamente (1). La adolescencia y juventud tienen diferentes representaciones sociales en las diversas culturas, por lo que no es posible definirlas exclusivamente como un grupo de edad específico. A fin de contar con criterios operativos que faciliten la investigación, las agencias internacionales han consensuado las siguientes definiciones basadas en grupos de edades:
*Adolescentes: personas entre 10 y 19 años
*Jóvenes: personas de 15 a 24 años
*Gente Joven o Personas Jóvenes: personas de 10 a 24 años
Etapas de la Adolescencia
Es posible clasificar la adolescencia en tres fases o sub-etapas de desarrollo psico-social, que modulan la forma de aproximación, de acogida y en general la relación profesional de salud – adolescente.
Estas etapas son 3:
- Adolescencia temprana o inicial: entre los 10 y 13 años
- Adolescencia media: entre los 14 y 16 años
- Adolescencia tardía: entre los 17 y 19 años
Es importante considerar, que existen grandes variaciones individuales y culturales, por tanto, la adolescencia no es un proceso uniformemente progresivo. Si bien, la adolescencia se divide en fases o subetapas, las edades que delimitan a cada una de estas fases, deben usarse a modo referencial, debido a que no son un grupo homogéneo y existe una amplia variabilidad biológica, emocional y cultural. A continuación, se presenta un esquema con las etapas de desarrollo de la adolescencia, que resume las características del desarrollo biológico, intelectual, psico-social y sexual durante la adolescencia, dividida en las tres sub-etapas antes descritas.

Principales consideraciones bioéticas en la atención de Salud
La atención en salud de adolescentes y jóvenes, mujeres y hombres, especialmente relacionada con temáticas sensibles, representa un especial desafío para las instituciones y equipos de salud, principalmente en el campo de la bioética. El deber de las instituciones y de los equipos de profesionales responsables del cuidado en la salud, es mantener un adecuado equilibrio entre los principios bioéticos, resultando indispensable conocer y analizar estos principios y su rol en la atención clínica. También, es importante considerar otros aspectos éticos, como la relación profesional usuario, la evaluación de la capacidad/competencia en la toma de decisiones, la confidencialidad en la atención, así como temas vinculados con la objeción de conciencia. En esta guía, se analizan los principios bioéticos y la evaluación de la capacidad/competencia en adolescentes, dejando para otra oportunidad el análisis de las otras temáticas. La población de adolescentes, presenta características bioposicosociales propias, muy diferentes a la población infantil o adulta, lo que es de vital importancia cuando se considera, cómo debiera ser una adecuada atención en salud en este grupo de personas.
Clásicamente se describen 4 principios bioéticos básicos:
- beneficencia,
- no maleficencia,
- autonomía y
- justicia.
En la atención en salud de adolescentes estos principios pueden entrar en conflicto, alcanzando una gran relevancia el derecho a la confidencialidad en la atención, así como la noción de capacidad/competencia en la toma de decisiones en este grupo etario.
En términos generales, el principio de beneficencia, se refiere a la obligación moral de actuar en beneficio de otras personas, previniendo y suprimiendo posibles daños. La no maleficencia, se refiere a evitar producir daño en forma intencionada, considerando además el respeto por la integralidad del individuo tanto en lo biológico como en lo psicosocial. El principio de justicia, se relaciona con el reparto o distribución equitativa de las cargas y/o beneficios, que tienen que ver principalmente con la distribución de los recursos sanitarios. La autonomía, consiste en la obligación de respetar los valores y opciones personales de cada individuo en la toma de decisiones, sobretodo de aquellas que le atañen vitalmente. Este principio involucra dos condiciones esenciales: poseer la libertad necesaria para actuar independiente de influencias externas y tener la capacidad/competencia para actuar racional e intencionadamente.
La autonomía y beneficencia constituirían el nivel 2, representando la ética de máximos, que considera la búsqueda individual de la felicidad con proyección de valores de vida subjetivos. La utilidad de esta diferenciación en niveles, radica en la solución de problemas cuando se presentan conflictos entre los diferentes principios, debiendo procurar respetar los principios del nivel 1 por sobre los del nivel 2.
Otro aspecto a considerar, es que tradicionalmente las personas adultas tienden a no reconocer en la población adolescente su emergente sexualidad, así como el desarrollo de las capacidades para tomar sus propias decisiones. Esto se traduce en la mantención de sociedades paternalistas, que contribuyen a reflejar y perpetuar la renuencia en el reconocimiento de que adolescentes, mujeres y hombres son personas con derechos que pueden ejercer elecciones y tomar decisiones responsables en relación a su vida.
En contraposición a este modelo, surge el modelo “autonomista” o moderno, donde se reconoce al principio de autonomía como fundamental en la relación profesional usuario. En el manejo clínico con adolescentes, la corriente paternalista, en la que se pretende transmitir los propios valores y emitir consejos, no constituye una buena práctica, al contrario, tiende a tensionar y distanciar la relación clínica, con riesgo de que no vuelvan a consultar. En este punto, la beneficencia se encontraría limitada por el respeto a la autonomía de la persona, donde radica uno de los problemas en la atención de menores de edad, debiéndose preguntar si se le debe considerar como un individuo completamente autónomo o con ciertos límites. Existe consenso, en que el respeto a la autonomía, implica la necesaria consideración de la capacidad, la voluntariedad y la calidad de la información que posee la persona que decide.
Respecto a la toma de decisiones, para que una decisión sea realmente autónoma, debe ser realizada en forma voluntaria y libre, sin coacción de ningún tipo, con una adecuada comprensión de la información, relacionada con la situación y con la existencia de la capacidad y/o competencia adecuada para decidir, siendo en la práctica uno de los puntos más difíciles de evaluar. La respuesta en relación a qué se entiende por capacidad/competencia, es compleja, debido a que este concepto es posible entenderlo de varias maneras. Algunos las consideran como sinónimos y las definen como la aptitud que posee un individuo, de entender lo suficiente una situación determinada para tomar una decisión autónoma. Otros confunden capacidad con competencia, definiendo esta última como la facultad de poseer las habilidades técnicas necesarias para ejercer una disciplina determinada. Otros la consideran como la aptitud necesaria para comprender la situación a la que se enfrentan, los valores que están en juego y los cursos de acción posibles con las consecuencias previsibles para cada una de estas acciones, para poder tomar, expresar y defender una decisión que sea coherente con la propia escala de valores de un individuo. Ser considerado “capaz” implicaría la capacidad de realizar una elección entre varias opciones, entendiendo los riesgos, beneficios y alternativas cuando se consideran diversas posibilidades, razonando racional y lógicamente para poder decidir libremente, sin presiones ni coacción.
Para otros, la capacidad es un requisito fundamental para ejercer la autonomía, con grados de exigencia que variarán según la importancia de la decisión a tomar. La noción de capacidad en salud tiene algunas consideraciones interesantes. Bajo este contexto, se la entendería como la aptitud para desempeñar una tarea específica, que, en el caso de usuarios de salud, se refiere a tomar decisiones respecto al diagnóstico, tratamiento, pronóstico y cuidado de su enfermedad. Los estándares a exigir deben considerar la gravedad o trascendencia de la decisión a tomar, lo que adquiere gran relevancia en la atención a menores de edad, adolescentes, ancianos y personas que tengan algún problema en su salud mental.
Sin embargo, en la práctica se confunde la capacidad en la toma de decisiones en el ámbito legal y en salud. Desde un punto de vista legal, uno de los parámetros para otorgar capacidad es la edad, siendo un ejemplo la nueva ley de imputabilidad en adolescentes. Por otra parte, el nivel de capacidad requerido para otorgar el consentimiento acerca de una acción particular, va a depender de la naturaleza y complejidad de ésta. En el clásico “Juicio de Gillick” (Londres, 1985), se logró establecer judicialmente, que un profesional podía proveer de anticoncepción a todo menor de 16 años que lo solicitara, sin el conocimiento o previo consentimiento de los padres o madres. En este caso, la Corte estableció las bases en las que había circunstancias donde un menor de edad podía consentir para su propio tratamiento médico, debiendo poseer la suficiente inteligencia y conocimiento para entender completamente un problema determinado, incluyendo la comprensión de la naturaleza y efectos de los procedimientos o cursos de acción a seguir. No se puede dejar de mencionar, que, en el desarrollo de la autonomía y capacidad en los menores de edad, influirían además de la edad o etapa del desarrollo en que se encuentran, aspectos tales como las propias experiencias biográficas.
Adolescentes, que han sido víctimas de deterioro social, familiar, enfermedades crónicas, etc., puedan ser más maduros frente a una determinada situación que implique la toma de decisiones, comparados con sus pares de una misma edad cronológica.
En relación a la evaluación de la capacidad considerando el aspecto mental, se describen cuatro pilares básicos: que la persona conozca y entienda adecuadamente la información pertinente, que pueda retener o almacenar apropiadamente esta información, que la elección sea efectuada basada en el razonamiento y procesamiento de la información y que esta decisión haya sido tomada en forma voluntaria y autónoma . Se plantea otro aspecto a considerar, que se refiere a la evaluación de las competencias del profesional que evalúa la capacidad de la persona en relación a obtener un consentimiento. En esta materia, debe estar lo suficientemente entrenado para conocer y entregar de manera adecuada toda la información relevante, resolver adecuadamente las dudas, asesorar sin presionar ni coaccionar la toma de decisiones, respetando esta decisión aun cuando se contraponga sus propios valores y/o creencias.
Uno de los principales desafíos, es el respeto por el derecho a la autonomía de cada adolescente y joven, y cómo en la práctica se evalúa su capacidad/competencia; objetivando que las decisiones y acciones que se tomen sean realizadas libremente; respetando el derecho de cada adolescente, a una atención digna. De aquí surge la importancia de la bioética, contribuyendo con nuevas perspectivas o soluciones frente a situaciones que necesitan ser resueltos, manteniendo el principio fundamental de no maleficencia. Cuando aparece el conflicto, se ven involucrados usuarios, profesionales y los aspectos familiares, sociales, judiciales así como las propias emociones y juicios de valor de las partes involucradas.
Es por esto, que surge la necesidad imperiosa del trabajo en equipos interdisciplinarios, y una adecuada capacitación y actualización en esta disciplina, para poder contribuir a un mejor análisis y solución de aquellos conflictos bioéticos que se presentan en la atención de salud.
Teorías y modelos del comportamiento
Hoy en día, se reconoce que no es suficiente informar a adolescentes y jóvenes respecto de temas de salud, para lograr que adopten y mantengan patrones de conducta y estilos de vida más saludables. Para ello, se requiere de una nueva forma de aproximación de las intervenciones, que responda a las necesidades e intereses de los adolescentes y jóvenes, conforme a su situación de vida, etapa de desarrollo, género y cultura, basadas en marcos teóricos que propician estos cambios de conducta, más que en la tradición, intuición o principios generales. En este contexto, es fundamental la comprensión de los comportamientos y de las teorías que explican y proponen maneras de cambiarlos. Por ello, es importante, que los equipos de salud, puedan identificar teorías que apoyen el diseño de su intervención, seleccionando aquellas que favorecen cambios conductuales, considerando los diferentes entornos ecológicos en que se desenvuelve la vida de las personas. Desde una perspectiva ecológica, se reconoce que los comportamientos son influenciables en múltiples niveles, por factores individuales, interpersonales, institucionales u organizativos, comunitarios y de políticas públicas.
A continuación se describen brevemente los diferentes niveles que influyen en la conducta:
Individuales: Son aquellas características individuales que influyen en el comportamiento, como los conocimientos, las actitudes y las creencias. Ejemplo: las adolescentes podrían no ejercer gestión de riesgo para la prevención de embarazo, por creencias falsas respecto a que “sus primeros ciclos son anovulatorios”, por tanto, al creer que no existe la posibilidad de embarazo, no usaran métodos anticonceptivos.
Interpersonales: Son los grupos primarios como la familia, el grupo de pares u otras personas significativas; que proporcionan identidad social, apoyo y contribuyen a la definición de roles. Ejemplo: adolescentes podrían no consumir drogas, por influencia de su grupo de pares que prefieren practicar deporte, valoran los estilos de vida saludables y han aprendido mecanismos para enfrentar las presiones diarias.
Institucionales: Son las normas, reglamentos, políticas en estructuras formales, que pueden limitar o fomentar los comportamientos recomendados. Ejemplo: la prohibición de fumar en los establecimientos educacionales, universidades puede influenciar a adolescentes y jóvenes a abstenerse, posponer o cesar el consumo de tabaco.
Comunitarios: Son las redes y normas sociales que existen como algo formal o informal entre individuos, grupos y organizaciones. Ejemplo: los medios de comunicación podrían influir en aumentar la presión de los padres o madres de adolescentes y jóvenes, a exigir el uso de un conductor designado durante las fiestas, lo que reduciría los accidentes de tránsito relacionado con el alcohol.
Políticas Públicas: Son políticas locales, estatales y leyes que reglamentan o respaldan acciones saludables y prácticas para la prevención, detección temprana, control y tratamiento de enfermedades. Ejemplo: la ley de no permitir publicidad de tabaco en la televisión y radio o los impuestos a los cigarrillos, influyen en el inicio y mantención del hábito de fumar en las personas adolescentes y jóvenes.
Desde esta perspectiva, son claras las ventajas de realizar intervenciones de promoción y prevención en los múltiples niveles, combinando componentes del ambiente y de la conducta y también, conocer las teorías que explican las conductas o patrones de conducta y proponen formas de lograr el cambio conductual.
Utilidad de las teorías, en la implementación y desarrollo de la consejería para adolescentes y jóvenes
- Ayudan a comprender los comportamientos de salud que se quieren lograr. Explican la dinámica del comportamiento, los procesos para cambiarlo y los efectos de las influencias externas en él.
- Ayudan a identificar las metas más adecuadas para los programas, las estrategias para lograr el cambio y para la evaluación de la efectividad de los programas. Es importante explicitar, que la utilización de teorías no necesariamente garantiza el éxito de una intervención, debido a lo dinámico de este proceso. Sin embargo, son una herramienta valiosa para la identificación y entendimiento, de los elementos que afectan las conductas relacionadas con la salud de las personas adolescentes y jóvenes, y proporcionan toda una estructura o base sobre la cual apoyar la planificación, ejecución y evaluación de una intervención.
Las personas son las unidades básicas de los grupos, familias, escuelas, comunidades, etc. En este sentido, la conducta individual moldea las dimensiones de la conducta colectiva con respecto a la salud y viceversa. A continuación, se presentan algunas de las teorías, más utilizadas en la consejería con adolescentes y jóvenes de ambos sexos, que explican el comportamiento y señalan maneras de lograr el cambio del mismo, a nivel individual.
Modelo de creencias de Salud
De acuerdo con el Modelo de Creencias en Salud, las personas podrían tomar medidas para prevenir, detectar o controlar enfermedades si:
- Se consideran susceptibles a una enfermedad (susceptibilidad percibida).
- Creen que la enfermedad puede tener consecuencias potencialmente graves (gravedad percibida).
- Creen que el cambio de conducta podría ser beneficiosa para reducir la susceptibilidad o la gravedad de la enfermedad (beneficios percibidos).
- Creen que la acción a tomar producirá un beneficio que tendrá un costo personal aceptable (obstáculos percibidos).
Este modelo sugiere que para que el cambio conductual tenga éxito, las personas deben sentirse amenazadas por sus conductas y creer que el cambio será beneficioso, porque tendrá un resultado importante a un costo aceptable. También, deben creer que tienen la capacidad de superar los obstáculos cuando implementen planes o medidas de cambio (autoeficacia).

Este modelo, es muy útil en jóvenes y adultos, pero debe usarse con precaución en adolescentes, debido a que asume que la persona debe sentirse amenazada por la conducta que presenta. Por tanto, esta teoría puede ser útil en ciertos patrones de conducta que implique una preocupación importante para adolescentes, como es el caso de la imagen corporal y el consumo de grasas, o cuando la persona se sienta amenazada por cierta conducta de riesgo.
Las limitaciones de este modelo en las personas adolescentes, se deben a la percepción de invulnerabilidad, la búsqueda de sensaciones y baja percepción de riesgo. Por ello, algunas investigaciones, recomiendan para la aplicación práctica de este modelo, comprender el desarrollo de la adolescencia, por ejemplo, la prevención del tabaquismo, debiera centrarse más en la preocupación o responsabilidad de causar daño a otros, más que, en que se sientan amenazados con el comportamiento fumador, ya que durante la adolescencia, la lucha contra las injusticias y la posibilidad de contribuir a ellas, podrían ser motivaciones eficaces para el cambio.
Etapas del Cambio (ECC) o Modelo Transteórico de Cambio (MTTC)
En 1982 dos autores, Prochaska y DiClemente describieron una serie de etapas por las que cruza una persona en el proceso de cambio de conducta. Las personas que consiguen una mejora en sus estilos de vida pasan a través de una serie de estadios en la rueda del cambio.
Cada estadio registra una actitud mental diferente y necesita una actuación profesional diferente. Según este modelo, el cambio conductual es un proceso y no un suceso, que abarca cinco etapas diferentes:
Precontemplación, Contemplación, Preparación, Acción y Mantención, las que se presentan en la tabla N° III y figura N°1
El Modelo de Etapas del Cambio, propone que la adopción de conductas saludables es un proceso, en el que el individuo progresa a través de varias etapas hasta que la nueva conducta forma parte de la rutina diaria. Cada etapa, involucra movimientos crecientes hacia la próxima etapa, a diferente velocidad y a menudo las personas pueden retroceder y avanzar de nuevo, varias veces antes de lograr el objetivo, que es la etapa de mantención. Por tanto, las recaídas son parte normal del proceso de cambio.



Las intervenciones se deben realizar de acuerdo a la etapa en que se encuentra el individuo, de esta manera se podrá mejorar la efectividad de los esfuerzos, en la reducción de las conductas de riesgo que se quiere modificar.
Teoría de fijación de metas
Albert Bandura en los años 1977 y 1997, planteó que los cambios del comportamiento humano, dependen del aprendizaje de nuevos comportamientos y esto es posible mediante la fijación de metas. Las metas establecen lo que la persona, adolescente o joven quiere cambiar y en lo que espera que suceda. Se centra en la capacidad de “autoeficacia”.
Teoría del empoderamiento, perspectiva basada en las fortalezas
Fue propuesta por Dennis Saleebey en los años 1996 y 1997. Se fundamenta en que adolescentes y jóvenes se definen como únicos, con rasgos, talentos, recursos, estrategias personales y resistencias para hacer frente a las dificultades. Se centra en las capacidades o “puntos fuertes”, que pueden usarse o fortalecerse para generar el cambio hacia conductas más saludables. Enfatiza la elección, control, compromiso y desarrollo personal.
Entrevista Motivacional (EM)
La entrevista motivacional (EM) fue propuesta por Miller y colaboradores, en los años 1999 y 2002. Es una intervención útil para motivar a adolescentes y jóvenes. Es un tipo de entrevista clínica centrada en la persona que, principalmente, le ayuda a explorar y resolver ambivalencias acerca de una conducta o hábito para promover cambios hacia estilos de vida más saludables. Facilita que adolescentes y jóvenes, hombres y mujeres se posicionen hacia el deseo de cambio, tratando de ayudarle a reconocer y ocuparse de sus problemas presentes y futuros y potenciando su percepción de eficacia.
Modelo centrado en el cliente o consejería orientada al cliente
Este modelo fue desarrollado por Carl Rogers, en el año 1961, enfatiza que las personas son básicamente buenas, positivas, que quieren progresar y son dignas de confianza. Se auto dirigen y se orientan al crecimiento, si se les dan las condiciones adecuadas.
Definición, Principios básicos y Elementos de Consejería en Adolescentes y Jóvenes
Definición de Consejería: La consejería se define como el proceso en el que un profesional capacitado, escucha, informa y orienta a adolescentes o jóvenes, mujeres y hombres, a tomar decisiones personales relacionadas con la temática consultada, brindando información amplia y veraz, considerando sus necesidades y problemática particular. También, puede ser un espacio, para orientar a la madre, padre o adulto responsable que los acompaña, para ayudarlos en su rol de modelar y apoyar la implementación y mantención de conductas saludables en sus hijos o hijas.
Ayuda bastante a clarificar el concepto de consejería el destacar lo que ésta no es:
No es el suministro de información, aunque durante el proceso de ayuda ésta pueda proporcionarse.
No es dar consejos, sugerencias o recomendaciones.
No es influir, abierta o sutilmente, sobre las creencias o conductas por medio de la persuasión, creencias o convicción, por más indirectas o inocuas que puedan ser.
No es influir sobre la conducta mediante advertencias, amenazas, disciplina u otros modos de obligar.
No consiste solamente en realizar entrevistas, sino en la actitud con la que éstas se llevan a cabo.
Resulta necesario, diferenciarla claramente de la psicoterapia ya que no está dirigida a la resolución de problemas en la esfera de la salud mental. Puede ser realizada por profesionales de la salud que posean el entrenamiento adecuado en conocimientos y habilidades de consejería y en la atención de adolescentes y jóvenes, de ambos sexos.
Principios básicos de la consejería para adolescentes y jóvenes
La consejería debe estar centrada en las necesidades y requerimientos de adolescentes y jóvenes, de acuerdo a la identidad sexual, etapa de desarrollo, conocimientos, intereses, cultura, etnia, valores, etc. El consejero o consejera debe conocer al adolescente o joven, en forma personal e individualizada para desarrollar confianza, afinidad y vínculo
Consecuente con el principio de no discriminación, en la consejería se entrega asesoría, respetando y aceptando lo que cada persona es, no lo que hace. A través del lenguaje y la comunicación no verbal, se expresa consideración positiva hacia la persona. No se juzga la conducta, aun cuando no esté de acuerdo con lo que dicen o hacen.
La consejería orienta y no da direcciones, es decir el rol del consejero o consejera no es directivo, debe comprender y apreciar que el cambio de conducta se facilita cuando la persona participa en la solución de sus problemas, toma sus propias decisiones y define sus opciones.
Las personas, avanzan hacia la madurez resolviendo dificultades mediante la exploración y comprensión de sí mismos y actuando en base a sus propias decisiones.
La escucha activa es la base de la consejería. Escuchar activamente no es un proceso fácil, más que una facultad, física o intelectual, es un proceso psicológico que involucra a toda la persona: interés, atención, motivación etc. Escuchar es una destreza que debe ser aprendida y enseñada, repetida y evaluada.
El consejero o la consejera, debe:
Identificar y utilizar las fortalezas, recursos, habilidades y estrategias de manejo que posee la persona, para enfrentar desafíos y resolver situaciones problemáticas. Asimismo, debe explorar y reconocer las fortalezas internas, externas y la resiliencia.
Explorar las metas, necesidades, barreras para el cambio, entre otros y analizar cómo ha resuelto sus problemas en el pasado. Esta información la utiliza para construir un plan de acción en conjunto.
Identificar y centrarse en las razones subjetivas de la persona, para hacer lo que hace. Descubrir el significado que le asigna a cada situación.
Explorar el significado que hay detrás de una conducta determinada, formulando preguntas abiertas que permitan identificar y comprender los hechos, situaciones y sentimientos.
Prestar atención a la historia particular de cada persona. Si bien los problemas y las oportunidades de cambio pueden ser similares de un adolescente a otro, debe considerar las características, género y los valores individuales de quien ha solicitado la consejería.
Apoyar para que se fijen metas específicas y realistas, para el género y la edad. Trabajar metas alcanzables, que tengan una duración limitada y utilizar intervenciones breves que motiven al cambio.
Valorar a cada adolescente y joven desde la perspectiva del desarrollo, considerando la adolescencia y juventud como etapas normales del desarrollo, con sus problemas, oportunidades y posibilidades específicas.
Quienes hacen consejería deben apoyar a adolescentes y jóvenes para que se fijen metas específicas y realistas, orientar hacia metas alcanzables, a corto, mediano y largo plazo y utilizar intervenciones breves que motiven el cambio.
Elementos importantes de recordar
La etapa de adolescencia y juventud, es un período de transición de la niñez a la adultez; del control externo al control interno (maduración y desarrollo). La tarea de la consejería es facilitar ese proceso.
La relación profesional y usuario, es muy importante y la actuación del profesional se debe basar en el respeto al otro como persona: respeta al individuo y su integridad.
Quien realiza la consejería, debe orientar a la persona a encontrar soluciones desde sí misma. Del mismo modo, debe ayudarle a comprender que puede ejercer suficiente control sobre su destino, tomar sus propias decisiones, actuar en base a ellas, así como evaluar las consecuencias de sus acciones o conductas.
Ayudar a explorar los sentimientos que hay tras la conducta, aclarándole que los sentimientos son involuntarios, no se eligen, no se es responsable de ellos, no se debe sentir culpa por ellos, debe permitirse sentir lo que siente.
Ayudar a diferenciar los sentimientos de la conducta. La conducta sí es voluntaria, se elige, se es responsable de ella, otros y la misma persona pueden juzgarla.
Apoyar a la persona, a que decida realizar pequeños cambios en su conducta, ya que por ser esta voluntaria está bajo su control. Los cambios de conducta producto de sus propias decisiones lo gratificarán y deben ser reforzados.
Aceptar a la persona, aunque su conducta se considere inapropiada. Si hace algo que se considera incorrecto, explicitarle que eso no lo convierte en una mala persona.
Lograr que la persona, se sienta en libertad de hablar sin inhibiciones acerca de sí mismo, facilitando un ambiente acogedor, sin interrupciones y en donde el vínculo resulta.
Reforzar los cambios de conducta, de manera que el adolescente o joven aprenda a reconocerlos, potenciando de esta manera el refuerzo interno, que es más duradero que el externo. Estos refuerzos internos lo motivarán a ayudarse a sí mismo y lo alentarán a intentar mayores cambios.
El control de la propia conducta, la comprensión de sí mismo y la capacidad para planificar a largo plazo son característicos de la madurez, cuya búsqueda es el principal objetivo de la consejería con adolescentes y jóvenes.
Se le debe ayudar a explorar los sentimientos que hay tras su conducta, aclarándole que los sentimientos son involuntarios, no se eligen, no se es responsable de ellos, no se debe sentir culpa por ellos, debe permitirse sentir lo que se siente.
Habilidades de Comunicación Interpersonal
Habilidades de Comunicación, expresión y escucha eficaz.
Las habilidades de expresión, son las que permiten entregar con claridad y sencillez la información y las directrices a seguir. Los profesionales de la salud, poseen ya estas habilidades básicas y sólo se hace énfasis en la importancia de utilizar un lenguaje simple y comprensible. Las habilidades de escucha eficaz, son necesarias para la consejería y por lo general requieren de entrenamiento y práctica. La escucha eficaz no es pasiva, existen diversas formas de ayudar a las personas a que hablen, con el fin de explorar no sólo los hechos, sino también, los sentimientos y las circunstancias relacionadas con ellos. Escuchar en forma activa, muestra al consultante que se está interesado en lo que este dice, que se lo respeta, se le presta atención y se es capaz de comprenderle. La escucha activa no es intrusiva, no le quita a la persona que consulta, el control de los problemas y no le cambia el tema que está planteando.
Para escuchar en forma activa resulta necesario:
1. Mentalizarse psicológicamente.
2. No apelar al tiempo cuando no se tiene tiempo para escuchar.
3. Expresar nuestra disposición a escuchar.
4. Preparar las condiciones para garantizar que se pueda escuchar.
5. No enjuiciar.
6. Respetar el modo particular con que se comunica la persona.
7. Estimular a la persona a que hable y prestar atención a lo que dice. Las habilidades que emplean abarcan desde las menos intrusivas como son el lenguaje no verbal, hasta las más intrusivas como la formulación de preguntas.
Todas ellas, están en toda conversación y generalmente no se perciben en forma consciente.
A continuación, se describen brevemente:
Contacto visual: Es fundamental para una adecuada comunicación. Se deben evitar los registros clínicos durante las sesiones o reducirlos al mínimo; el hacerlo obstaculiza una adecuada comunicación.
Lenguaje no verbal o lenguaje corporal: A través del cuerpo se ejercen importantes formas de comunicación y el lenguaje no verbal, da señales de cómo se siente ambos, consultante y profesional, e incluye la mirada, los gestos y expresiones de la cara, los movimientos de la cabeza, los movimientos y postura del cuerpo, el tono, volumen y las oscilaciones de la voz y la velocidad y fluidez de la conversación, los silencios y las pausas.
Otros aspectos a considerar en el lenguaje no verbal y lenguaje corporal son:
Expresión facial de atención.
La distancia entre las personas, la que debe ser cómoda para no invadir al otro.
La sincronía en los movimientos, cuando la relación entre las personas es buena, si una de ellas se inclina, la otra también se inclinará en la misma dirección, hacerlo hacia el lado opuesto indica rechazo. Las variaciones en el tono de la voz, la elevación del volumen o del tono se asocia con enojo, hablar más rápido con ansiedad, hablar en voz más baja y a menor velocidad con tristeza. Es importante también, evitar la monotonía utilizando variaciones en el tono de la voz.
Señales de aliento: Son señales, casi no verbales para alentar a la persona que hable o continúe haciéndolo. Incluyen inclinaciones de la cabeza y sonidos como “mmm” o palabras como “si”, “ah”, “así veo”, “sigue”, etc. Estas pequeñas señales, le muestran que se está escuchando con interés.
Incentivos verbales: Son expresiones que estimulan para hablar como: “Sigue, te estoy escuchando”. “Por favor no te detengas, te estoy escuchando con mucha atención.” “Esto que me dices, creo que es importante.” “No me digas”, ¿cómo es eso?, “es interesante”.
Escucha Reflexiva: La escucha reflexiva, tiene como propósito comprender y deducir lo que la persona quiere decir con exactitud y devolvérselo por medio de afirmaciones, que son frases sin interrogación final.
Estas afirmaciones pueden ser la repetición de alguna palabra dicha y que nos parece importante o también:
Refraseo: repetición cambiando alguna palabra por sinónimos o alterando ligeramente lo dicho para clarificarlo.
Hacer Eco: repetir en forma de pregunta algunas frases que la persona diga durante la sesión; esto sirve para que la persona se escuche y se dé cuenta de lo que le sucede.
– Ej. Adolescente: “Soy muy responsable, pero esta vez no usé condón”
– Consejero o consejera: ¿Eres muy responsable? l Parafraseo o reflejos: se refleja lo dicho con nuevas palabras, porque se intuye el significado de lo hablado por la persona.
Reflejos de sentimientos o señalamiento emocional: es la forma más profunda de reflexión y consiste en decir frases que muestran sentimientos o emociones. Ej. “Te veo un poco triste”, “parece que esto que hablamos te emociona”.
Silencios: utilizados de forma adecuada tienen un potente efecto reflexivo en la persona, porque de forma no verbal se le indica entendimiento y aceptación. Permiten también, un tiempo imprescindible de autoobservación acerca de lo que acaba de decir y sentir.
Evitar hacer algunas cosas mientras se escucha: – No interrumpir. – No juzgar. – No ofrecer ayuda o soluciones prematuras. – No rechazar lo que la otra persona está sintiendo.
Ej.“no te preocupes”, “calma”, “esto no es nada”. – No contra argumentar. Ej. “me siento mal… pues yo también”.
Evitar el síndrome del experto: alguien plantea un problema y ya se tiene las respuestas, incluso antes que termine de hablar. Es muy importante no interpretar lo que la persona refiere, para lograrlo resulta necesario escuchar con mucha atención y si en algún momento no se comprende algún término del lenguaje juvenil, puede preguntar abiertamente. Ej. ¿Qué quieres decir con……?, o ¿A qué te refieres con…..?.
Resumen:
El resumen, abarca reflejos de hechos y sentimientos y los puntos importantes, especialmente en los que la persona hizo énfasis. Se evita en él la repetición y es de utilidad porque: reorganiza y enfoca la información relevante; estimula la autoexploración porque confirma que se ha escuchado; relaciona pensamientos-sentimientos y conducta; muestra resistencias, ambivalencias y contradicciones; refuerza los mensajes de cambio y permite también que corrija al consejero o consejera si esta se equivoca.
Ej. “Si te he escuchado correctamente, me estabas diciendo que … (resumen)… ¿estoy en lo correcto?” “si no he entendido mal……resumen” “o sea, que lo que me estás diciendo….resumen” “a ver si he entendido bien… ¿me estás diciendo…resumen?
El resumen es de mucha utilidad cuando:
Se quiere revisar la discusión de un tema específico.
Se desea terminar una conversación o entrevista.
El interlocutor se va de un tema a otro con gran facilidad y se desea orientar el tema de discusión.
Hay algo del mensaje del interlocutor que no se ha entendido con claridad y se desea que lo repita
ORIENTACIONES GENERALES DIRIGIDA A LOS EQUIPOS DE ATENCIÓN PRIMARIA
Seguimiento verbal: Consiste en realizar preguntas en relación al tema planteado. Es una habilidad útil, porque permite que la persona, proponga los temas, lo que ayuda a la autoexploración y a la comprensión de sí misma. En la práctica, es una habilidad que requiere de entrenamiento y ejercitación.
Formulación de Preguntas: Las preguntas son la forma más común de escucha activa, son más directas que las otras habilidades de escucha y se utilizan no solo con el objetivo de obtener información, sino también, cuando se quiere apoyar la reflexión sobre un problema; orientar el proceso de resolución de problemas; enseñar una habilidad interpersonal; identificar las consecuencias de la conducta y cuando se pretende, que la persona fije objetivos e identifique contradicciones entre objetivos. En consejería, es frecuente encontrar el término “el arte de hacer preguntas”, lo que refleja la importancia que las preguntas tienen en el proceso del cambio. Una pregunta adecuada puede facilitar la reflexión y el cambio, una pregunta inadecuada puede generar resistencias y obstaculizar el proceso de cambio. Resulta entonces también muy necesario entrenarse en ellas. Existen preguntas abiertas y preguntas cerradas y la diferencia entre ellas, es el grado de libertad que la persona que responde tiene para elegir la respuesta. Las preguntas abiertas, permiten una amplia variedad de respuestas; abren la puerta para la expresión y análisis del problema, ayudan al relato de la historia, facilitan la focalización del problema, ayudan a recoger y analizar la información y permiten que la persona ejerza algún control sobre el rumbo de la conversación. Son una señal para que se sienta libre de elegir el tema del cual se conversará y deben ajustarse al seguimiento verbal.
Ej. me gustaría comprender cómo ves las cosas. ¿Qué es lo que te preocupa?, ¿Por qué no me explicas desde el principio cuando empezaste a …?
Las preguntas cerradas, generalmente exigen una respuesta que deberá elegirse entre un número reducido de posibilidades y generalmente consiste en una sola palabra, (ej. si, no, etc.) a la que sigue el silencio en espera de la próxima pregunta. Contribuyen a crear un clima autoritario, en donde la dirección de la conversación queda en manos de quien hace las preguntas y no en quien responde. Las preguntas que comienzan con un “¿Por qué?”, pertenecen a una categoría especial, aparentan ser abiertas, pero pueden convertirse en una pregunta cerrada si la persona responde “porque si”, o “porque no”. Por otra parte, resultan a menudo difíciles de responder, ya que a veces se realizan o se interpretan de manera acusatoria. Se recomienda cambiarlas por “¿qué te pasó que….?
Algunos ejemplos de preguntas:
Preguntarse por la naturaleza de la tarea o situación:
¿Qué ocurrió?
¿Qué hiciste tú?
¿Qué hizo el otro?
¿Cuál es la situación que tienes que…?
¿Quiénes estaban o estarán cuando…?
¿Cuándo? l ¿Dónde?
Preguntarse por las consecuencias de la propia conducta:
¿Qué pasó cuando tú…?
¿Qué pasaría si…?
Imagínate que haces o dices…. ¿qué pasaría?, ¿qué podría ocurrir?, ¿y si no lo haces? l ¿Y si hubieras hecho o dicho ….?
¿Cuáles son las ventajas e inconvenientes? de una alternativa elegida para solucionar un conflicto.
Preguntas para generar consciencia de consecuencias:
¿Qué es lo que más te preocupa?
¿Qué crees que te podría suceder si continuas con tu conducta?
¿Qué es lo que más te asusta si no cambias?
Preguntas orientadas a identificar discrepancias:
Bien, tú quieres……¿haciendo o diciendo ….. lo lograrás?
Tu pretendes en primer lugar… también deseas… por otro lado…si consigues lo primero piensas que es posible conseguir lo segundo?
Preguntas para provocar afirmaciones automotivadoras de reconocimiento de problema:
¿Qué dificultades has tenido con todo lo que me has estado contando?
¿Cómo se ve afectada tu vida por todo lo que estás sintiendo?
¿Lo que te sucede te afecta a ti y a alguien más?
Preguntas orientadas a que el adolescente piense y hable sobre el cambio:
El hecho de estar aquí hablando de esto conmigo ¿quiere decir que al menos una parte tuya piensa que ha llegado la hora de cambiar o hacer algo?
¿Cuáles son las razones que ves para cambiar?
¿Qué es lo que tú crees que tendrías que cambiar?
¿Qué podrías hacer, … qué opciones tienes?
Si tú sientes que las cosas no pueden seguir como hasta ahora. ¿qué es lo que piensas hacer?
¿Cómo te gustaría que fuesen las cosas a partir de ahora, de una forma ideal?
¿Qué desearías hacer?
¿Cuáles serían las ventajas si haces cosas para cambiar esta situación?
Preguntas orientadas a identificar los objetivos:
¿Qué quieres?
¿Qué te gustaría?
¿Para qué?
¿Qué te interesa? ¿Qué te interesa de modo inmediato?
¿Qué te interesa a mediano plazo?
¿Cuáles son las opciones que tienes ahora? ¿Qué es lo que te gustaría hacer?
¿Cómo te gustaría que cambiara? ¿Qué es lo que quieres cambiar?
Si tú pudieras conseguir con éxito lo que ahora quieres, ¿qué es lo que cambiarías?.
¿En qué grado podría ser tu vida diferente, si siguieras esta idea e hicieses… ?
Has comentado que te gustaría hacer… hablemos de esto unos instantes. ¿Cómo crees que te iría haciendo… ?
Entonces tu objetivo es… ¿Qué es lo que podría ir mal si sigues este plan?
Si tuvieras éxito a la hora de conseguir… ¿qué más crees que podría ocurrir? ¿qué es lo que podría ser bueno o no tan bueno a la hora de conseguir ese objetivo?
Preguntas para evaluar la autoeficacia y el control estimado sobre los resultados:
¿Hasta qué punto crees que serás capaz de…?
¿Hasta qué punto crees que el hacer tal cosa…te va a llevar a conseguir…, vas a tener los resultados de…?
¿Qué importancia tiene para ti conseguir esos resultados…?
¿Con qué dificultades crees que te vas a encontrar para hacer estos cambios?
Habilidades de Entrevista, Evaluación, Intervención
Habilidades básicas de entrevista del o la adolescente o joven:
- Siempre recordar el nombre.
- Conocer la historia.
- Establecer un ambiente cómodo, cálido y que favorezca la vinculación.
- Explicitar la confidencialidad y sus límites. l Utilizar un lenguaje claro, directo y comprensible.
- Invitación abierta para que hable, con una estimulación mínima, es decir, hablar poco.
- Escuchar activamente, demostrar empatía, mantener una disposición positiva y demostrar respeto.
- Observar atentamente el lenguaje no verbal y el estado emocional.
- No juzgar; demostrar respeto utilizando lenguaje de aceptación y no de crítica.
- Pedir aclaraciones, retroalimentar de manera significativa y específica.
- Explorar, validar y responder a los sentimientos; reconocer dificultades y conflictos, dudas y temores.
- Respetar la historia, concentrarse en sus necesidades y deseos.
- Mostrar comodidad con la variedad de sentimientos, temas y al formular preguntas.
- Proveer de información actualizada y escrita si es necesaria.
- Dar “feedback”. l Pedir “feedback”, si la sesión le resultó útil o no.
- Sincronizar comportamiento verbal y no verbal mientras se escucha.
- No incurrir en los obstáculos más frecuentes como interrumpir; no respetar las pausas o silencios; hacer juicios o evaluaciones; atribuir intenciones a lo que nos dicen; contraargumentar; discutir y/o aconsejar.
- Acordar día y hora para la siguiente sesión
Habilidades de evaluación:
- Analizar la situación; conceptualizar por qué está pasando y comprender las circunstancias.
- Formular preguntas clave para obtener información sobre riesgos; preocupaciones; problemas; fortalezas internas y externas y mecanismos para manejar los problemas.
- Mantener un criterio amplio al escuchar los problemas; evitar conclusiones apresuradas.
- Estar abierto e interesado a las conductas y pensamientos.
- Pensar en varias posibilidades para el cambio (fuera de las soluciones tradicionales).
- Ser flexible al pensar en la situación/problema y no depender de una sola orientación teórica.
- Evitar diagnosticar y tomar como patológicos temas del desarrollo juvenil normal.
- Compartir la evaluación y ver si tiene sentido para él o ella
Habilidades de intervención:
- Utilizar preguntas abiertas; hacer uso de resumen; integrar; reflejar hechos y sentimientos. Conceptualizar la situación problemática; facilitar la expresión de sentimientos; identificar las oportunidades de cambio; ayudar a tomar sus propias decisiones.
- Facilitar el desarrollo de opciones y metas realistas, apropiadas para su situación, edad, desarrollo y género.
- Reconocer la ambivalencia como una respuesta normal de la experiencia de cambio.
- Motivar y mostrar discrepancias cuando se percibe ambigüedad en los mensajes, apoyar la construcción de conductas de salud positivas.
- Ser flexible; utilizar pensamiento reflexivo; conocer el manejo de las crisis y las limitaciones del consejero o consejera.
- Establecer un tipo de relación, le permita explorar libremente lo problemático en su vida; después ayudar a ver objetivamente el problema y a comprender la necesidad de la acción y finalmente ayudar a actuar.
- Organizar la continuidad de la atención, si se requiere la participación de otros integrantes del equipo de salud.
- Conocer y comprender el rol del consejero o consejera; sus competencias y sus límites de intervención, así como, tener la capacidad de identificar los problemas que sobrepasan su línea de acción; requiriendo la participación de otros profesionales con experticias diferentes.
- La consejera o el consejero, debe ser congruente, auténtico, veraz e integro en su vínculo.
Autoevaluación, códigos de Ética.
Cualidades del consejero y consejera
Conocimiento, conciencia personal y autoevaluación:
Desarrollar un conocimiento personal profundo de las limitaciones propias, reconocer prejuicios, creencias religiosas, conflictos internos.
Capacidad para cuestionarse críticamente, mejorar sus conocimientos, habilidades, actitudes y efectividad.
- Preguntarse, por ej. “¿Cómo lo estoy haciendo?, ¿Cómo sé que lo que estoy haciendo funciona?, ¿Cómo puedo mejorarlo?, ¿Pido ayuda cuando la necesito?, ¿Pido retroalimentación de mis supervisores y colegas?, ¿Hago que fije sus propias metas?, ¿Comprendo las diferencias de género y las incorporo en la consejería?, ¿Cuáles son mis fortalezas?, ¿Cuáles son mis debilidades?, ¿En qué problemáticas requiero mayor capacitación?, ¿Utilicé un lenguaje no sexista?, ¿Verifiqué cuáles eran los sentimientos sobre su situación y sus decisiones?, ¿Observé su comunicación no verbal?”. Ver pauta auto evaluativa en anexo.
Observar los códigos de ética profesional, en la atención de adolescentes y jóvenes, mujeres y hombres:
Tener conocimiento, práctica y respeto de los todos los principios bioéticos que rigen la atención de salud de este grupo.

Respetar los derechos de ellos, ellas y la sus familias, en particular el derecho al acceso a servicios de salud, oportunidad de la atención y calidad de ella. En especial tener consideración del derecho a la confidencialidad y sus límites.
Conocer y respetar el marco regulatorio de la atención de salud para la población adolescentes y jóvenes.
Someter a reflexión del equipo profesional, los dilemas éticos que surjan en la consejería.
Otras cualidades necesarias en los consejeros y consejeras: Formación adecuada, responsabilidad, calidez, toma de conciencia, comprensión y aceptación de sí mismo, sentido del humor, equilibrio, paciencia, madurez, amabilidad, iniciativa, amplitud de criterio, trato agradable, capacidad de escuchar y tolerancia.
Fases de la Consejería
1. Iniciar una relación de confianza (vínculo):
Crear un ambiente confortable y acogedor, teniendo presente que los primeros momentos de la consejería, marcarán el ambiente que se establecerá después y que un estilo directivo, intrusivo o enjuiciador puede resultar intimidante. Para que las personas jóvenes se sientan bienvenidas y seguras, el ambiente debe reflejar esas cualidades. Resulta importante, contar con un espacio privado y sin interrupciones, sin barreras y accesible; preocuparse que también sea atractivo. Evitar las barreras físicas como por ejemplo los escritorios, rompiendo así las barreras de poder.
Prestar atención a la persona. No tomar apuntes, pero si es necesario, que sean los mínimos. Apagar el celular. Evitar interrupciones, que otras personas entren al box de atención.
Ser sensible a las necesidades. Tratar a las personas con dignidad y respeto.
Mostrar y comunicar aceptación incondicional. Cuando los adolescentes y jóvenes, hombres y mujeres, se sienten valorados, respetados y escuchados, se comunican libre y naturalmente.
2. Evaluación o exploración de la situación o problema:
Evaluar la historia y en conjunto definir o aclarar los temas y las inquietudes, determinando cuando corresponda, el curso en que los temas han evolucionado con el transcurso del tiempo.
Hacer sentir a la persona, que su problema o situación no es única, que a otros individuos podría haberles sucedido lo mismo y tiene derecho a sentirse como se siente. Todas las personas pueden cometer equivocaciones; esto facilita bajar la tensión y favorece que comunique la situación que le está afectando.
Introducir el tema, intentando corregir mitos y la información incorrecta, evitar entregar información o tratar otros temas, que no corresponden a la situación específica que se está tratando. Hablar en términos simples y precisos, escuchar atentamente cuáles son las palabras utilizadas y considerar los conocimientos previos.
Evaluar lo que sabe y lo que no sabe, en relación a la conducta que se está analizando. Explorar su predisposición y posicionamiento en relación a las herramientas y conductas preventivas. Ej. “si se siente o no en riesgo”, cual es su percepción subjetiva de autocontrol, dominio, autoestima, capacidad de afrontamiento.
Evaluar sus expectativas, opiniones, valores, esquemas de conducta en relación a las prácticas que se quieren modificar o eliminar, como también de las que se quieren promover.
3. Orientar y guiar la toma de decisiones:
Facilitar la comprensión de los temas principales y ayudar a aclarar sus percepciones e ideas acerca de sus inquietudes. Si es necesario entrega información adicional, resolver dudas y aclara creencias erróneas (26,32).
Apoya el desarrollo de metas realistas y apropiadas. Guiar a visualizar las diferentes opciones para la resolución de sus inquietudes o problemas, estableciendo así metas apropiadas con el fin de mantener o cambiar conductas, acorde a su etapa de desarrollo, necesidades, género y realidades particulares.
4. Elaboración de plan de acción:
Apoyar la elaboración de un plan de acción realista, para llevar a cabo las decisiones tomadas.
Ayudar a anticipar las barreras personales o interpersonales, con las que podría encontrarse al implementar el plan de acción y también explorar los elementos, recursos, capacidades y las destrezas, que posee para realizar el cambio de conducta.
5. Poner en práctica el plan de acción para el cambio de conducta y monitoreo del progreso:
Acompañar durante la implementación de las decisiones tomadas.
6. Monitoreo del progreso y evaluación:
Cuando los adolescentes o jóvenes, mujeres y hombres, comienzan a implementar su nueva conducta, todavía necesitan apoyo y estímulo.
Fortalecer la capacidad percibida (autoeficacia) para llevar a cabo las decisiones tomadas, apoyando en caso de que se presenten barreras para implementarlas. Ayudar a solucionar problemas actuales o los que podrían presentarse.
Reforzar el cambio, ayudando a visualizar sus propias respuestas y la de los otros frente al cambio y los beneficios percibidos.
La etapa final del cambio de conducta, se conoce como la etapa de mantenimiento y se caracteriza por el compromiso con las nuevas conductas, después de seis meses de cambio persistente. La mejor intervención en este punto, es continuar estimulando y reforzando de manera positiva, con énfasis en un modo de vida sano, como una buena forma de mantener el nuevo comportamiento. Esto puede lograrse de mejor manera, estableciendo consejerías periódicas y elogiando y alentando, cada vez que actúa de acuerdo al comportamiento que se ha propuesto cumplir. Se debe explicar, que la recaída es parte normal del proceso de cambio y quizá haya momentos o situaciones, donde podría repetir comportamientos anteriores. Debe sentir que la consejera o consejero está de su lado y lo apoyará en sus momentos de éxito, así como también en sus recaídas.
7. Cierre: La consejería se cierra explicitando la posibilidad de regresar en nuevas oportunidades
COMPETENCIAS ESENCIALES EN CONSEJERIA CON ADOLESCENTES
1. Congruencia: Autenticidad-íntegro, auténtico, veraz.
2. Respeto y aceptación incondicional: Profundo cariño y respeto hacia el/la adolescente como es y no por lo que hace. Cariño que no sea posesivo.
3. Empatía y comprensión: Habilidad para entender lo que el/la joven está sintiendo. Tratar de entrar en el mundo del o la adolescentes para comprender con la mayor exactitud posible su situación o problema.
ASPECTOS A CONSIDERAR EN LA CONSEJERIA
§ Se presentarán ocasiones en que los adolescentes no quieren conversar
§ Los consejeros eficaces permiten a los adolescentes tomar decisiones cuando ellos quieren participar
§ Los adolescentes suelen iniciar conversaciones cuando quieren y cuando el ambiente les parece correcto
§ A veces perdemos oportunidades porque estamos demasiado ocupados determinando cuando queremos que conversen y tomen decisiones y no estamos escuchando.
§ Los consejeros deben estar atentos cuando el adolescente decide conversar y también nota el entorno, el tiempo y las circunstancias que formaron parte de un ambiente acogedor.
§ Algunos adolescentes quizá solo se abran cuando están solos con el consejero; otros solo hablaran en grupos, otros participaran en una actividad y otros quizás necesiten un estímulo particular, una pregunta o simplemente que les animen.
PROCESO DE LA CONSEJERÍA TÉCNICA
Permisividad: La permisividad consiste en hacer sentir al adolescente que su problema o su situación no es única que a cualquier persona podría haberle sucedido y que tienen derecho a sentirse como se sienten, que todas las personas pueden cometer equivocaciones, esto le permitirá bajar la tensión y facilitara que comunique la situación que le está afectando. El o la consejera crea un clima confortable y acogedor (permisivo, facilitador) para que el/l adolescente trate sus inquietudes. Esta primera fase es fundamental para obtener la confianza del o la adolescente, lo que garantizara obtener mejores resultados
Estrategias de permisividad:
- Escuche sin prejuicios
- Entienda sin juzgar
- Tenga empatía
- Detecte los sentimientos y significados personales del adolescente
- Respete al o la adolescente
- Proteja la autonomía y la auto-dirección y elección del adolescente
- Sea sensible a cómo el/la joven se siente acerca de aprender nuevos comportamientos.
- Sea genuino, real y congruente-sea si mismo
- Sea positivo
- Acepte al joven como es- este clima de aceptación (confortable, acogedor permisivo) facilitara cambio de comportamiento. Información Limitada (IL) Se introduce al tema, intentando corregir los mitos y la información incorrecta, evitando proveer información o tratar otros temas que no corresponde a la situación específica que el adolescente está tratando.
- Muchos problemas se pueden resolver con información básica.
- El conocimiento puede empoderar a los y a las adolescentes.
Estrategias de Información Limitada
§De importancia a la forma como el joven entiende la situación
§Crea en el joven
§Responda sus preguntas
§Dé información basada en conocimiento preciso
§Descubra los deseos y las necesidades del adolescente
§Proporcione al adolescente material promocional o bibliográfico
§Use un lenguaje entendible para el o la adolescente Al mismo tiempo responda a las necesidades emocionales del o la adolescente.
Sugerencias Especificas (SE): Evite sugerencias generales que puedan confundir al adolescentes como: «Tienes que ser responsable», «Tienes que ser bueno», «Tienes que cambiar de actitud» Debe auxiliarse de los documentos técnicos relacionados con el tema que se aborda.
El profesional evalúa la historia del o la adolescente:
1. Definiendo los temas y las inquietudes del adolescente.
2. Determinando el curso en cómo los temas han evolucionado con el transcurso del tiempo.
3. Facilitando la comprensión del joven de los temas principales y proporcionando opciones para la resolución.
4. Ayudando al joven a aclarar sus percepciones e ideas acerca de la fuente de estas inquietudes y en el desarrollo de metas realistas y apropiadas y planes de solución.
Terapia Intensiva (TI)
§ El o la consejera proporciona tratamiento especializado, siempre y cuando tenga la especialidad o capacitación para realizarlo, caso contrario referirlo a la instancia respectiva, en los casos que son complicados como:
§Diagnósticos psiquiátricos como la depresión
§Trastornos por ansiedad (incluido trastorno obsesivo-compulsivo)
§Trastornos de la personalidad
§Abuso de sustancias
§Conflictos interpersonales o intrapersonales
Sistema de referencia y contrarreferencia
Es importante que la persona que brinde la consejería esté clara de la disponibilidad o limitaciones en cuanto a insumos, servicios del establecimiento de salud y su competencia o habilidades para referir al adolescente a otra instancia y poder solventar su necesidad. Se debe conocer los servicios que brindan otros niveles de atención de la red de servicios de salud, incluyendo los privados, además es necesario visitar estos lugares y establecer acuerdos para garantizar la atención a las personas referidas.
Mecanismos de seguimiento de adolescentes Es importante organizar redes intersectoriales para establecer los mecanismos de seguimiento. Las personas que proporcionan la consejería deben establecer la continuidad para el apoyo a las o los adolescentes que lo requieran, la cual dependerá de cada caso.
CONSEJERIA EN CASOS ESPECIFICOS
CONSEJERÍA SOBRE ALIMENTACIÓN Y NUTRICIÓN
Alimentación: es la serie de actividades conscientes y voluntarias que permiten al ser humano seleccionar los alimentos, prepararlos e ingerirlos. Nutrición: Proceso biológico en el que el organismo humano digiere, absorbe y utiliza los nutrientes contenidos en los alimentos.
Aspectos a Considerar
Propiciar conversaciones sobre los aspectos más importantes en la nutrición de los y las adolescentes.
Acercar información sobre alimentación y nutrición en situaciones especiales como: menstruación, embarazo, adolescentes en período de lactancia, deportes de alto rendimiento, enfermedades crónicas discapacitantes, «Dietas estrictas», hábitos vegetarianos o naturistas.
Hacer explícito en la importancia de una adecuada alimentación en la adolescencia.
Informar sobre los requerimientos nutricionales en el período de la adolescencia y la importancia del consumo de minerales como el hierro, calcio y zinc.
Conversar sobre la influencia de los medios de comunicación en la alimentación y nutrición de adolescentes.
Propiciar conversaciones sobre los efectos en la salud que producen los trastornos alimentarios: bulimia y anorexia nerviosa. ¿Que Preguntar e Informar?
Beneficios de una alimentación adecuada, formas de lograr y mantener un estado nutricional normal.
Necesidad de aumento del consumo de fibras y disminución de grasas saturadas
Riesgos asociados a la obesidad y a la desnutrición
Riesgo de controlar el peso mediante vómitos, laxantes o «dietas estrictas»
Importancia de preparar adecuados refrigerios escolares
Ingesta de alimentos ricos en hierro
PROBLEMAS DE CONDUCTA ALIMENTARIA. CONSEJERÍA SOBRE ACTIVIDAD FÍSICA
Actividad Física: Se refiere a la variedad amplia de movimientos musculares y no debe confundirse o asociarse únicamente con la práctica del deporte. Los ejercicios moderados como caminar, bailar, montar bicicleta o subir escaleras producen beneficios para la salud.
Aspecto a Considerar
Brindar información sobre los beneficios de la actividad física.
Hacer explícito que la actividad física ayuda a evitar o retardar la manifestación de enfermedades cardiovasculares, el sobrepeso y obesidad, así como mejorar el estado de ánimo, aliviar la depresión y facilita el tratamiento del estrés.
Enfatizar que los deportes de alto rendimiento como: la natación, el atletismo y otros tienen un gasto energético elevado, por lo que hay que recomendar el incremento del consumo de alimentos energéticos ricos en Hierro y Calcio.
Orientar sobre la importancia de practicar alguna actividad física durante 60 minutos diarios. ¿Que Preguntar e Informar?
Beneficios de la actividad física y su contribución a obtener una mejor calidad de vida.
Diferencia entre actividad física y deporte de alto rendimiento
Alimentos que debe consumir una persona que realiza deportes de alto rendimiento
Riesgos del uso de drogas para adolescentes que practican actividad física.
Enfermedades que se previenen al realizar actividad física.
Importancia del uso de protectores según el tipo de deporte como son: cascos en ciclismo y patinetas, protectores bucales en deportes de contacto.
CONSEJERIA SOBRE CONSUMO DE TABACO, ALCOHOL Y DROGAS
Alcoholismo: Enfermedad crónica que se manifiesta por una constante ingestión de alcohol que produce daños en la salud de los tomadores o dificultad para controlar o manejar la economía y mantener relaciones familiares y sociales.
Tabaquismo: Intoxicación crónica producida por el abuso del tabaco.
Drogadicción: Es un síndrome de conducta que incluye la necesidad de consumir drogas, el abandono de actividades constructivas, efectos sociales adversos y puede incluir tolerancia farmacológica y dependencia física.
Aspecto a Considerar
El tabaco es sumamente adictivo. Mas del 75% de los fumadores adultos querrían dejar de fumar y menos del 60% lo ha intentado en algún momento de su vida. De ellos, alrededor del 20% lo consigue en el primer intento y el 50% lo logra después de seis intentos. Por tal motivo la propuesta preventiva se basa en » Mejor no empezar».
Asociar el consumo del tabaco con aspectos valorados por los/as jóvenes como apariencia física (olor desagradable, mal aspecto y daños a la salud), manipulación que logra la publicidad al promover mensajes falsos de atracción física y capacidad para los deportes, reducción de la capacidad deportiva y alto costo.
La promoción de la Salud de adolescentes en el caso del consumo de sustancias nocivas, requiere de intervenciones inespecíficas, como la construcción de una identidad autónoma y conciencia crítica frente a la presión de los pares y la publicidad
Considerar la autoestima de los/as adolescentes a partir de pequeños logros personales y sociales, fáciles de reconocer por sí mismo y por su entorno
Indagar e informar sobre las diferentes drogas y los efectos nocivos para la salud.
Promocionar su propia identidad como un ser humano importante y esencial a nivel familiar y comunitario.
¿ Que Preguntar e Informar?
Riesgo del consumo de tabaco: enfermedades cardiovasculares, pulmonares, neoplasias graves
Aspectos positivos de no fumar
Las personas que comienzan a fumar en su adolescencia, luego no pueden dejar de fumar
Cómo evitar el consumo pasivo de tabaco
Relación entre el consumo de alcohol y drogas y riesgos de lesiones por causas externas y relaciones sexuales sin protección
Referencia a grupos de apoyo
Capacidad adictiva del tabaco, alcohol y diferentes drogas
Diferencias entre el uso experimental y la adicción
Como ayudar a un amigo/a que consume tabaco, alcohol y drogas
Lugares de atención, establecimientos de salud y auto ayuda
Elaboración de planes y proyectos pequeños, rápidos y viables, que les permita prepararse para establecer metas, estrategias, evaluar y hacer ajustes. Se sugiere el uso del diario personal, que incentiva la introspección, el análisis de emociones y comportamientos y la idea de construcción de su propia historia.
CONSEJERÍA SOBRE PREVENCIÓN DE LESIONES POR CAUSAS EXTERNAS
Lesión por causa externa: Se refiere las producidas por agentes externos como armas de fuego, arma blanca, etc. Las que pueden ser de forma intencional o no intencional.
Aspectos a Considerar
Las lesiones por causas externas son las principales causas de muerte de los/as adolescentes. Las mismas no son accidentales, sino prevenibles.
Es importante también promover la responsabilidad social en la construcción de normas de convivencia saludables aplicando medidas de higiene y de seguridad en los ambientes comunitarios, escolares, familiares o de pares.
Promover que los/as adolescentes adquieran un compromiso por impulsar normas de convivencia armónica y respeto a las legislaciones existentes en las instituciones donde participan.
Uso de accesorios de protección en la vida cotidiana como en la práctica de deportes y laboral.
Informar sobre los programas de salud.
¿ Que Preguntar e Informar?
Relación entre el uso de cinturón de seguridad y gravedad de lesiones por tránsito
El uso correcto de cinturones de seguridad en asientos delanteros reduce el riesgo de lesiones en un 45 a 55% y la mortalidad de 40 a 50%.
El uso de casco en motos, motocicletas y bicicletas reduce un 75% las lesiones y un 30% la mortalidad.
Aumento de riesgo de lesiones por causas externas relacionadas con el consumo de alcohol y otras drogas, ya sea por lesiones de tránsito o por práctica deportiva
Las lesiones por causas externas también se asocian a trastornos de la visión y la audición. Evitar escuchar música a volúmenes altos, uso de Walkman, auriculares o teléfonos celulares al conducir vehículos.
Formas de negociación de conflictos.
Riesgos de la portación de armas.
Estereotipos de género que impulsa a los varones a asumir riesgos excesivos
Gratificaciones inmediatas que podrían ser sustitutivas de la solución del problema.
Importancia y beneficios de la aplicación de las medidas de higiene y seguridad vial.
Como formar parte de grupos de apoyo para otros jóvenes con secuelas de lesiones por causas externas. «
CONSEJERÍA SOBRE INFECCIONES DE TRANSMISIÓN SEXUAL Y VIH/SIDA
Infecciones de Transmisión Sexual: Son las infecciones que se transmiten por contacto sexual de una persona a otra, sobre todo por el intercambio de líquidos corporales o contacto de membranas o mucosas de los órganos sexuales.
Aspectos a Considerar
Hablar en términos simples y precisos, de ser posible escuchar atentamente cuáles son las palabras que usa el/la adolescente
Partir de conocimientos previos como por ejemplo: ¿ Sabes que es una infección de transmisión sexual? ¿ Cuales conoces? ¿ Cómo te parece que se adquieren o transmiten? ¿ Sabes que problema puede traer en la persona que las padece?
Dialogar sobre los estereotipos de género que hacen que hombres y mujeres se expongan al riesgo de contraer una ITS: diferencias de poder para tomar decisiones, miedo al rechazo, miedo a la humillación, entre otros.
Tomar en cuenta el manual de consejería en VIH-SIDA ¿ Que Preguntar e informar?
Tipos de agentes de infecciones de transmisión sexual: hongos, tricomonas, clamidias, VIH, hepatitis B y sus respectivos signos y síntomas.
El contagio con un agente no lo inhabilita para sufrir la infección concomitante de otro.
Informar sobre los riesgos de transmisión de la enfermedad.
Importancia del retraso en el inicio de las relaciones coitales.
La protección es fundamental. Solo se logra con preservativo masculino/condón, preservativo femenino o abstinencia sexual (demostración sobre uso correcto del condón).
Relación entre cada método anticonceptivo y prevención de infecciones de transmisión sexual.
Formas de negociación con el otro sexo para el uso de métodos de protección.
Importancia de que hable de este tema con la pareja actual o futuras parejas.
Importancia del cambio de hábitos sexuales o de actitud de vida. Se requiere el trabajo interdisciplinario entre médicos, psicólogos y trabajadores sociales.
Promoción del autocuidado/cuidado mutuo de salud, haciendo énfasis en las medidas preventivas para reducción de riesgos.
Promoción de la consulta temprana ante la aparición de los primeros síntomas: flujo, prurito, disuria, ardor, secreción peniana, etc.
Hacer referencia a la importancia de la no discriminación por el VIH-SIDA.
CONSEJERIA SOBRE SEXUALIDAD Y AFECTIVIDAD
Sexualidad: Es la forma de expresión de la conducta, pensamientos y sentimientos y que tienen que ver con los procesos biológicos, psicológicos, sociales y culturales con respecto al sexo. Afectividad: Sentimiento que inclina a una persona hacia otra, usado como sinónimo de cariño.
Aspectos a Considerar
Muchos aspectos de sus elecciones estarán atravesados por el tema de la construcción de una identidad diferente a la de sus padres, por lo que se requiere conocimiento y entrenamiento para abordar este aspecto.
Necesitan una consejería especial los/as adolescentes con conductas de riesgo: trabajadores sexuales varones y mujeres, adolescentes homosexuales y travestis que viven en marginación social, adolescentes en condiciones de aislamiento social o violencia domestica, violaciones, acoso sexual y abuso sexual.
Conocer la afectividad de los y las adolescentes como base, a fin de orientar su sexualidad con responsabilidad. ¿ Que Preguntar e Informar? Basado en la edad, necesidades y deseos
Inquietudes sobre el amor, la pareja, formas de relacionarse, formas de dialogo y mecanismos para establecer una relación respetuosa e igualitaria.
Pautas culturales que implican diferencias en la construcción de roles masculinos y femeninos, valores y experiencias ( por ejemplo que la sexualidad de los varones sea más indiscriminada y las mujeres busquen la confirmación de su fertilidad a través de un embarazo, aunque este sea demasiado temprano).
Como negociar las expresiones de afecto y sexualidad que sé esta dispuesto a aceptar y prodigar en una relación de noviazgo.
Toma de decisiones sobre la iniciación sexual y habilidades para enfrentar las presiones sociales que reciben los/as adolescentes de pares y de familiares.
Decisión del inicio sexual y opciones de anticonceptivos existentes.
Orientación sexual homosexual en varones y mujeres, maneras de establecer relaciones de respeto y aceptación. Formas de resolución de problemas con familiares y grupos de pares.
Embarazo no deseado, habilidades para asumirlo con la pareja y la familia.
Reelaboración de los proyectos de vida a partir del embarazo.
Aborto.
Como enfrentar el abuso sexual y/o la violencia sexual en varones y mujeres adolescentes.
Habilidades para manejar los celos y la violencia verbal y física entre novios, especialmente si hay relaciones sexuales.
Como diferenciar las caricias saludables de las que producen daño.
CONSEJERIA SOBRE SOSPECHA DE EMBARAZO NO PLANIFICADO
Embarazo no planificado: Es el que sucede por el escaso acceso a la educación sexual, baja autoestima, falta de empoderamiento, que les impide reflexionar sobre las consecuencias de sostener relaciones sexuales sin protección.
Aspectos a considerar:
Debe realizarse ante la demanda de adolescentes que sospechan o tengan certeza diagnóstica de embarazo. El objetivo es acompañar a la adolescente para que reconozca su conducta sexual y que el embarazo puede ser una posibilidad.
Empoderamiento en la toma de decisión sobre su sexualidad, su probable embarazo y su cuidado moral, espiritual y biológico. Si la decisión es continuar su vida sexual, informarle sobre los métodos anticonceptivos más apropiados para ella y su pareja, en caso que el diagnostico sea negativo (ver consejería sobre anticoncepción). Referirla para prueba de embarazo si no tiene diagnóstico comprobado.
Que preguntar e informar: Explicar claramente las normas de confidencialidad Preguntar si en su familia saben que ella tiene relaciones sexuales. En caso negativo explicar claramente porque sería importante que su familia lo sepa en el caso de prueba positiva de embarazo.
Elegir la persona en quien se confiará el diagnóstico de embarazo en caso de ser positivo, la modalidad y el momento en que se le trasmitirá la información. Si no puede comunicarlo sola ofrecer la consejería como espacio para el diálogo con los padres en una entrevista conjunta.
Alternativas de apoyo emocional. Prevención de depresión y suicidio.
CONSEJERÍA SOBRE SEXUALIDAD-IDENTIDAD SEXUAL
Aspectos a considerar: Destinada a todos/as los/as adolescentes que presenten dudas, inquietudes, o preguntas o en quienes se detecten trastornos emocionales o de comportamiento que hagan pensar en conflictos con la identidad sexual (depresión, anorexia-bulimina, deficiente desempeño escolar, violencia).
Tener en cuenta los componentes normales del desarrollo sexual:
1. La identidad de género genético.
2. El rol sexual o de comportamiento femenino-masculino.
3. Los valores y actitudes sociales.
4. La orientación sexual, que se define como el objeto de nuestra atracción.
Los valores y actitudes incluyen: la familia, la personalidad, la religiosidad, la actitud de sus padres y la sociedad en general. El objetivo es acompañar la toma de decisión de un/una adolescente sobre su identidad sexual. Facilitar el proceso de reconocimiento personal, sus creencias y sentimientos, sin crear situaciones de conflicto emocional que dañen la salud del o la adolescente. Indicar la necesidad de una consulta de psicología o ginecología si es una mujer.
¿Qué preguntar e informar? §Preguntar al o la adolescente sobre sus sentimientos o atracción hacia personas de su mismo sexo o del sexo opuesto.
¿Qué piensas de las relaciones sexuales o contactos íntimos con personas del mismo sexo?
¿Has tenido relaciones sexuales o contacto íntimo con personas del sexo opuesto?
¿Cómo te has sentido en esas relaciones?
¿Cómo piensas que reaccionarían tus padres si les hablas de cómo te sientes?
¿Tienes temor de hablarlo con tus padres?
¿Con quién crees que puedes hablar de estos temas?
En los casos de varones homosexuales, identificar factores de riesgo de contraer VIH: cómo te has cuidado en las relaciones con otros hombres?.
CONSEJERIA SOBRE ABUSO SEXUAL
Abuso Sexual: Es la acción que una persona ejerce sobre otra para obligarla a una relación sexual sin su consentimiento, haciendo uso o no de fuerza física o cuando alguien toca las partes íntimas de la otra persona contra su voluntad o cuando el abusador obliga a aquella persona a tocarle o manipularle sus partes genitales. Aspectos a considerar:
Incluye la violación pero también todas las formas de contacto genital, oral, anal, etc. la prostitución, la pornografía y el exhibicionismo.
Tener en cuenta la legislación vigente, pero en general recordar que todo contacto entre una víctima menor de edad (menor de 18 años) y si el perpetrador es 4 o más años mayor que la víctima se considera violación estatutaria.
Tener en cuenta que una situación de abuso sexual puede ser considerada como una situación «normal» por el/la adolescente.
Siempre pensar en la posibilidad de abuso sexual como diagnostico diferencial de algunas patologías y alteraciones del comportamiento del adolescente.
En algunas ocasiones la víctima pasa a ser victimario.
Contar con un equipo tratante integrado por médico, ginecólogo, psicólogo, trabajador social, asesor legal, institución de educación o referirlo al nivel correspondiente que cuente con los recursos para realizar un abordaje integral.
Retomar la Política de Niñez y Adolescencia.
Para poder garantizar el respeto pleno a los/as niñas y adolescentes es necesario construir la capacidad para conocer y dar seguimiento a la situación de tales derechos y ejercer tal capacidad de manera sistemática. Los defectos himeneales por abuso en la infancia disminuyen con la pubertad, y el diagnóstico por el examen físico es más difícil en adolescentes mayores con actividad sexual
¿Qué preguntar e informar?
Siempre que se sospecha abuso sexual: sugerir que ha habido casos en que otros/as chicas/os como tú tienen estos problemas, los han molestado o intentado abusar sexualmente de ellos: ¿puede ser éste tu caso?
Investigar signos de alerta: cambios bruscos del comportamiento, molestias o lesiones urogenitales y rectales, trastornos emocionales (depresión, agresividad), trastornos del sueño, problemas en la escuela, aislamientos, violencia, dolor abdominal, enuresis, encopresis, infecciones de transmisión sexual, embarazo, referencia especifica a un contacto sexual inapropiado para su edad, familias de alto riezgo.
Facilitar el diálogo, inspirar confianza, garantizar confidencialidad, para poder realizar el examen físico y obtener información.
Conversar e informar a la adolescente sobre la necesidad de hacer pruebas para diagnóstico de sífilis, gonorrea, VIH, hepatitis B, clamidia, y una prueba de embarazo.
Orientar sobre lugares donde puede solicitar apoyo emocional y asesoría legal
Explorar sobre los mitos acerca del abuso sexual Explicar porqué es conveniente cumplir el tratamiento para prevenir las infecciones.
CONSEJERÍA SOBRE DEPRESIÓN
Depresión: Se refiere al abatimiento extremo en el ánimo de la persona que la padece.
Aspectos a considerar:
Los estados depresivos en la mayoría de adolescentes no los reconocen, por lo tanto, no recibe la asistencia que podría aliviar sus molestias o síntomas. Por otra parte, si fueran capaces de interpretar adecuadamente las molestias o síntomas de la depresión, se estaría en condiciones de reconocerla y de buscar el tratamiento que ayudaría a superarlo.
Todos los jóvenes, pasan por periodos en que se sienten deprimidos o abatidos; esos cambios en el humor son normales y a menudo, se conectan a cambios en la vida diaria y situaciones que generan gran tensión (estrés). Sin embargo, cuando el abatimiento («bajon») continua por semanas o meses, sea que fuera o no provocado por una pérdida (abandono, termino de una relación amorosa, fracaso en el estudio) o algún otro suceso no deseado, es aquí cuando un/a joven puede tener una depresión clínica.
Una depresión es una enfermedad que afecta completamente a un/a joven en su manera de pensar, sentir, conducirse, tanto física como psíquicamente. § Los y las adolescentes con trastorno depresivo se sienten tristes, cansados e irritables.
Dejan de interesarles las cosas con las que antes disfrutaban. El trastorno depresivo puede empeorar y prolongarse varios años sino se trata. Es posible que reincida varias veces durante la vida del individuo e incluso puede conducir al suicidio.
Muchos padres la confunden con pereza o problemas de conducta.
¿ QUE PREGUNTAR E INFORMAR?
Disminución del interés por asistir a clases o ausencias injustificadas (hacer berrinches), rendimiento escolar.
Come o duerme mucho más o menos de lo usual.
Deja de salir con las amistades, ya no le interesan algunas actividades que antes le atraían, se aísla y se queda en casa en silencio.
Se torna irritable agrediendo a compañeros o compañeras sin razón.
No se concentra por tiempo suficiente, encuentra difícil recordar cosas y tomar decisiones.
Comienza a usar drogas, a tomar alcohol.
Expresa sentimientos de culpa, de no ser tan bueno/a como debiera, se muestra con desesperanza, llora o se enoja. Hay que estar siempre disponible como personal de salud para hablar.
Se deben resaltar siempre las cualidades y valores propios del o de la adolescente y las ventajas de utilizarlo en la solución de sus problemas.
Es preciso ayudarlo/a a llevar una rutina diaria: levantarse a una hora adecuada, comer a horas regulares, hacer ejercicios y participar en actividades de la casa.
Ayude a los padres a entender el problema, o apoye en forma sencilla, como, por ejemplo: escuchar con interés.
Dar seguimiento, explorar sobre ideas suicidas y remitir al especialista. «
CONSEJERÍA EN CASOS DE ANSIEDAD
Ansiedad: Se refiere al estado de agitación, inquietud o zozobra del ánimo.
Aspectos a Tomar en cuenta
Algunos adolescentes con trastornos de ansiedad exponen sus síntomas físicos en términos psicológicos (no puedo hacer frente a la situación, no puedo hacer exámenes, me siento nervioso, etc).
Todo personal de salud se encuentra en posición excelente, para proporcionar una intervención precoz a través de la consejería para los trastornos de ansiedad cuando inicia con los síntomas.
Los trastornos de ansiedad, generan síntomas como: sensaciones de atragantamiento o «nudo en la garganta», palpitaciones, taquicardias, molestias precordiales, sudoración excesiva, flojedad por falta de fuerza en las piernas, nauseas, dolor abdominal, temblor, agitación, dificultad para respirar, sensación de ahogo, hiperventilación, dolor, presión o molestias en el tórax, desvanecimiento, sensación de vahído o mareo, sensación de perdida del equilibrio o inestabilidad, hormigueo o entumecimiento en partes del cuerpo, sofocos, escalofríos, preocupación por la salud, sensación de que las cosas en el medio ambiente son extrañas, irreales, nebulosas o distantes, sensación de distanciamiento o externalización de todo o partes del cuerpo, con sensación de que se esta flotando, miedo a morir o sensación de que va a suceder algo terrible, sensación de pérdida de control o miedo a volverse loco, comportamiento de evitación agarofobico, sensación de miedo súbitos o inesperado sin razón aparente.
Tener en cuenta que la ansiedad puede ser responsable de síntomas de los sistemas cardiaco, pulmonar, gastrointestinal o nervioso periférico, cefalea, dolor abdominal.
Explorar dinámica familiar. ¿ Qué preguntar e informar?
Conceder el tiempo necesario al adolescente para que describa sus síntomas, estar atento a la forma en que expone los síntomas, el comportamiento y la entonación emocional.
Los/as adolescentes, pueden comunicar que al hacer ejercicio se sienten peores, en el caso de un comentario de este tipo, utilizar una técnica de relajación
Técnicas de Relajación
ANEXO-EJERCICIOS-DE-RELAJACION
Dar las explicaciones pertinentes para que él o la adolescente se sienta tranquilo/a al comprobar que la persona que lo atiende le comprende, explica sus síntomas y le informa métodos para hacer frente, disminuir o aliviar sus sufrimientos.
La información válida la enfermedad a ojos del adolescente, esto es terapéutico en sí mismo.
Explorar el estilo de vida del adolescente y recomendar prácticas para aliviar el estrés vital (buenos hábitos de bebida y comida, ejercicio adecuado, descanso suficiente) Referir para evaluación al profesional.